domingo, 30 de octubre de 2016

Sospechan que el novio la asesinó; éste dice que la encontró colgada en el baño
Familia de joven hallada muerta en la calle rechaza dictamen de suicidio
Unas horas antes de su muerte Joseline Peralta Aguirre bailaba con amigos en un bar
Blanca Juárez
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de octubre de 2016, p. 9
En la avenida Piraña fue encontrado el cuerpo pálido de Joseline Peralta Aguirre. Apenas unas horas antes la joven de 21 años bailaba con amigos y familiares en un bar. Días después su familia exige justicia y rechaza el dictamen de suicidio: Si se ahorcó en el baño de su casa, ¿por qué mi niña estaba en la calle?.
David González Reyes, la pareja de Joseline y con quien vivía, dice que la descubrió colgando de una bufanda, y apoyado de otras personas intentó trasladarla a un hospital. Según ellos, ningún taxi quería llevarlos, y por eso la dejaron en la calle, en el flujo vehicular, denuncia Clara Aguirre Ruiz, madre de Joseline.
El matrimonio Peralta Aguirre movió la sala de su casa para hacer un lugar al féretro de su hija menor. Al paso de los días, las coronas de flores y las veladoras encendidas siguen ocupando el espacio. Frente a ese altar, con la imagen de la joven, madre de tres niños, la familia ofrece una entrevista sobre el caso.
Joseline era madre soltera, luego conoció a David y se fue a vivir con él. Sus hijos, de seis, cinco y tres años, se quedaron con sus abuelos maternos. Clara no permitió que se los llevara, pues el padrastro del joven fue acusado de violar a una niña. En el más de año y medio que vivieron juntos Joseline perdió peso porque su pareja casi nunca tenía trabajo.
El sábado 15 de octubre Joseline y David fueron al bar La Chopería, en San Lorenzo Tezonco. También fue Berenice Pérez, una prima de la joven. A mi hija le gustaba bailar, pero a él no. Así que bailó con otros muchachos, relata Clara.
Según Berenice, a David le molestó eso y se fue del lugar. Al poco rato, como a las tres y media de la madrugada, ya del domingo 16, Joseline decidió retirarse también. Al cuarto para las 6 de la mañana, vecinos de Joseline llamaron por teléfono al tío de la chica. Tu sobrina sufrió un accidente, está tirada en la calle, le dijeron.
Joseline y David vivían en un asentamiento irregular en el límite de la delegación Iztapalapa con Tláhuac, en la Ciudad de México. A unos 15 minutos de ahí está la casa donde ella creció y donde viven sus padres, en la unidad Tlanezi Calli, una comunidad adherente a la sexta declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Todavía no eran las seis de la mañana cuando llegamos a Piraña, cuenta Clara Aguirre. Vi a mi hija tendida en el pavimento. Tenía los ojos abiertos, la boca semiabierta y la mandíbula tensa. Le gritó con la esperanza de que quizá estaba inconsciente y su voz le ayudaría. ¡Joseline, qué tienes. Soy tu mamá!. Estaba muy pálida, entonces me di cuenta que ya no vivía.
La investigación está plagada de irregularidades, acusa Víctor Peralta Pacheco, el padre de la joven. Los agentes del Ministerio Público le tomaron declaración a David, la hermana y el padrastro de éste al mismo tiempo. Así que coincidió todo lo que dijeron, que quisieron ayudarla pero la dejaron en la calle. No lo consideraron sospechoso, así que los dejaron libres.
Si en el Servicio Médico Forense (Semefo) tuvieron a mi hija dos horas fue mucho. Tardó más tendida en la calle, desde antes de las 6 de la mañana hasta cerca de la 1 de la tarde. Ese mismo domingo llegó el cuerpo de Joseline a Tlanezi para ser velado.
En su casa, Clara se acercó para abrazarla y notó que tenía un moretón en la frente. Decidió revisarla. Encontró varias marcas de golpes en el cuerpo, en el hombro, la espalda, una pierna, las uñas postizas que se había puesto una semana antes estaban rotas, incluso tenía cabellos en uno de los puños.
Mi hija era muy fuerte; sé que les dio pelea. No creo que haya sido una sola persona la que participó en su homicidio. Ella era ruda, afirma Víctor. El dictamen pericial indica que murió por asfixia. Exijo justicia y una buena investigación, porque no fue suicidio. Fue un feminicidio, dice su madre.
Hace un tiempo en Tlanezi una compa se quitó la vida. Joseline quedó impactada. Te amo tanto a ti, mamá, y a mis niños, que yo jamás haría eso. Si algún día me pasa algo, investíguenlo; no lo dejen así, les dijo aquella vez.
Y no lo dejaremos así. No quiero venganza, quiero justicia, sentencia Clarai

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