COLUMNAS
Multimedios protege a Rodrigo Medina, un hacker padrotea a Bloomberg con un hilo negro
Como lo hace con harta frecuencia y mejor éxito periodístico, Federico Arreola generó un muy breve pero aguerrido debate entre él y los actores de dos eventos que interesaron, sin duda a la sociedad mexicana por la trascendencia que tuvo uno y la intrascendencia que caracterizó al otro.
Veamos.
1.- Los medios de comunicación que son propiedad del regiomontano Pancho González se fueron con todo contra el fiscal anticorrupción del gobernador neoleonés Jaime Rodríguez, El Bronco, Ernesto Canales, porque colgados de un añejo culebrón que involucraba a una de las ex esposas del recordado Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, Paula Cusi en un litigio que le enderezó la que fuera colaboradora del noticiero del también extinto Jacobo Zabludovsky.
La saña de Pancho González contra Ernesto Canales deriva de una razón tan mezquina como pueril: DINERO.
Jaime Rodríguez le quitó a Pancho González las jugosas prebendas, ofensivas para Nuevo León, que el corrupto de Rodrigo Medina le otorgaba.
Los sabuesos periodísticos de Pancho buscaron en el arcón del desprestigio un caso que “podría poner al Bronco contra la pared y obligarlo a renegociar sus relaciones con Milenio, la TV de Monterrey y otros pingües negocios que realizaba con Medina de la Cruz el ahora furibundo periodista dueño de Multimedios.
Y encontraron el caso de Paula Cusi, buscadora evidente de dinero fácil, y le dieron vuelo a una denuncia de fraude “cometido por Canales en contra de la lectora de horóscopos que se hizo popular cuando Jacobo preguntaba en su programa: ¿Ya llegó Paula?”
Recobro un dato que pinta completa la relación de la señora Cusi con Televisa.
El diario digital tamaulipeco La Prensa.Mx publicó en marzo de 2011 la siguiente nota:
“Arrestan a Paula Cusi, ex esposa de Azcárraga Milmo * Incurrió en falsedades: abogado de Televisa El abogado Alonso Aguilar Zínser, representante legal de Televisa en la demanda penal contra Paula Cusi, dijo a EL UNIVERSAL que la ex esposa de Emilio Azcárraga Milmo fue arrestada en la ciudad de México con una orden de aprehensión por el delito de falsedad de declaraciones, en un juicio civil en el que reclama una parte de la herencia de la familia.”
Por culpa de esa insaciable señora Ernesto Canales comparecerá ante el Congreso de Nuevo León el lunes 4 de abril, para que explique las acusaciones que lo involucran en un presunto fraude en contra de Paula Cusi, viuda de Emilio Azcárraga Milmo, quien fuera presidente del Grupo Televisa.
Creo que después de ello el asuntó terminará ya que jurídicamente la razón parece estar del lado del fiscal anticorrupción de El Bronco.
2.- De manera por demás inocente la prestigiada agencia Bloomberg trató de darle un golpe mediato al presidente Peña Nieto refriteando una declaración de un oscuro hacker que dijo haber espiado a López Obrador y Josefina Vázquez Mota por instrucciones del ahora presidente.
Tanto López Obrador como Josefina Vázquez Mota son políticos altamente predecibles por la seducción que sobre ellos ejercen los medios de comunicación.
A ellos no es necesario espiarlos para saber sus propósitos políticos. Basta con escuchar lo que dicen a los medios.
Recuerdo una de las gracejadas que con alguna frecuencia soltaba con su desparpaja característico el gran Carlos Monsivais.
Cito de memoria al maestro:
“Me siento frustrado. Nadie tiene intervenido mi teléfono. Digo cuánta cosa se me ocurre en contra del gobierno por sus malos actos y nadie se digna espiarme.”
Lo cierto es que la intrascendencia de la nota de Bloomberg, asociada estratégica en México del diario El Financiero, en el que colabora el inefable Raymundo Rivapalacio que ahora es el Torquemada mediático de El Bronco, no le quitó el sueño ni a Peña ni a ninguno de sus principales colaboradores.
(Sugiero para documentar la intrascendencia y el origen del hakcer de referencia leer la columna de Majhadera en SDPnoticias)
Finalizo esta intrascendente columna con un comentario de una reconocida y aguda analista del espionaje:
ESPIONAJE ACEPTADO
POR LILIA CISNEROS LUJÁN
Observar a alguien, para después transmitir lo conocido a otra persona es simple y llanamente espiar. A partir de la premisa de que “información es poder” a lo largo de la historia es posible encontrar un sinfín de relatos donde algunos acechan a los considerados enemigos, otros escuchan las confidencias de un cercano y todos, luego difunden lo captado y hasta lo venden.
La actividad de vigilancia de las actividades del otro –gobierno, posible delincuente, disidente político, empresa competidora- en algunos momentos ha cobrado tal valor que hasta se paga por realizarla. Se dice de Enenas el griego, que antes de formar su propio ejército pagó a un grupo de observadores del enemigo, tal cual se hace hoy en día con cualquier mercenario. En el Quijote Cervantes menciona varios espías griegos y, siguiendo su línea literaria no son pocos los autores que hacen lo propio.
Si bien los espías más famosos, se ubican en una buena parte del siglo XX, también en las antiguas épocas del pueblo judío se hace mención de ciertos espías de variados relieves. En uno de los libros cuya autoría se adjudica a Moisés se menciona a 12 “exploradores” que son enviados a vigilar la tierra habitada por los cananeos. Diez de ellos regresan con temor y solo dos[1] tienen una visión optimista a partir de la fe de que Dios – Jehová- tiene mayor poderío que los gigantes habitantes de esa tierra que fluía leche y miel.
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