jueves, 30 de junio de 2016

La bala de plata de Mancera, oxígeno para el PRI
Por Andrés Wainstein
Para seguir de pie, el Jefe de Gobierno herirá de muerte las alianzas con el PAN en el Consejo Nacional del PRD. Impacto para Anaya, aire para el PRI.
Se abrió una pequeña ventana de oportunidad y el astuto Héctor Serrano se tiró de cabeza. La renuncia de Agustín Basave generó una nueva batalla fratricida para reorganizar al partido. En las últimas horas, la pelea se polarizó en dos grandes bloques: Los Chuchos, por un lado, y un gran bloque anti Nueva Izquierda, por el otro.
Cuidado. No es una pelea más. Pese a que muchos dan por muerto al Sol Azteca, el resultado de esta contienda no sólo definirá al próximo líder del perredismo. Tendrá también profundos alcances en la pelea del 2018. Porque la verdadera guerra de fondo son las voluntades contrapuestas para seguir –o dinamitar- las alianzas con el PAN.
Las últimas elecciones dieron oxígeno a los planes de Los Chuchos y al mismo tiempo dejaron en una posición de debilidad a Mancera. La Política Online se preguntaba entonces si la dirigencia del PRD apostaría por un hombre que no puede ganar en su propia casa o acaso empezaría a entusiasmarse con un acuerdo de alianza que le garantice conseguir parte del poder.
Esa es la grieta. Mancera necesita enterrar como sea esa unión, porque en un virtual frente opositor sería el precandidato más rezagado. Los Chuchos, fieles a su estilo dialoguista, apuestan por convertirse en furgón de cola de un tren que los coloque al menos en las cercanías de Los Pinos.
La pelea por imponer al próximo dirigente nacional del PRD tendrá también profundos alcances hacia 2018. Porque la verdadera guerra de fondo son las voluntades contrapuestas para seguir –o dinamitar- las alianzas con el PAN
Con ese telón de fondo comenzaron las grillas. Serrano abrió negociaciones con el líder de ADN, Héctor Bautista. Y sumaron a otro cacique desplazado por Nueva Izquierda: el siempre importante René Bejarano. Su IDN no es “amigo” de Mancera, pero sus broncas con Los Chuchos son mayores.
Este bloque –Vanguardia Progresista, ADN e IDN- quedaría en las puertas de conseguir la mayoría del Consejo Nacional para imponer al próximo presidente. Mancera quiere a Alejandra Barrales, en un destape anticipado para la sucesión en la Ciudad. Serrano dio el visto bueno. De conseguirlo, el bloqueo a las alianzas con el PAN sería total. Es la bala de plata de Mancera.
“El que tiene más consejeros es Bautista y habrá que ver si Serrano le da lo que pide. Porque ADN podría impulsar a otro, como Pablo Gómez, que un poco más neutro y sumaría todavía más apoyos. Seguiría siendo una victoria para el bloque anti Chuchos, pero sin darle toda la victoria a Mancera”, explicó una fuente del partido.
Foro Nuevo Sol podría ser un factor decisivo, pero tiene intereses encontrados. Silvano Aureoles –máximo exponente de la tribu- quiere antagonizar con el mandatario capitalino, porque todavía sueña con su candidatura presidencial. Mientras tanto, los liderazgos locales del DF necesitan demostrar su lealtad a Serrano. Un dato clave: Víctor Romo aspira a la presidencia del PRD-DF. ¿Votarán fracturados?
Desde Nueva Izquierda no dan por perdida la pelea y no descartan un acuerdo sorpresivo de última hora que desbarate al polo anti Chuchos. “Ya demostramos nuestra capacidad de negociación”, dicen. El reloj corre en su contra.
La resolución de esta pelea tendrá también efectos en el PAN. Si Mancera y su bloque se imponen, Ricardo Anaya perdería el puente de interlocución de una estrategia que lo colocó en la pelea. Una prueba de fuego que demostraría si tiene reflejos para barajar y dar de nuevo frente a una Margarita Zavala que sigue fortaleciéndose en las encuestas.
Desde el PRI también estarán atentos. La explosión de la alianza opositora que lo hizo besar la lona en las últimas elecciones sería sin dudas una buena noticia. Un poco de oxígeno para reacomodarse en un tablero que volvería a atomizarse. El mejor escenario para un PRI lastimado.

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