AMLO y cuatro mil brigadistas rodean el Senado
Desde hace una hora --8:00 am-- alrededor de cuatro mil personas que se habían concentrado en el Hemiciclo a Juárez a partir de las 7:00, se encuentran ya frente a la valla de granaderos de la Policía Federal Preventiva que resguarda las instalaciones del Senado de la República. Con ellas, Andrés Manuel López Obrador permanece en la primera fila de la resistencia.
De todos los puntos de la ciudad continúan llegando compañeras y compañeros para sumarse a las acciones de resistencia civil pacífica, que tienen como objetivo impedir que los senadores aprueben hoy la llamada reforma energética.
A juicio de los intelectuales y técnicos que analizaron lo logrado por los legisladores del PRIAN con los del Frente Amplio Progresista, subsisten muchas lagunas e imprecisionmes que podrían dar lugar a interpretaciones "sorprendentes" para torcer la ley en beneficio de intereses privados. De allí, la necesidad de evitar que ese proyecto sea convertido en texto legal, hasta que se aclaren varias cosas, especialmente lo relativo a los bloques o áreas de tierra o de mar que podrían otorgarse en exclusiva a compañías particulares para la exploración y explotación de crudo.
Por su parte, los dirigentes de Nueva Izquierda, que anoche se pavonearon en la televisión de que "defenderían" la reforma con 10 mil militantes para impedir que el movimiento de AMLO bloqueara el Senado, decidieron esta mañana concentrar a sus huestes frente a las instlaciones del PRD en la colonia Roma, de donde no se sabe si se moverán, ni hacia dónde.
Publicado por Jaime Avilés en 7:07
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Etiquetas: movilizaciones, senado
La columna de hoy de Julio Hernández
■ ¡García Luna para la Belisario Domínguez!
■ Cadenero en antro senatorial
■ Ruptura con el Perreducho
Convertida en casa de seguridad a cargo de un golpeador miembro del gabinete felipista, la Cámara de Senadores aprobó ayer una serie de enmiendas petroleras cuyas pretensiones y grandilocuencia quedaron difuminadas por la ausencia de 12 palabras que los legisladores-rehenes no pudieron incluir para dejar constancia indudable de clausura de los apetitos privatizadores. La toma policiaca de la Torre del Caballito significó agresiones físicas a ciudadanos en general y obstrucción del paso a diputados y senadores, bajo la supervisión personal de Genaro García Luna, uno de los varios vicepresidentes virtuales de la República que desde la Secretaría de Seguridad Pública pretende erigirse en policía único del país, una especie de Big Brother cuya peligrosidad expansiva quedó de manifiesto en la insólita pero al mismo tiempo sugestiva presencia personal en el recinto alterno senatorial para tomar decisiones políticas mediante el uso de la fuerza y, horas antes, en las acometidas de policías federales contra juanes y adelitas que, a pesar de la represión y los amagos, impidieron el paso a los camiones con senadores a bordo, que como tragicómico ratón loco legislativo buscaban infructuosamente algún resquicio vial por el cual colarse a la sede ordinaria de sesiones de esa cámara, en la calle de Xicoténcatl.
En circunstancias de mínimo pudor político, García Luna debería ser obligado a renunciar por un jefe a quien preocupara el que las armas establecieran restricciones y condiciones en un ámbito de natural debate y diferencia como es el Senado, pero si ese michoacano rindió protesta de su impugnado cargo actual mediante tretas militares que le abrieron una rendija impúdica en un pleno del Poder Legislativo también sitiado, entonces posible será más bien que ese practicante de artes marciales de sometimiento aspire a proponer al policía invasor y porril como candidato a la siguiente entrega de la medalla Belisario Domínguez. Por más que haya sido trastocada la normalidad del país, y los horrores cotidianos hayan hecho descender los niveles de asombro y protesta sociales, no puede dejarse pasar sin alerta el hecho de que un miembro destacado del Poder Ejecutivo formal de este país hubiese creado una versión política del News Divine, con diputados y senadores “sospechosos” o molestos a los que se impidió el paso al improvisado salón de sesiones. Dejar en la impunidad las hazañas de García Luna como cadenero en jefe de un antro senatorial y como coordinador de intencionales grupos de choque contra opositores civiles, es facilitar que en el futuro inmediato se instaure un poder policial de facto que rija y defina lo político y sus vertientes de protesta y disidencia.
