domingo, 25 de marzo de 2018


Sin duda, lopezobrador_ le cumplirá el ferviente deseo a @EnriqueKrauze

@FedericoArreoladom 25 mar 2018 10:04
 
  
 
Creo que no habría menos, sino más libertades en un gobierno de López Obrador. Estoy convencido de que así sería si él llegara a la Presidencia. Conozco al personaje, sé de qué hablo
Creo que no habría menos, sino más libertades en un gobierno de López Obrador. Estoy convencido de que así sería si él llegara a la Presidencia. Conozco al personaje, sé de qué hablo
Foto propiedad de: Internet

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El pueblo...

Hoy, en los diarios del Grupo Reforma —El Norte, de Monterrey; Reforma, de la Ciudad de México, y Mural, de Guadalajara— el historiador Enrique Krauze ha presentado su nuevo libro, El Pueblo Soy Yo, que es “una anatomía del poder en América Latina”.
Dice Krauze que “echando mano de la historia, la filosofía y la literatura” ha intentado responder las siguientes preguntas:
1. “¿Por qué nuestra América ha sido tierra de caudillos y líderes carismáticos?”.
2. “¿Cuál es nuestro concepto de Estado y por qué, en muchos casos, es tan preponderante sobre los individuos?”.
3. “¿Cuál es la genética de nuestras revoluciones?”.
4. “¿Por qué pende siempre sobre nosotros la sombra del poder absoluto concentrado en una persona?”.
5. “¿Por qué —a diferencia de Estados Unidos— ha sido tan difícil arraigar las instituciones, leyes, valores y costumbres de la democracia liberal?”.

El libro de Krauze incluye los siguientes temas:

1. Un balance histórico de la la revolución cubana.
2. La historia del chavismo.
3. Otros ensayos que son una advertencia: “la menor es para España, pues al parecer no prendió el injerto del populismo cuyos rasgos señalé en ‘El Narcisismo de Podemos’. Con todos sus defectos, vicios y limitaciones, el pacto fundacional de la democracia española se sostiene”.
4. Al final de la obra un capítulo sobre Donald Trump, “fascista americano”.

El mesías

No podía el historiador ignorar lo qué pasa en México. Así, lo que hizo fue incluir en el libro mencionado, su viejo ensayo “El Mesías Tropical”.
Para Krauze ello tiene sentido ya que se perfila el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones.
Dice el autor: “La inclusión del ensayo ‘El Mesías Tropical’ es un llamado contra el poder absoluto concentrado en una persona. Lo publiqué en el 2006 y lo incluyo ahora porque él mismo se ha definido como el ‘salvador’ de México”.
Enrique Krauze siempre ha reconocido la “vocación social” de AMLO, pero cree que, “de triunfar, usará su carisma para intentar la vuelta de un orden arcádico (o el advenimiento de un orden utópico) y, con ese poder acumulado, habiendo llegado gracias a la democracia, buscará minar las libertades”.

Krauze desea fervientemente equivocarse: se equivocará

Después de afirmar que AMLO, en su búsqueda de la Arcadia, minará las libertades de los mexicanos, el historiador añade lo siguiente: “Deseo fervientemente equivocarme”.
Se equivocará Enrique Krauze, sin duda.
Andrés Manuel no es un revolucionario que ha intentado llegar al poder por la vía de las armas, como Fidel Castro.
Tampoco ha sido militar, como Hugo Chávez, ni mucho menos un golpista como el venezolano.
Y, por supuesto, no es López Obrador un empresario tramposo enamorado del dinero como Donald Trump que, por aventurero, incursionó en la política y ganó en su primera elección presidencial porque el tipo es no solo un genio de la publicidad, sino también —y sobre todo— alguien capaz de hacer cualquier cosa para conseguir sus objetivos.

Andrés Manuel López Obrador es un simple líder de izquierda que:

√ Toda su vida ha participado en elecciones.
√ Jamás ha pensado en la ruta violenta para conseguir el cambio político.
√ Ha protestado, sí, ante los fraudes electorales que ha sufrido —sobre todo el de 2006—, pero ha terminado en cada oportunidad aceptando en los hechos las decisiones de los magistrados electorales, ya que después de cada elección, al concluir las protestas siempre pacíficas, ha vuelto a la lucha democrática basado en las instituciones electorales mexicanas, aceptando las reglas buenas o malas aprobadas por el poder legislativo.
AMLO no es ex presidente de México porque no ha querido pactar con los poderes fácticos ni ha hecho nada para engañarlos.
Jamás ha mentido López Obrador acerca de sus proyectos de gobierno; no lo ha hecho ni siquiera para agradar a los grandes empresarios que tanto influyen, con su dinero, en las elecciones.
Andrés Manuel se presenta siempre como es. Se le acepta así o se le combate, no hay de otra.
Si sus adversarios lo enfrentan democráticamente, debate con ellos. Lo hará pronto, por cierto, sobre el tema del nuevo aeropuerto con los dirigentes de alguna organización de hombres y mujeres dedicados a los negocios.

