miércoles, 24 de diciembre de 2008

FERRER GALVAN

Los perredistas ante una encrucijada: ser o no ser


por Rubén Durán Cachón




Tras la cuestionada elección interna del PRD por la presidencia nacional del partido que culminó con la intromisión del TRIFE que impuso a Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda como su máximo dirigente, un número importante de perredistas a nivel nacional está en una encrucijada de pronóstico reservado: ser o no ser integrantes del partido.

Lamentablemente para los simpatizantes e integrantes de los muchos grupos de izquierda, con la llegada de "los chuchos" al poder, el PRD deja de ser un partido que encabece las demandas populares, los reclamos históricos de los olvidados del gobierno, de los pugnan por una repartición equitativa de la riqueza, para convertirse en un partido electorero sin más ideología que la de obtener cargos de elección popular para beneficios personales y de grupo, enriquecerse con los cargos que ostentan, aunque para ello tengan que traicionar los principio básicos que enarbolaron al asumirse como un partido de izquierda, pues ya está fuera de dudas que Jesús Ortega es un infiltrado de la derecha en el PRD, un servil a los mandatos de Felipe Calderón y a su política capitalista y neoliberal.

Un partido político representa, en tiempo presente, no la ideología de sus documentos básicos ni los esperanzas de los movimientos sociales que le dieron origen, sino los intereses de los que se ostentan en el poder político, y en el caso actual del PRD, cuyo Consejo Nacional (máximo organismo deliberativo) está dominado por los "chuchos" en un bloque conformado entre la Nueva Izquierda y Alianza Democrática Nacional que cuentan con 208 consejeros, en oposición al grupo de Izquierda Unida que representa Alejando Encinas con tan solo 124 votos, queda claro que el PRD es dominado en sus órganos de dirección por su presidente "espurio" Jesús Ortega.

Ante esta situación, los partidos (PT), Convergencia y PRT, que fueron aliados del PRD antes la imposición de Jesús Ortega, decidieron alinearse con el FAP representado por AMLO, para postular a candidatos afines y rechazar las candidaturas propuestas por "los chuchos", lo que motivo el encono y el miedo de la dirigencia "espuria" perredista amenazando a los militantes con expulsarlos si votan por los candidatos de esa alianza, y además, promoviendo un recurso de inconformidad con la derecha representada por el IFE de no permitir que el FAP se coligue con otros partidos.

La cuestión es que es que los militantes del PRD, seguidores de AMLO, por una parte no quieren apoyar a los candidatos que designen los "chuchos" para la contienda electoral del 2009, pero tampoco quisieran renunciar al PRD por el que tanto lucharon para convertirlo en la primera fuerza electoral del país como se demostró en las elecciones del 2006.

En estos momentos cruciales para el perredismo, la definición de AMLO y Alejandro Encinas es vital. Si ellos deciden formar un nuevo partido tendrán a miles de seguidores perredistas con ellos. O bien, tendrán que esperar que termine en mandado de Jesús Ortega para intentar arrebatarle la presidencia del partido en las próximas elecciones internas del PRD.

Por cuestiones pragmáticas creo que los perredistas de auténtica ideología de izquierda no deben renunciar al partido a menos que AMLO de el ejemplo, pero que desde sus trincheras, deben rechazar a cuanto candidato sea postulado por los "chuchos", quienes hoy por hoy representan la vergüenza del PRD, la sumisión incondicional a la derecha y la más lamentable traición a un partido que se concibió como la izquierda electoral.

Si votamos por los candidatos impuestos por lo "chuchos", aunque sean del PRD, nos va a pasar lo que en el municipio de Benito Juárez (Q. Roo), cuyos regidores "disque perredistas", con la honrosa excepción del regidor Raúl Arjona Burgos que votó en contra, aprobaron el aumento de las tarifas del servicio público del transporte por "fax track", sin que para ello haya habido un estudio de las necesidades económicas de los empresarios, y sin importarles la caótica crisis en que vive el pueblo, demostrando su servilismo al presidente "ciudadano" Greg Sánchez y su vocación "derechista" y neoliberal lo mismo que los "chuchos", el PAN y Felipe Calderón

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