Los 2 López, Dóriga y Obrador, y el PRIAN
Se trata de un tema rezagado, por no decir que “se había quedado en el tintero”, desde que Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI, retomara la tonta estrategia de descalificar, desdeñar, menospreciar con inflexiones de clasismo la figura de López Obrador. Tonta y vieja, porque en 2005-6 ya fue usada por el PAN sin éxito. Hacia el 2018 está siendo usada por el PRI por indicaciones de alguno de los asesores de la campaña de Meade Kuribreña (yo prefiero pronunciar M-e-a-d-e antes que Mid), quien desde su reciente promocional se pretende pacifista y conciliador; lo que es de dudarse, según conducta de su equipo.
Ante cada embestida “pacifista” del PRI sobre el populismo, la injerencia rusa, el símil venezolano, el trumpismo, el chavismo-madurismo y las calumnias de sobra conocidas, el asunto López parecía desvanecerse en los medios. Mas aparte de ser una constante en el equipo de campaña de Meade, una nota de El Universal acaba de retomarlo y me anima a concluir por mi parte la mía.
Cuando el panismo utilizó al “señor López” como parte de su guerra de deyección ante el ascenso del entonces candidato de la izquierda y cuando parecía que Televisa y sus “comunicadores” mostraban apertura y cierta veracidad en su trabajo, Joaquín López Dóriga publicó una columna haciendo un airado señalamiento, un reproche sobre el talante clasista de la acción y su capacidad para generar odio. Texto que no he logrado localizar en google para citarlo con mayor precisión, pues viene a cuento ahora que el priismo usa la misma estrategia panista. No obstante, el periodista no ha dicho nada en esta ocasión, no se ha referido al hecho que se reitera 12 años después, ya sea porque ahora se trata del PRI, ya sea porque ha superado el “trauma”. Porque en realidad, su airada reacción correspondió no a la del periodista atento sino al aludido, al ofendido por también provenir de un padre apellidado López. Y por eso siempre se agrega el Dóriga materno, como Obrador, el otro López.
La nota de El Universal (25-01-18), “¿Quién empezó a llamarle ‘señor López’ a AMLO?” identifica a Rubén Aguilar Valenzuela –ex vocero de Fox-, como el “pionero” de semejante trato durante el proceso de desafuero. En ese lapso de 2005 al presente, el periódico identifica algunos nombres de panistas y priistas usuarios: Jorge Lara, Gabriela Cuevas (ahora arrepentida y convertida a la causa del “Licenciado Andrés Manuel López Obrador”), Héctor Téllez Hernández, Emilio Gamboa Patrón, Vicente Fox, Felipe Calderón, Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño, y, sobre todo, el rabioso Enrique Ochoa Reza, entre muchos otros personajes menores, agreguemos, incluidos columnistas al servicio ya sea del PRI o del PAN; del PRIAN, en suma, que comparte otro interés más de matrimonio.
Sorprendido por el abismo que existía “entre lo que se dice de él, los mitos, los rumores, el miedo” y la persona que conoció durante los momentos más álgidos del proceso de desafuero, el cineasta Luis Mandoki realizó un estupendo documental que apareció antes de la elección del 2006, ¿Quién es el señor López?, que se puede ver en youtube y aún es vigente.
¿Abordará al fin de nuevo López Dóriga el tema? Cuando menos, se agradecería que ubique el texto de 2005 o 2006 al que hago referencia, para contar mejor la historia y divertirnos un poco.
Entre Aguilar -el ex sacerdote jesuita y ex guerrillero panista- y Ochoa -el “rey de los taxis” y beneficiario de liquidaciones ilegales de la CFE-, las variantes son Señor López, López, Lopitos. Y no creo que sea un problema que a cualquiera se le llame por el primer apellido a secas, lo curioso de este caso es que, cada vez que es pronunciado, los vociferantes parecieran padecer (phatos), no exagero, descargas o espasmos ya sea de odio o de placer orgásmico. Si no, oigan el mantra obsesivo de Nuño, Ochoa, Fox o la vocera de Meade, Benítez: “López, Lopitos…”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario