Del #PactoPorMéxico al #FrentePorMéxico: contra la corrupción, nace de la corrupción
Ya se sabe, no sólo el PAN y el PRD apoyaron e impulsaron al régimen vigente vía el “Pacto por México”
Foto propiedad de: Internet
El cinismo es la tónica del político mexicano promedio. Y no sólo aprovecha las coyunturas de desastres naturales ya sea para saquear o hacer campaña en su favor y del partido respectivo; como se ve por estos días en videos, fotografías, el montaje “Frida Sofía” y la tardía danza oportunista del INE, PRI, PVEM, MC, PAN, PRD (como ha dicho con sinceridad quien firma como Jane de la Selva en SDPnoticias: “Duela a quien le duela, la única donación nacida del corazón en este respecto la hizo MORENA, aunque se le retuerza la tripa al régimen en el poder”; el corazón significa en realidad, en este caso, congruencia). En proyecciones más amplias, que podrían llegar a significar movimientos estructurales, el político mexicano también hace uso del cinismo más ofensivo del que pueda echar mano subrayando con sus acciones la idea y/o el hecho de que la sociedad no tiene memoria, que olvida; burlándose de la falta de información o de la falta de capacidad social para castigar en las urnas (ya que parece ser imposible ante la justicia) sus irregularidades, sus actos ilegales, sus mentiras, sus incumplimientos. Esta es, me parece, la situación de la “nueva” organización que ha sido parida recientemente con propósitos tanto estratégicos como electorales: el Frente Ciudadano por México o Frente Amplio Democrático.
Y si somos serios, la manera de evaluar este frente es cotejando su composición orgánica y sus propósitos con el antecedente de cada una de sus partes, el bagaje que arrastran, que ocultan y procuran presentar como un dechado de virtudes democráticas que se unen para luchar contra la corrupción, la violencia y la desigualdad que impera con el régimen que gobierna (con el que co-gobiernan, hay que decirlo).
De entrada, dejemos de lado la materia ideológica. Es notorio que un partido de supuesta izquierda (lo fue en su origen y acaso aun en sus estatutos vigentes) como el PRD nada tendría que ver con uno de reconocida derecha como el PAN. El Movimiento Ciudadano, el tercero en la sociedad recién inaugurada, ha sido creado sólo para el negocio, el mercadeo político; esa es su ideología. Así que el cariz ideológico viene siendo irrelevante. Lo que conviene conocer es lo que los une. Lo formal se presenta ya en la definición del Frente en Wikipedia: “Esta gran coalición se espera devuelva la confianza en el quehacer político y las instituciones políticas ya que surge de un genuino interés común por lograr hacer fuerza en la unidad de diferentes partidos y de la auténtica virtud política el impulso y fortaleza transformadora de la realidad nacional”.
La realidad formal tiene al menos tres vertientes: 1. En primera instancia, se podría tratar de una etapa transitoria que dé ganancias a dos de sus promotores ante adversarios internos y objetivos distintos dentro de sus partidos. Ricardo Anaya frente al clan Calderón-Zavala y la lucha por la candidatura panista a la presidencia. Alejandra Barrales frente a posibles escollos que le impidan fortalecer su candidatura a jefa de gobierno de la Ciudad. 2. Si ambos lograran las respectivas candidaturas, podrían apoyarse mutuamente en el propósito de vencer. 3. De vencer, según el propósito retórico del Frente, al PRI, que representa para ellos la cabeza del régimen que desean derrotar. 4. Dante Delgado siempre gana en calidad de comparsa.
La realidad es que si el Frente lograra prosperar, y contrario a lo que postulan, su objetivo a vencer no sería al PRI, sino a quien va de líder en las encuestas y representa la verdadera oposición al régimen: López Obrador y Morena. Es decir, se trata de un frente contra este político y su partido. ¿Por qué es así? Porque también, contrario a lo que dicen, este Frente no es ni sería una oposición al régimen vigente: Porque ellos son el régimen, son parte importante de él.
Ya se sabe, no sólo el PAN y el PRD apoyaron e impulsaron al régimen vigente vía el “Pacto por México” (que hoy se ha transformado en “Frente por México” con el PRI como cómplice en la simulación electoral; al secundarlos, el MC aprueba el comportamiento de ambos partidos, aunque no haya formalmente aprobado el PxM), sino que las cabezas de los tres partidos se conducen igual o peor que los componentes del régimen que pretenden sustituir. La honorabilidad de Anaya, Barrales y Delgado está sumamente cuestionada, las acusaciones de corrupción son conocidas por todos: Delgado en la cárcel por peculado; departamento en Miami de Barrales; Anaya y sus deslices familiares en el país y Estados Unidos. ¿Y cómo pretende el PAN combatir la violencia si ha sido el generador de la misma cuando ha sido gobierno? ¿Cómo pretenden combatir la desigualdad si ellos mismos se comportan como desiguales, como políticos adinerados, con gusto por propiedades costosas y la vida en el extranjero en el contexto de la pobreza de millones de mexicanos? ¿Cómo pretenden combatir la corrupción si ellos mismos la encarnan como cualquier priista de cepa?
El Frente no puede ser más que las dos cosas establecidas: una estrategia de posicionamiento de los líderes de los partidos involucrados y una simulación en torno al proceso electoral del cual quieren salir como ganadores para preservar sus privilegios de políticos del sistema, del régimen vigente que han avalado hasta el presente. Su adversario a vencer no es su cómplice, el PRI, sino López Obrador y Morena. De nuevo, el diccionario virtual registra que se han despojado de la máscara y el disfraz: “La derrota del PAN y el PRD en las Elecciones federales en México de 2012 [donde fueron complacientes comparsas del PRI], así como la salida de Andrés Manuel López Obrador del Sol Azteca, generó que estos dos partidos se acercaran a pesar de los roces obtenidos en 2006”.
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