Importación récord de maíz, una afrenta para México
Alejandro Espinosa Calderón* y Margarita Tadeo Robledo**
E
l 16 de febrero se publicó en la prensa que aumentó la importación de maíz; Juan Carlos Anaya, director general de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), dijo que “el récord de importación es debido a que se ha incrementado el consumo, principalmente pecuario, porque aumentó la producción de cerdo, de pollo y huevo. Al concluir la cosecha 2017-2018, México importará 16 millones 500 mil toneladas, tanto de maíz amarillo como blanco, por lo que sería el primer comprador a nivel internacional, según estimaciones del GCMA con datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Con ese volumen el país rebasaría a la Unión Europea, que en el ciclo 2016-2017 ocupaba el primer lugar, al adquirir 15 millones 241 mil toneladas, seguido de Japón y México como tercer lugar.
Se puntualiza:
Necesitamos que los maiceros se vuelvan más productivos, para lo cual debemos usar más infraestructura, más tecnificación de riego, variedades híbridas (de semillas) y no criollas, que permitan aumentar su productividad. En efecto, es urgente que México oriente el rumbo de forma correcta e instaure políticas agropecuarias adecuadas, hasta ahora con errores históricos que tienen a México en una dependencia grave en el cultivo más importante para el país.
Al gobierno mexicano le ofrecieron dos sexenios atrás que autorizará la siembra de transgénicos, con ello se podría elevar la producción media nacional de 3.1 toneladas a 6 toneladas por hectárea, por lo que en 8 millones de hectáreas que se siembran en México de maíz se obtendría 48 millones de toneladas de producción. Lo que no es real, porque los transgénicos no incrementan el rendimiento, tampoco se adaptan a las diferentes condiciones donde se cultiva maíz en México. Las variedades nativas poseen adaptación específica y prosperan muy bien bajo el manejo de los productores tradicionales.
La otra alternativa que se ofreció al gobierno mexicano, en 2010, fue del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), que planteó invertir 138 millones de dólares, para operar el programa MasAgro (Modernización sustentable de la agricultura tradicional (http://masagro.mx/es/?limitstart=0), por 10 años, al final se elevaría la producción tradicional de maíz de temporal de 5 a 9 millones de toneladas anuales, lo que no ha ocurrido así, la producción es similar después de siete años (www.scielo.org.mx/pdf/remexca/v5n8/v5n8a16.pdfy www.jornada.unam.mx/2017/11/18/politica/016a2pol). MasAgro suplanta la responsabilidad de instituciones nacionales, que aceptan una participación marginal.
Recientemente la Sagarpa presentó tres documentos en su portal con la propuesta
Planeación Agrícola Nacional 2017-2030, (https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/255625/Planeacion _Agricola_Nacional_2017-2030-_parte_dos.pdf), para 38 cultivos, los cuales son un excelente esfuerzo. En el caso del maíz sería importante revisar las estrategias ahí anotadas, ya que se apoya hasta ahora en Banco de Germoplasma y variedades del CIMMYT, no hay duda que el país necesita un sistema de semillas en equilibrio y participación de empresas de semilleros mexicanos (SEMUAC), y otras organizaciones para reproducir variedades mejoradas e híbridos, competitivos a precios accesibles. La Sagarpa apoyada por las instituciones de investigación públicas (Inifap, UACH, UAAAN, CP, UNAM, etcétera,), puede propiciar el abastecimiento de semillas que conviene a México (www.jornada.unam.mx/2016/12/22/opinion/015a2pol).
La Sagarpa ha hecho intentos por mejorar el sistema nacional de semillas, conviene que se insista y se apoye el incremento de variedades mejoradas generadas por las instituciones públicas, para su transferencia a los usuarios interesados, en lugar de responsabilizar y concentrar el apoyo en el Consorcio MasAgro. Ante el eventual cierre de compra de grano de maíz amarillo de Estados Unidos, se ha comentado que la alternativa sería traerlo de Argentina, Brasil o Sudáfrica, lo que sólo desplazaría la crisis de abastecimiento y lo encarecería, la única y mejor opción es que en México se produzca el maíz que se requiere, lo que es factible.
Se ha presentado en diversos medios la alternativa del doctor Antonio Turrent Fernández para lograr la suficiencia en la producción de maíz, mostrando que el país tiene un potencial de producción de maíz de 58 millones de toneladas (http://ase.tufts.edu/gdae/Pubs/wp/12-03TurrentMexMaizeSpan.pdf), no hay duda que la nación requiere políticas sólidas para incentivar la producción sostenible con el uso de variedades mejoradas y nativas, las primeras producto de la investigación de instituciones públicas y las segundas a través del mejoramiento autóctono.
Se señala que con investigación pública en corto tiempo, uno o dos años, se tendría semilla liberada de todas las variedades de grano, blanco y amarillo; además, se liberarían por lo menos 30 nuevas variedades. Es importante llevar adelante una gran cruzada para uso óptimo de todos estos maíces nativos y mejorados, apoyando empresas nacionales.
La suficiencia alimentaria en maíz puede alcanzarse con semilla mexicanas nativas y mejoradas, sin transgénicos, privilegiando la diversidad genética, la agricultura de subsistencia, tradicional y comercial por medio de un gran número de empresas mexicanas (SEMUAC), con acompañamiento en asesoría técnica, aprovechando la experiencia de investigadores y productores mexicanos.
Coordinador del Programa Agricultura y Alimentación, Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS)*, FESC, UNAM**
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