domingo, 27 de noviembre de 2016

Adiós Fidel Castro

sáb 26 nov 2016 10:09
 
  
 
García Márquez decía que no se iba a morir, porque tenía demasiadas cosas que hacer
García Márquez decía que no se iba a morir, porque tenía demasiadas cosas que hacer
Foto propiedad de: Internet



Ayer viernes 25 de Noviembre murió a los 90 años Fidel Castro Ruz. Un sector amplio de cubanos en Miami y algunos otros regados por el mundo están de fiesta, los primeros emigrados de la vieja guardia.
Siempre sí murió Fidel. Su amigo García Márquez decía que no moriría porque carecía del tiempo para hacerlo, estaba demasiado ocupado. Y los cubanos a quienes despojó de los suyo para quedarse él con todos los bienes de la nación, aseguraban que “hierba mala nunca muere”.
Pero la mayoría de cubanos, los que no fueron parte de la revolución pero que padecieron a través de los años sus carencias e imposiciones, en este momento preferirán reactivar o entablar su relación con la isla porque vislumbran que este será el momento de proseguir con los cambios activados por el hermano menor del difunto comandante, Raúl, iniciados con Obama. Aunque queda la incertidumbre si Trump continuará con la misma línea.  
Fidel cobró vida y logró sostenerse gracias a la guerra fría entre Estados unidos y la Unión Soviética. Dentro de la polarización mundial de aquellos años donde las naciones debían posicionarse de un lado u otro, Fidel se entregó al control soviético convirtiéndose en el talón de Aquiles del capitalismo a unos cuántos kilómetros de suelo estadounidense.
México mantuvo siempre vivas sus relaciones con Cuba, este arreglo político fue importante cuando se fraguó la revolución a principio de los años sesenta del siglo pasado, porque se pactó que en tierra mexicana no echaría a andar Fidel las cruentas guerrillas que sí armaron los comunistas cubanos en el resto de América Latina, donde la mayor parte de las naciones del cono sur rompieron en aquel momento sus relaciones con la Cuba de Fidel.
Las relaciones entre México y Cuba se enfriaron notablemente a partir del presidente Zedillo. Cuba desconfiaba de México y se acercó a Canadá como un aliado seguro dentro del bloque de América del Norte.
Se quedarán enterrados en el pasado los sustantivos cubanos para nombrar a aquellos que dada la desesperación por la falta de todo, pero primeramente arriesgando la vida para obtener su libertad se lanzaron a esa arriesgada conquista: gusanos, marielitos, balseros, etc. Miles de cubanos en éxodo, que fueron tragados por el estrecho que divide la isla con tierra firme, serán recordados junto con los presos políticos que encarceló para que no le estorbaran, como las auténticas víctimas de la revolución cubana.
Se decreta el duelo nacional de nueve días a partir del 26 de Noviembre. La comisión organizadora del partido comunista único en Cuba, invita a la población que vaya a rendir pleitesía a su líder el día 28 y 29 en la Habana.
Ignoro si la historia absolverá a Fidel como lo pregonaba el dictador. Pero me queda claro que el único que deberá absolverlo o no en su caso, será el mismo pueblo cubano dentro y fuera de la isla. Podrán opinar aquí y allá sobre Fidel, sobre lo que hizo con su aislado país durante 50 años, pero ninguna opinión valdrá realmente más que aquella que provenga de los mismos cubanos.

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