miércoles, 10 de mayo de 2017

Delfina ganó el debate; pierden Del Mazo, Josefina y Zepeda #DelfinaYaGanó

@NietzscheAristomié 10 may 2017 09:16
 
  
 
Aprendió y tuvo mucho mejor desempeño que en el primer debate:
Aprendió y tuvo mucho mejor desempeño que en el primer debate:
Foto propiedad de: Internet

Se sabía que Josefina atacaría a Delfina y un poco a Del Mazo. Se sabía que Del Mazo atacaría a Delfina. Se sabía que Zepeda atacaría algo a Delfina y vociferó que se iría con todo contra Del Mazo. Lo que no se sabía es que en esta ocasión la maquinaria del sistema usaría, en lugar de Josefina, a la candidata “independiente” priista para embestir a Delfina.
Y así estuvo la jugada: Si en el primer debate usaron a Josefina para minar a Delfina, ahora utilizaron a la Castell, la “independiente”, que se puso a darle con todo. Incluso llegó a acusarla de no saber hablar. ¡Lo dijo ella, la que se expresa como robot amaestrado y tartamudo! Increíble.
Por ello es que Josefina se centró en atacar a Del Mazo y dejó un último ataque a Delfina; nada nuevo. Robótica como siempre, monótona, no convence ni a los panistas. Su discurso celebratorio post-debate recuerda cualquier mitin hueco de la señora diseñada para perder a cambio de ganar. Al final, con el ataque a Delfina, desquitó en parte los más de mil millones de dólares que Peña le regaló. No levantó ni levantará; ni antes, ni ahora ni nunca. A disfrutar, impune, las ganancias de las pérdidas.
Zepeda, el que despertó el sorprendido entusiasmo de algunos después del debate con Loret, quedó mucho a deber. Gradual, se desinfló en dos tiempos, primer y segundo debate. Como lo inflaron de más y él mismo se echó aire, olvidó su promesa de destrozar a Del Mazo. Se la pasó respondiéndole al candidato del PT y a la “independiente”, quien lo entrampó; y cuestionando a Delfina también. Perdió la “oportunidad de oro” que le auguraron sus admiradores y acabó en caballo agobiado. Título de su película: El Zepeda de Loret que se nos fue. No levantará más el globo. Ahora se verá si de verdad es de izquierda o se queda en la demagogia legitimadora del PRIAN que, de acuerdo a la experiencia del PRD Chucho, le agrega la D al partido oficial: PRIAND. González, que lo combatió bien, tendrá asimismo la oportunidad de elegir entre “hacerle el caldo gordo” al sistema o unirse a Delfina.
Del Mazo pareció poco menos que un maniquí, una réplica, un clon de su primo Peña pero con copete cano (tiene razón Sabina Berman en sus muy buenas historias sobre Del Mazo III, léanla). Significativamente, se dedicó a arremeter contra Delfina y a advertir contra el triunfo de Morena (devaluación del peso, alejamiento de inversiones, desempleo). Lo atacaron por todos lados pero no en realidad como se esperaba. Y él se sostuvo como maniquí de aparador. Mantendrá su posición, si no se desfigura, con el llamado voto duro del PRI y con los millones de pesos que le está metiendo el sistema para la compra del voto. Perdió porque no tiene argumentos, no tiene defensa. No se puede defender lo indefendible. No puede decir, como dice, “la hemos cagado por 90 años, pero queremos su voto de nuevo porque ahora sí la haremos”.
Delfina ganó por lo siguiente: Porque aprendió y tuvo mucho mejor desempeño que en el primer debate: más más tranquila, más articulada, más segura, con menos trastabilles verbales. Ahora sí, respondió de botepronto a Del Mazo, su verdadero adversario, y lo paró en seco desde el principio; aun respondió ataque de Zepeda. Ignoró a la agresora titular de la noche, la “independiente”, e ignoró a Chepina, ambas insistiendo en un tema conocido y que de seguro, como líder de las encuestas, le sugirieron no contestar (lo ha explicado Horacio Duarte en los medios). Supo exponer su programa con buen pulso. Hay que decir que cuando ella es más auténtica, más maestra, le va bien, habla mejor. Cuando aborda aspectos técnicos, duda; pero para eso tendrá asesores y expertos en las distintas materias, dijo.
Y Delfina ganó porque todos se alinearon para tirársele encima, para eliminarla, incluso con ataques clasistas. Ataques que denotan quién va en primer lugar. Y acaso sea por más ventaja de lo que se ha hecho público, de allí la obsesión contra ella. ¿A quién atacaron el PRImazo y la muñeca “independiente” del PRI? A Delfina. Y todo sería frivolidad si se tratara de juzgar únicamente quién viste mejor, quién habla mejor, quién luce mejor en tv; elementos que ayudan pero que no sirven si no están arraigados en un candidato con un programa auténtico de cambió como el que necesita el Estado de México. Ese programa lo expuso Delfina y sólo lo tiene Morena a nivel nacional. Si todo fuera imagen y elocuencia, otros debieran de ser los candidatos. Estrellas de teatro y cine, escritores y poetas, cuando menos. Y por cierto, la única referencia literaria la hizo la maestra al cerrar su participación mostrándoles al final la imagen de algo que se llama libro.
Así, esta pelea por el Estado de México no será de tres o cuatro como muchos esperanzados desean sino de dos. El PRI (y todos sus apoyos irregulares) contra Morena. Más claro que esto, ni el Río Lerma cuando lo limpien.

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