El trasiego del honor
Sin embargo, son muchos los temas que hay que desarrollar con los ciudadanos
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En el Distrito II de la GAM tenemos un taller de formación política fuera de lo común. En él concurren periódicamente entre 20 y 23 compañeros que nos cansó el activismo repartidor de papeles. A partir de noviembre del año pasado, decidimos acompañar nuestro trabajo con una formación teórica e ideológica. Ya llevamos seis meses discutiendo y desarrollando ideas. El viernes 27 de mayo el tema fue la coyuntura y nuestra práctica política. Hablamos, en consecuencia, de lo que actualmente pasa en el país y de manera especial de lo que está naciendo en el Estado de México.
Lo primero que hemos reconocido es que como nunca, hay una opinión interesante, incluso entusiasta por lo que se está haciendo y diciendo en el terreno político-electoral, especialmente por parte de Morena. Al respecto, discutimos la necesidad de una articulación programática y estratégica que limite o elimine la tendencia a convertir a Morena en un partido solo electoral, ajeno a las luchas sociales, gestor de demandas sectoriales. Queremos que nuestro taller descubra la importancia de organizar a los revolucionarios para que salgamos del despeñadero y forjemos una vida de autodeterminación humana.
En nuestras discusiones, también aparecen cuestionamientos sobre un discurso político recurrentemente repetitivo. Se aduce que esto se hace porque la difusión del pensamiento político de Morena, no lo difunde la prensa mercenaria y que por lo tanto, hay que estarlo repitiendo hasta que finalmente llegue a la gente, al pueblo. Esto, parcialmente es cierto, no todos los ciudadanos estamos en condiciones de oír o leer a los medios masivos de comunicación.
Sin embargo, son muchos los temas que hay que desarrollar con los ciudadanos. Hay que explicarles cuestiones desde el fondo para no ser víctimas del lenguaje patriotero de la burguesía gobernante y de los periodistas chayoteros. Hacemos ver la urgencia de contar con una plataforma única de lucha que articule a las resistencias políticas reales, descubrir el enemigo principal del pueblo, construir una coincidencia de acciones políticas en tiempo y lugar, generar estructuras organizativas sólidas y construir una dirección central revolucionaria que sea capaz de conducir las luchas del pueblo. Los dirigentes políticos tienen la obligación de explicar todo esto y con ello evitar una práctica cansina que no abona al conocimiento y a la discusión de los demás problemas de la nación
Otro tema que discutimos en nuestro taller es el comportamiento de los partidos y de sus dirigentes. Registramos que no hay debate político ni propuestas programáticas en la mayoría de ellos. Sólo Morena plantea lo que piensa hacer si llega al gobierno en el EdoMex y en el país. Los otros se han dedicado a explicar y/o defender sus miserias y a justificar la descomposición interna que han generado sus ligas con el poder. Se obvian una explicación sobre la política enajenante que vive el pueblo de México. La mayoría de la gente ya sabe quiénes son los oportunistas y vividores de nuestro país. Lo importante, dijimos, no es saberlo sino explicarle a la gente que su postración política tiene que ver con una cultura priista que ha trastocado los sentimientos, los derechos y las libertades del pueblo y que ha llegado la hora de rescatarlos.
Vemos con pena que la izquierda desprecia el debate político. En lugar de ideas y de propuestas de gobierno, lo que predomina en estas organizaciones es un implacable trafique de personas y grupos para ganar una elección a como dé lugar. ¿Dónde quedaron los principios y la ética de la política? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo construir una fuerza capaz de darle conducción revolucionaria a las luchas populares? ¿Por qué nos preocupa poco contar con una Dirección que construya el partido de clase que requerimos para derrocar a la burguesía? ¿Por qué ese trasiego del honor y de la dignidad de militantes y líderes de pueblo, luchadores por una transformación real del país que trabajan pero que no los ven ni los oyen? ¿Por qué se toman decisiones sin consultar a las militancias? ¿La mescolanza que se está configurando va a confluir en la construcción de un partido que no se convierta en una olla de grillos? ¡Cuidado!
Estos son algunos temas que discutimos en nuestro taller. Cuestionamos lo que está pasando en las filas de todos los partidos, incluida Morena. Hemos puesto sobre la mesa temas difíciles, complejos, pero de obvia resolución. Interesante que a pesar de las críticas a Morena, nadie quiere votar por los partidos del sistema, tampoco se quiere nulificar el voto. ¡Los cuestionamientos a este partido no llegan a tanto! Llamamos a votar por Morena y por Delfina. Pero ya no queremos ser piezas de ajedrez que se mueven a diestra y siniestra, según los intereses o decisiones de los chipocludos. Queremos otro tipo de política. Queremos que la lucha sea una batalla de fuerza contra fuerza pero donde predomine otra lectura y otra conducción de las cosas. Donde los principios y la ética sean lo que determinen el comportamiento político de las personas y de los partidos. Donde uno pueda sentir orgullo de ser un militante de verdad y no un objeto que se mueve al capricho de los líderes.
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