viernes, 29 de marzo de 2019

COLUMNAS

Frente a la patanería de Vargas Llosa la poética denuncia: Pablo Neruda y las atrocidades de Hernán Cortés

@FedericoArreolajue 28 mar 2019 07:14
Tal vez resulte imposible que España se disculpe por lo que hizo Cortés, pero de que se pasó, se pasó... el abuso ahí queda
Tal vez resulte imposible que España se disculpe por lo que hizo Cortés, pero de que se pasó, se pasó... el abuso ahí queda
Foto propiedad de: internet

Independientemente de si España debe disculparse con México por lo que ocurrió durante la conquista, lo cierto es que hay debate. Algunas personas opinan con sensatez y amabilidad: nos enriquecen intelectual y espiritualmente a todos. Pero hay quienes, como el escritor Mario Vargas Llosa, se expresan con odio. No había ninguna necesidad de que un hombre tan influyente comentara la carta del presidente López Obrador al rey Felipe VI diciendo, con evidentes ganas de ofender, que Andrés Manuel debió haberse escrito a sí mismo para reprocharse por qué hay en México tantos "millones de indios, marginados, pobres, ignorantes, explotados". Vargas Llosa, un tipo de gran talento, conoce la razón de la pobreza de los "indios" mexicanos  —por cierto, él sabe como latinoamericano de origen, que esa palabra podrá ser la correcta según la Real Academia Española, pero para nosotros es despectiva. El hecho es que más allá del clasismo del autor que recibió el Nobel de Literatura en 2010, Vargas Llosa tendría que conocer un hecho irrefutable: entre otras razones hay pobreza en México porque desde la colonización por parte de España del actual territorio nacional se ha abusado de los indígenas —lastima menos esta palabra— y desde luego también de otros grupos vulnerables de la población. En efecto, la nación mexicana tiene 200 años de vida independiente, pero su historia en gran medida puede sintetizarse diciendo que ha sufrido toda clase de agresiones  terribles de poderosos de dentro y fuera de nuestra sociedad, empezando por los colonizadores españoles, pero desde luego sin olvidar lo que después hicieron con nosotros franceses, austriacos y estadounidenses. Otro literato eminente, Pablo Neruda, fue más realista al tocar el tema. Aquí los versos que quizá AMLO deberá incluir en una segunda carta al monarca español:

Cortés

Cortés no tiene pueblo, es rayo frío,
corazón muerto en la armadura.
“Feraces tierras, mi Señor y Rey,
templos en que el oro, cuajado
está por manos del indio.”
Y avanza hundiendo puñales, golpeando
las tierras bajas, las piafantes 
cordilleras de los perfumes,
parando su tropa entre orquídeas
y coronaciones de pinos, 
atropellando los jazmines,
hasta las puertas de Tlaxcala.
(Hermano aterrado, no tomes
como amigo al buitre rosado:
desde el musgo te hablo, desde
las raíces de nuestro reino.
Va a llover sangre mañana,
las lágrimas serán capaces
de formar nieblas, vapor, ríos,
hasta que derritas los ojos.) 
Cortés recibe una paloma,
recibe un faisán, una cítara
de los músicos del monarca,
pero quiere la cámara del oro,
quiere otro paso, y todo cae 
en las arcas de los voraces.
El Rey se asoma a los balcones:
“Es mi hermano”, dice. Las piedras
del pueblo vuelan contestando,
y Cortés afila puñales 
sobre los besos traicionados.
Vuelve a Tlaxcala, el viento ha traído
un sordo rumor de dolores.

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