Nuestro” Andrés Manuel
Los mexicanos somos dados a “apropiarnos” de lo que queremos. Decimos “nuestros hijos”, “nuestro país”,”nuestro” esto y lo otro.
Es parte de nuestra esencia apapachadora.
Y esa esencia, ese cariño, ese tono festivo, ese apapacho hoy se sintió en cada rincón del país.
Nos hicimos uno solo en este día histórico.
Nuestro Presidente
Desde luego, Andrés Manuel es nuestro presidente porque nos unió, nos sacó a la calle el 1 de julio para votar por él, nos hizo llorar el día que ganó y claro, nos hizo llorar hoy en su toma de protesta.

Es “nuestro” porque es el primer mandatario que, al menos desde que tengo memoria, sale de su casa sonriendo, saludando, sin protección –para bien o para mal- y con el único objetivo de estar cercano a “su” gente (él nos apropia, como nosotros lo apropiamos)
Adiós formalidad
Con Andrés no existe la formalidad, no existe ese “ustedeo” que menciona don Federico Arreola en una columna para aclarar que él, nuestro director, no puede hablarle de “usted” al presidente.
A Andrés le hablamos por su nombre, lo “tuteamos” como el joven ciclista le dijo “en ti confiamos”.

Y lo hacemos porque es parte de nosotros y el cariño que nos tiene es mutuo.
No estás solo
Así, con esas palabras, lo aclamó la multitud que acudió al zócalo a verlo de cerca y escuchar el primer mensaje que dio a su pueblo como presidente. Tras una emotiva ceremonia en la que los pueblos indígenas le dieron el mando, Andrés Manuel habló de la Cuarta Transformación.

Fue uma ceremonia nunca antes vista, donde los protagonistas fueron los pueblos indígenas, ante los cuales, en um hecho sin precedentee, el presidente se arrodilló ante ellos.
¿Qué seguirá?
Cualquier inicio genera expectativas pero también incertidumbre.
Los mexicanos estamos acostumbrados a la palabrería de los políticos y sí, por desgracia, hemos terminado con desilución.
No, en realidad no sabemos qué va a pasar. Pero dudo, en verdad dudo, que Andrés, nuestro Andrés, deje de atender a esse Pueblo que hoy lo recibió con los brazos abiertos.
Que empiece, pues la Cuarta Transformación


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