Por su parte, el movimiento cívico encabezado por Andrés Manuel López Obrador arrancó ayer una nueva etapa, radicalmente diferenciada del entorno falsamente victorioso y tan rápidamente confirmado como tramposo que pretendían crear los chuchos, ahora enfurruñados, y los demás emblemas de la gran corrupción de la clase política que pretendían encajonar a la resistencia pacífica entre paredes de supuestos triunfos épicos y desvanecimiento mágico de apetitos feroces de privatización. El tabasqueño eludió las trampas de la elite tripartidista (PRI, PAN y Perreducho) mediante la recurrencia al expediente de las bases que deciden lo que habrán de hacer los dirigentes. La decisión de activar la oposición a las enmiendas petroleras liberó al movimiento de la sospecha de que se hubiesen dado negociaciones de elite y, aun cuando habrá de pagar la cuota de desgaste que ya le han aplicado los oficiosos medios de comunicación, sobre todo los televisivos, le garantiza viabilidad y le da rumbo, no sólo en la venidera supervisión de los temas petroleros, sino en la fase de defensa de la economía popular que ya está anunciada. El peor escenario para el dirigente López Obrador hubiera sido aparecer en templetes de júbilos fabricados compartiendo la “victoria histórica” con Carlos Navarrete, Graco Ramírez, Jesús Ortega y Guadalupe Acosta Naranjo, convertidos así en los presuntos arquitectos del salvamento de la izquierda y en los garantes de que la vía “institucional”, la de los acuerdos en lo oscurito, podría producir posteriores hazañas similares, a pesar de detallitos de doce palabras como los bloques geográficos asignables a contratistas nacionales o extranjeros en materia de exploración y producción de crudo.
Otra de las consecuencias inmediatas de la votación del miércoles es la aceleración del proceso de ruptura con el cascarón del PRD- Chucho (el Perreducho) y sus aliados de oportunidad. Movido por cálculos políticos que no quieren dar material a los adversarios para que centren los sucesos actuales en un enfrentamiento interno, López Obrador evitará la referencia directa a quienes desde el PRD han abierto las puertas a los planes pripánicos, pero en las asambleas públicas no podrán pararse más, sin ser acusados de traidores, quienes ayer, a la hora de la verdad, se plegaron a planes acordados en las cúpulas. En todo caso, esos votantes en favor de letras que permitirán privatizaciones podrán consolarse con la felicitación que ayer les envió Felipe Calderón, especialmente dedicada a los muchachos del PRD “bueno”. Pero la convivencia forzada entre los ocupantes de la estructura formal del sol azteca y el movimiento social de izquierda no podrá ser restaurada, y en el horizonte queda claro que el FAP, y sus expresiones partidistas de Convergencia y del Trabajo, son la opción práctica para 2009.
Y mientras AMLO implanta récord de movilizaciones en menos tiempo (el pasado domingo, en el Monumento a la Revolución, asamblea informativa; el lunes, en el Hemiciclo a Juárez, reunión con adelitas; el martes, con juanes; el miércoles, asamblea y votación; ayer, plantones y marcha; la asamblea de la vera victoria, este domingo en el Zócalo, más la presencia en San Lázaro del fast track, el próximo martes), ¡feliz fin de semana, con la leída de cartilla de Condoleezza Rice a la administración calderónica, antes de que comience la invasión, perdón, la Iniciativa Mérida!
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