COLUMNAS
Fin y principio de año con José Revueltas (Video)
2014 ha sido un año trágico para México. Por lo que ha perdido como nación a manos de quienes ejercen el poder y sus políticas antipatrióticas y antisociales, y por la brutal confirmación de la barbarie que, por más que se haya querido ocultar, subyace en el territorio y aflora por doquier todos los días y las noches. Tlatlaya y Ayotzinapa han sido tan solo la más evidente y cruda muestra de noches que amanecen impunemente bañadas en sangre.
2014 ha sido el año en que ha despertado de nuevo con vigor, y a raíz de la tragedia de Iguala-Ayotzinapa, la conciencia social, la solidaridad y la exigencia de justicia; la urgencia de cambio.
2014 ha sido el año que celebró el centenario del nacimiento de Efraín Huerta, Octavio Paz y José Revueltas.
La exigencia de lo inmediato, la demanda de la realidad impide frecuentemente el dedicarse a la lectura y reflexión que son de interés en lo individual. En una conferencia cité brevemente a Huerta. He publicado algunas columnas en torno a Octavio Paz. He citado a Revueltas en otras, pero no he querido que concluya el año formal del aniversario de éste, sin hacer una entrega final que se prolongue al ciclo venidero como compromiso de lectura y reflexión de su obra y, ¿por qué no?, como ejemplo humano, intelectual y artístico ante el porvenir.
Así, en tanto que pueda surgir un texto más o menos digno a partir de la relectura y las nuevas lecturas de los trabajos de y sobre Revueltas, he querido presentar este video en su homenaje o más bien, como dice Julio Pliego Medina, autor del documental de 1994 (“Días terrenales, testimonio de José Revueltas”), como “una resentida memoria por lo breve de tus días terrenales”.
Y con razón, como ha escrito José Alvarado, “La vida de José Revueltas es la más accidentada de todos los escritores mexicanos contemporáneos. Conoce la miseria y, en horas fugaces, la opulencia” (texto de diciembre de 1967, recopilado en Visiones mexicanas). Pues, añadiría en el tiempo Eduardo Lizalde, “Revueltas vivió inmerso en etapas de violencia represiva, y de heroísmo personal, que lo convirtieron, entre los años de sus reclusiones en las Islas Marías y su último encarcelamiento en Lecumberri (1969-1971), en el campeón mexicano de los pesos completos en materia de prisiones padecidas por razones de conciencia y actividad subversiva.” (Letras Libres; abril de 1999).
El joven crítico Octavio Paz escribía en 1943, ante la aparición de El luto humano: “Seguramente Revueltas no ha escrito una novela, pero en cambio ha hecho luz dentro de sí... De su obra no quedará sino el aliento, ¿no es eso suficiente para un joven que apenas se inicia y nos inicia en la misión de crearnos un mundo imaginativo, extraño y turbadoramente personal?”. (Citado por Lizalde).
Y sí, es el aliento permanente de Revueltas, el espíritu, lo que ha quedado de su obra en general. Pero no sólo el aliento, también la crítica, la filosofía y el arte; y por si fuera poco, su propia biografía. En sus narraciones, los personajes transcurren una vida descarnada magistralmente descrita por el novelista y el filósofo: ambas, narración y filosofía, encuentran un plano de imbricación casi perfecta pues son, más que interpretación, instrumento para transcribir la “bárbara” realidad y la condición mexicana y humana de su tiempo, y que también pareciera del nuestro.
El documental de Pliego Medina abre con el “mínimo homenaje” que sus compañeros y amigos le rinden en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM después de su muerte. Y el testimonio más emotivo tal vez sea el de Elí de Gortari: “Desde que lo conocí, para mí, venía envuelto en una especie de nimbo por esta familia tan hermosa a la que él pertenece… No recuerdo ahora… la cantidad de veces que José Revueltas estuvo en la cárcel. Siendo una criatura,…, un menor, ya Revueltas había estado en prisión, conoció todas las prisiones…, en todas partes, y siempre reprimido por sus luchas, por sus ideas mantenidas con esa serenidad, con esa pasión, con esa dignidad que no se doblegó jamás. Es mi hermano, el más hermoso de mis hermanos”.
De José Revueltas está todavía en ciernes el hallazgo masivo de su cualidad artística y de su capacidad política. Por ello, 2014 ha sido bueno para recordarlo, para darle vida a través de su obra y su biografía. 2015 y el futuro serán buenos para mantenerlo vivo en toda sus cualidades y capacidades.
Aquí, la “resentida memoria por lo breve de tus días terrenales”:
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