Si bien es cierto que el plagio de la tesis no es algo 'tan grande' como el asunto de la casa blanca, no deja de ser significativo y el hecho de que se trate de minimizar me indica que como sociedad aceptamos implícitamente que somos un país mega-corrupto y que esto es 'pecata minuta', 'cosa de aficionados' (¿y la ética, 'apá?).
Hay zonas en el norte del país en donde ver cuerpos tirados al lado de los caminos con claros signos de tortura ya se ha vuelto algo "normal", que yano asombra, ni indigna y, desde mi perspectiva, no es sano acostumbrarnos a ser una sociedad enferma.
Más allá de la trivilización y bromas sobre la tesis plagiada, el tema reviste importancia sobre todo con el magisterio como punta de lanza del encono, desde el gobierno, al negarse a aceptar una reforma a todas luces incorrecta y, con este nuevo tema, hasta inmoral.
Buenos días, mundo
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