jueves, 4 de mayo de 2017

Ciudad Perdida
Pugna por la jefatura
Desaires y consecuencias
Travesura a Mancera
Miguel Ángel Velázquez
M
ientras el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, empieza a atender asuntos de urgencia para el país desde la Conago, las urgencias políticas de quienes buscan ascender en los niveles de decisión para la ciudad, las patadas bajo la mesa y las bofetadas sobre ella tomaron una dinámica que parece que nadie va a detener.
Y en eso de la bofetadas quien se pinta solo es el secretario de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski. Resulta que en lo que ya no se puede llamar festejo por el Día del Trabajo, pero que ha derivado en actos hipócritas en favor de algunas organizaciones sindicales, el funcionario decidió que los trabajadores de la ciudad, que en su mayoría habían llenado el lugar del evento, se quedaron esperando que su líder, Juan Ayala, se dirigiera a ellos.
Nos cuentan que Ayala había preparado una idea para hablar con la gente de las organizaciones de trabajadores del gobierno de la ciudad, pero el funcioanrio prefirió que algún otro secretario general tomara la palabra en nombre de los asalariados, lo que Juan guardó para sí en la bolsa de los malos recuerdos.
Fue tan notorio el desprecio del funcionario –que pretende ser candidato (tal vez del PAN) a la jefatura de Gobierno– hacia Juan Ayala, que obligó a Miguel Ángel Mancera a brindar un reconocimiento al trabajo del líder de la burocracia capitalina, que ha jurado no reconciliarse con Cherto.
Eso, en términos de lo actual, quiere decir que la base trabajadora del gobierno de la ciudad no moverá ni un voto a favor del personaje, y a como están las cosas a estas alturas del partido, quien quiera ser candidato tendrá la necesidad de un grupo tan nutrido, como el de la organización que comanda Ayala. Ni modo, otro paso en falso de Cherto, que ni intentando la compra de voluntades se hace de simpatías.
Y ahí no para todo. Las patadas bajo la mesa, como decíamos, están en barata. La secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, que al parecer no encuentra partido que la respalde en su estrategia de ser, otra vez, una candidata quita votos, y nada más, busca ahora convertirse en la sucesora de Miguel Ángel Mancera, vía herencia, es decir, sustituir al actual jefe de Gobierno cuando éste deje el cargo para competir por la Presidencia de la República, y para ello asegura que Mancera se irá del gobierno en los primeros días de octubre.
Lo que no quiere saber la señora Mercado es que ya hay lista de espera para el cargo. Hay quien dice que en la silla de Mancera se sentará Julio Serna, uno de los colaboradores más cercanos al jefe de Gobierno, pero en lo que todos coinciden es en que la delantera la lleva el secretario de Desarrollo Social, José Ramón Amieva, que sin decir mucho trabaja y trabaja en favor del jefe de Gobierno, así que la señora Mercado, cuando menos a la fecha, no tiene quien la rescate. Ni modo.
De pasadita
Bueno, lo que sí parece de locos, y que Miguel Ángel Mancera tiene que tomar en consideración, son ciertos hechos que deben normar su criterio. El supuesto de que Mancera había transitado a la presidencia de la Conago con toda tranquilidad y sobre alfombra roja es una mentira. Tanto el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, como el de Michoacán, Silvano Aureoles, dedicaron buena parte de la noche del martes, y hasta algunas horas del miércoles, a grillar en contra del jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Es más, Graco, que pretendía un desenlace diferente al que llevó a Mancera a la presidencia de Conago, invitó a un grupo de periodistas para que fueran testigos de su travesura, pero no le salió. Ahora no se vale el arrepentimiento.

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