sábado, 27 de agosto de 2016

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La diferencia entre México y Bolivia es que nosotros priorizamos la redistribución de la riqueza para que le llegue a la gente: senadora boliviana


(26 de agosto, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- “Hay esperanza, se pueden cambiar las cosas, se puede soñar con un México diferente; nosotros tuvimos un país en el que; por ejemplo, al campesino cocalero lo asesinaban, le pegaban un balazo los agentes de la DEA y nadie hacía nada, hubo miles de ‘anónimos’ muertos sin que nadie dijera nada”, declaró Adriana Salvatierra, senadora del Congreso de Bolivia por el Movimiento al Socialismo (MAS), tras participar en un foro internacional sobre violencia de género, realizado en la Cámara de Diputados.
La joven parlamentaria, de apenas 27 años, agregó que es indispensable visibilizar que hay esperanzas de cambiar el presente y futuro de una nación como la nuestra, a través de una revolución; no cediendo frente al sistema neoliberal que actualmente domina en la mayoría de los países, mismo que promueve la libertad de empresa, que promueve que el Estado no se meta en la economía, que prioriza los derechos individuales sin tomar en cuenta a las comunidades y que vuelve violenta a su población.
“Creemos que una revolución puede cambiar, de origen, todos nuestros males. Tenemos la certeza y la alegría de que lo estamos viviendo en Bolivia y la queremos cuidar; queremos que se concrete el llegar a cifra cero en pobreza extrema, apuntamos a un 2025 en el que no haya ninguna persona viviendo con sólo un dólar al día. Para el 2025, contamos con cambiar a un país que dependía de la cooperación internacional, a hacerlo el que se convierta en centro energético de América Latina. Éramos un país chiquito, pero hemos crecido y necesitamos darle continuidad a esta gestión”, declaró la senadora, en entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO.
Recordó que hace sólo unos años, Bolivia era considerada -junto con Haití- como una de las dos naciones con mayor nivel de pobreza. Entre 1999 y 2002, la población en esta situación aumentó dos puntos porcentuales, alcanzando así al 64% del total, mientras que la población en pobreza extrema también creció para ubicarse en 36%. 
Por si fuera poco, también se le consideraba la nación más corrupta de América Latina.
“En el año 2000, la misma Organización de las Naciones Unidas nos advirtió que de continuar este modelo económico basado en el neoliberalismo, en el capitalismo, en el 2010, probablemente el 80% de la población iba a ser pobre y de ese total, 60% iba a ser extremadamente pobre, pero con este proceso revolucionario del presidente Evo Morales, con el acompañamiento de los movimientos sociales, logramos revertir esa cifra; cambiamos el modelo económico y refundamos el país con una nueva Constitución”, detalló la legisladora.
A diferencia de las modificaciones recientemente hechas a la Carta Magna de nuestro país -luego de los cambios aprobados en 2013 en el marco de la reforma energética impulsada por Peña Nieto- el artículo 51 de la constitución bolivariana, todavía establece que recursos naturales como hidrocarburos, minería, entre otros, son estratégicos y por ello, le pertenecen al pueblo boliviano.
El Estado administra dichos bienes, pero no pueden ser privatizados; la única participación “privada” que admite, son concesiones para la explotación minera, siempre y cuando sean otorgadas a cooperativas, no a empresarios individuales.
Además, para el gobierno bolivariano, el acceso a los servicios básicos es un derecho humano, no un bien con el que se pueda comercializar, por lo que el Estado está obligado a garantizar las condiciones para proporcionarlos.
En los últimos años, Bolivia ha encabezado la lista de países sudamericanos que más crecimiento anual ha tenido: el año pasado, el Producto Interno Bruto (PIB) del país gobernado desde hace 10 años por Evo Morales, creció 4.8%; en 2014, aumentó 5.4%; mientras que en 2013, el incremento se situó en 6.5%; es decir, en promedio, 5.5% en los últimos tres años.
En contraste, en lo que va de la administración de Peña Nieto, el crecimiento de México en el mismo sector ha sido, en promedio, de apenas 2 puntos porcentuales.
“La diferencia es que nosotros priorizamos la redistribución de la riqueza, más allá del crecimiento económico; nos preocupamos porque este incremento, le llegue a la gente, que sea más equitativo y que contribuya a sacar la de la pobreza”, explicó Salvatierra.
En noviembre de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció a Bolivia por la implementación de iniciativas como lactancia materna exclusiva, desayuno escolar, acceso al agua potable, por la dotación de alimentos fortificados, entre otras estrategias, que ayudaron a reducir la desnutrición en el país.
Además, el pasado 28 de junio, Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud de la Oficina Regional para las Américas de la misma OMS, felicitó al gobierno de Morales, por las políticas de atención primaria en salud -como acceso a prestaciones de promoción, prevención, diagnóstico precoz y tratamientos- instrumentadas desde 2013 a través del programa ‘Mi Salud’
“Es muy dignificante recordar cómo estábamos hace 10 años y cómo estamos ahora, cómo hemos avanzado. Evidentemente, vamos en contrasentido a las políticas económicas predominantes de las que durante mucho tiempo nos dijeron que entre menos participación hubiera del Estado en la economía se garantizaba una cancha libre para que todos pudieran crecer económicamente pero fue mentira. El neoliberalismo es un sistema que impulsó el crecimiento de las desigualdades; llevó más pobres a la pobreza extrema, impulsó un estado de ánimo de despolitización de la sociedad y ese no es el camino”, argumentó la joven parlamentaria.
Salvatierra sostuvo que la decisión de cambiar el modelo económico en la forma de gobernar su país, no es un asunto de moda política; sino una forma de ejercer soberanía respecto a sus recursos, su nuestra vida política y, en general, respecto a nuestro destino; sin embargo, explicó que esta soberanía no es nacionalista, sino que se basa en la certeza de que se puede construir un futuro para todos.
“Fue con organización colectiva como nosotros logramos superar todas esas carencias. Por los 43, por los maestros asesinados, reprimidos; por los miles de indígenas muertos, hay esperanza. Ojalá podamos ser el nuevo mal ejemplo de América Latina, para ser la venganza moral de los oprimidos”, concluyó.

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