viernes, 23 de septiembre de 2016

COLUMNAS

Justicia Transicional, de @edbuscaglia, vs Amnistía, de @lopezobrador_; @JohnMAckerman

@NietzscheAristovie 23 sep 2016 12:41
 
  
 
Andrés Manuel López Obrador
Andrés Manuel López Obrador
Continúan muy bien los números de López Obrador hacia el 2018. Pero el líder opositor no ha sido del todo afortunado en sus más recientes declaraciones. Y él, que casi siempre está en el centro del debate político del país, da la impresión de que en ciertos momentos coyunturales debiera ser más cuidadoso, por más seguro y cierto que se sienta en sus planteamientos. Ya se sabe que su perfil es el del político honrado que quiere a México y que lo único que ha procurado durante su vida política es el bien de la nación y de la sociedad; sobre todo, que ha luchado por modificar las condiciones de desigualdad que privan desde hace décadas. Como lo demostró cuando fue gobernante. Y sin embargo, no todo lo que declara es bien recibido incluso por seguidores o simpatizantes.
Por ejemplo, se equivocó al decir que el asunto del plagio académico de Peña Nieto fue una cortina de humo para evitar los temas fundamentales. Por el contrario, la raíz ética que subyace en la acción del actual encargado del ejecutivo cuando se tituló como abogado por la Universidad Panamericana, revela el espectro de lo que sería el comportamiento futuro que hoy lo tiene en una grave crisis que, ante la ausencia de responsabilidad consecuente, hunde también al país en los abismos de la impunidad. Este escándalo a quien beneficia en el fondo es al propio López Obrador, así que mejor habría sido para él callar si no iba a agregar un elemento positivo al debate en torno al hecho. Pudo haber continuado su discurso y señalar el asunto en cuestión a su favor, incluso.
Tampoco le fue bien con su declaración “3 de 3”, pues mucha gente no le creyó o utilizó en contra suya el hecho de que haya sido incompleta. Por mi parte, dejando de lado el descuido de que fuera incompleta, sí he creído que no use tarjeta de crédito y chequera (como millones de mexicanos, ya sea por decisión o pobreza) y que haya repartido los bienes entre sus hijos. Sin embargo, en términos de percepción no supo manejar el tema aunque haya tenido razón. Bastaba con decir: que se me investigue, y si tienen pruebas, procedan; así de simple (con el agregado que sí realizó: que se investigue también a los de la mafia del poder; sin comillas).

Propuesta de Buscaglia contra la de AMLO
Un asunto aún más importante que ha generado polémica es el contenido de su discurso de Acapulco en agosto pasado, “Cambio y Porvenir de México (Una visión hacia el 2018)”, que en general es propositivo para modificar la actual política en el país. No obstante, el concepto de “amnistía anticipada” allí sustentado ha causado malestar y ataques innecesarios entre sus simpatizantes y entre quienes se asumen como críticos analistas; incluso de izquierda. Me parece que no ha sabido explicar a fondo y aclarar la polémica.
Amnistía Anticipada:
“…les decimos a los integrantes del grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible derrota, en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie.
“Declaramos esta amnistía anticipada porque lo que se necesita es justicia, no venganza. No odiamos a nadie. Sencillamente deseamos lograr el renacimiento económico, social, político, pero, sobre todo, moral de México. Dicho de otra forma, se trata de inaugurar una etapa nueva de la vida pública del país, con un presidente que no esté subordinado a ningún grupo de interés creado y que solo tenga como amo, al pueblo de México.
“Respetamos a quienes sostienen la máxima de ni perdón ni olvido, pero no la compartimos. Podríamos decir: olvido no, perdón sí. En esta virtud, igual que en la honestidad, reside la esperanza de un mejor porvenir. Si hacemos a un lado el odio y optamos por el perdón, podremos caminar con el emblema de la honestidad hacia una sociedad mejor.”.

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