Pobreza e irresponsabilidad cruzadas, igual a reformas
La desfachatez de los funcionarios del gobierno federal que comentaron las cifras de la Medición de pobreza en México 2012, dadas a conocer por el CONEVAL, es correlativa a la ausencia de autocrítica. Un hecho es concreto: la pobreza ha crecido en el país.
Luis Videgaray y Rosario Robles convocaron a conferencia de prensa para verter sus observaciones al diagnóstico (antes que nada, Videgaray afirma que la información no responsabiliza a nadie; vaya). Y allí se vio claramente que más que mostrar y sentir preocupación y responsabilidad compartida como políticos por el aumento de la pobreza evidenciada por el CONEVAL en los tiempos de Calderón y, antes, en tiempos de todos los ex ejecutivos que nunca hicieron nada en contra de la acumulación de esta inhumana realidad (aunque presuman una ligera disminución de la “pobreza extrema”), se utilizó la conferencia y la información para, una vez más, demandar la necesidad urgente de las “reformas” financiera-hacendaria y energética que “reclama el país” (se oyen las aclamaciones por doquier).
A falta de la presentación concreta del contenido de las tan publicitadas reformas, se especula. En el caso de la primera, el aumento generalizado del IVA entre un 16 y un 19%, haciéndose extensivo a medicinas y alimentos. En el de la segunda, la intervención de la iniciativa privada al grado de compartir la renta petrolera en la exploración del recurso natural; modificando la constitución o leyes secundarias para dar “certeza” a las trasnacionales si fuere necesario.
Así las cosas y teniendo al Estado de México --gobernado anteriormente por el actual ejecutivo así como por miembros “conspicuos” (diría normalmente Chayo; qué palabrita tan chocante y demodé) de su familia y paisanos de Atlacomulco--, con más de 7 millones de pobres, Videgaray toma la palabra y expone la necesidad de las reformas para, ahora sí, propiciar un crecimiento económico salvador de la patria. Lo que nunca se hizo cuando el PRI y el PAN tuvieron crecimientos económicos en el pasado (de los excedentes petroleros de Fox y Calderón al boom petrolero lopezportillista y los gigantescos préstamos del FMI y Banco Mundial), se hará ahora: limpiar al país de pobres (Fox y el PRI lo han hecho ya estimulando su emigración hacia Estados Unidos; Calderón añadió el exterminio de la guerra). Y toma el micrófono “La Chayo”.
Y esta supuesta ex izquierdista hoy neo-priista, natural, valida el discurso de su secretario de hacienda y extiende el rollo añadiendo que “…en esta lógica (la de EPN y Videgaray, ¿cuál más?), nos parece muy importante que el país asuma un compromiso en la perspectiva de aminorar la pobreza a partir de hacer los cambios necesarios, asumir la responsabilidad histórica de las reformas y los cambios indispensables para garantizar el crecimiento de la economía, una mejor distribución del ingreso, y en consecuencia una disminución de la pobreza”.
Ella, naturalmente, buscará los beneficios para su Cruzada (¿por qué un emblema religioso, por qué no Campaña o Plan?), que van desde los electorales, como se vio recientemente en Veracruz y otras regiones, al enriquecimiento de las contribuciones de Pepsicola, miembro “conspicuo” de dicha cruzada, contribuyente permanente a la desnutrición, obesidad y diabetes de los mexicanos (quienes, contradictoriamente, están a la vez muertos de hambre y ocupan el honor del primer lugar de sobrepeso mundial y el segundo –disputando ya de cerca el primero a los gringos-, de obesidad. ¡Vaya cruzada!).
A lo que se ha dicho en el debate no oficial sobre las reformas que se fraguan en lo oscurito, se agrega ahora el compendio del cruce de la pobreza, el hambre y la irresponsabilidad histórica de los políticos mexicanos.
Y todo lo que no se hizo en el pasado para derrotar el hambre y la pobreza con todos los impuestos y las privatizaciones posibles, se hará ahora con más impuestos y la privatización que faltaba, la más deseada, la del petróleo mexicano.
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