Nadie respeta más a la prensa que López Obrador

Es importante subrayarlo. ¿Ha hecho Andrés algo contra algún periodista? Nunca, es la verdad.
Sí, Andrés Manuel se acelera y si no le gusta algún artículo, responde. Pero esto es legítimo en la democracia, ¿o no?
Hace tiempo hubo un escándalo porque AMLO cuestionó lo que había escrito Jesus Silva-Herzog Márquez en Reforma. Hasta Enrique Krauze se involucró en el lío, e hizo lo correcto.
La conclusión a la que se llegó, creo, fue que AMLO debía no solo cuestionar desde su posición de hombre de poder a periodistas e intelectuales, sino debatir de igual a igual con ellos.
Acaba de hacerlo, en Milenio. Participó Silva-Herzog Márquez y cuestionó todo lo que quiso a Andrés Manuel —o todo lo que pudo o lo dejaron: la dirección de Milenio no le permitió a Jesús Silva-Herzog expresarse tanto como el público hubiera deseado, lo que fue una falla de la entrevista colectiva— y el resultado fue muy bueno para todos.
Si Milenio hubiera invitado a Enrique Krauze, el historiador habría polemizado, frente a cámaras de TV, con el dirigente de Morena.

Un gobierno de libertades

Creo que no habría menos, sino más libertades en un gobierno de López Obrador. Estoy convencido de que así sería si él llegara a la Presidencia.
Conozco al personaje. Es necio, sí. Se excede en algunas expresiones, demasiadas veces, pero no pasa de ahí.
Si Andrés se equivoca, lo admite. A pesar de su posición de líder con mucha fuerza política, si siente que ofendió a alguien al calor del debate, se disculpa. Respeta todas las opiniones y, en más de un sentido, las hace suyas si piensa que le enriquecen. Es el Andrés Manuel que conozco. 
¿Que no quiere continuar con el proyecto del nuevo aeropuerto? Ya en el gobierno, si llega al Palacio Nacional, entenderá que no hay más opción que apoyar tal obra pública, bastante costosa, pero ya en marcha, avalada además por los que sí saben. Andrés todo lo entiende. Y si cuesta más cancelar el aeropuerto que seguir adelante con su construcción, hará lo más razonable.
¿Venderá el avión presidencial? Ojalá AMLO lo haga. Enrique Peña Nieto debió haberlo vendido. Si lo hubiera hecho, hoy José Antonio Meade tendría mayores posibilidades de victoria de las que tiene.
¿Echará abajo la reforma energética? Si conviene, sí. Personalmente creo que debe dejar esa reforma cómo está, pero es democrático intentar acabarla. Ya se verá si López Obrador tiene fuerza suficiente en las cámaras de diputados y senadores —y en los congresos estatales— para revertir una reforma constitucional.
¿Qué AMLO ha prometido revertir la reforma educativa? Ojalá no lo haga porque es de lo mejor que hizo EPN. Suplico a Andrés pensar más las cosas en este tema.

Pardinas y Alemán, próceres democráticos

Si Andrés busca hacer todo lo dicho en los párrafos precedentes, muy su derecho como gobernante elegido por la mayoría, en caso de que así ocurra.
Los que estemos en desacuerdo, tendremos que intentar impedirlo, democráticamente, con argumentos, opinando, cuestionando.
No veo a López Obrador reprimiendo a nadie que lo critique. Su naturaleza es liberal, no autoritaria.
Eso sí, Andrés se va a acelerar con frecuencia y responderá a sus críticos. Que lo haga. Se vale. 
Si AMLO es más convincente desde el Palacio Nacional que sus críticos desde los medios, la opinión pública lo declarará ganador.
Si López Obrador no convence, va a perder frente a la prensa que, eso espero, se va a dedicar desde el primer instante del sexenio, a cuestionarlo con fuerza.
El señor Juan Pardinas, de Reforma, podrá seguir diciendo que AMLO, sí, se parece a Juárez y a Madero, pero en sus defectos, no en sus virtudes: “La vena autocrática de Juárez y la candidez idealista de Madero ya encontraron una encarnación contemporánea”.
Eso piensa Pardinas, yo no estoy de acuerdo con él. Pero si quiere, y ojalá lo haga, lo dirá todos los días del gobierno de López Obrador y, en una de esas, consigue que la gente le crea y tira la popularidad del tabasqueño.
Es el trabajo de los medios: lograr que los poderosos que viven de su reputación, pierdan prestigio y, por lo tanto, popularidad.
Hasta Ricardo Alemán, de Milenio, podrá seguir diciendo tonterías como la de hoy domingo: que a AMLO el nuevo aeropuerto le vale gorro porque, en el fondo, lo que busca es dejar a las fuerzas armadas sin pista para aterrizar sus aviones de guerra... Así de loco el columnista ese.
En efecto, así de grande la pendejada de don Ricardo: que Andrés busca cancelar el proyecto del nuevo aeropuerto en Texcoco para hacerlo en la base aérea militar de Santa Lucía no por ahorros ni por razones aeronáuticas, sino para destruir a las fuerzas armadas mexicanas:
√ “En los delirios de grandeza y poder del candidato de Morena —quien se comparó con Juárez y Madero luego del registro como candidato— el mayor obstáculo para su gobierno dictatorial son las fuerzas castrenses que, según el dueño de Morena, estarían ante la tentación de un golpe de Estado”.
√ “Y una de las principales medidas de prevención de un potencial alzamiento castrense sería la destrucción de la base aérea de Santa Lucía, misma que el candidato ‘morenista’ quiere convertir en el nuevo aeropuerto”.
√ “De esa manera, la destrucción de la base aérea de Santa Lucía sería el primer paso de la propuesta de Morena para desmantelar instituciones fundamentales como la Sedena, la Marina y la Policía Federal”.
Qué idiotez escribió Ricardo Alemán. Pero está bien, la democracia da para eso y para mucho más.
Lo mejor que le podría pasar a México sería que el señor Alemán siguiera con sus locuras diarias durante el gobierno de López Obrador. Lectores le van a sobrar con especulaciones tan estrafalarias contra el presidente de México, que por lo demás va a tener que aguantarse.

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