sábado, 20 de mayo de 2017

#LordNaziRuso, un linchamiento más

@NietzscheAristosáb 20 may 2017 14:04
 
  
 
El linchamiento es una práctica recurrente en México.
El linchamiento es una práctica recurrente en México.
Foto propiedad de: Internet
En México siempre ha habido una justificación para el linchamiento. He escrito aquí antes: en 1968, en Canoa, Puebla, fueron “ateos” y “comunistas”. En 2015, en Ajalpan, Puebla también, “secuestradores” y “violadores”. Todas las víctimas fueron inocentes de los cargos imputados por las turbas que los lincharon.
Ahora en Cancún, ha sido un extranjero conocido en las redes sociales como #LordNaziRuso, aunque es ucraniano con residencia legal en México, según información periodística. Y aunque en este caso se trata de una persona que había estado agraviando a la comunidad en la que vive, no era ésta la que tenía que actuar de manera violenta y traer como resultado a un muerto de parte de los linchadores y una condición crítica del linchado.
El linchamiento es una práctica recurrente en México. Ausencia de ley y de autoridad en combinación con la ignorancia y/o la rabia popular hacen que el horroroso y barbárico fenómeno se repita una y otra vez.
La turba no tenía por qué haber actuado en Cancún. Testimonios indican que al menos desde febrero había sido denunciada la violencia del extranjero contra los pobladores, en particular contra mujeres y niños, y que había sido detenido por inmigración y liberado debido a su residencia legal que él mismo presumía en sus violentos videos. Una observación de ellos muestra a una persona condicionada, más que por una perturbación mental, por un adoctrinamiento ideológico extremo. Sin embargo, ha salido ya información de que este hombre fue diagnosticado de esquizofrenia en Rusia y estuvo hospitalizado un mes; escapó a Egipto en 2007, fue deportado de España y llegó a México. Por sus agresiones, en diciembre de 2016 fue encarcelado y revocada su residencia, pero apeló y se le dio de manera permanente; Sputnik, 20-05-17.  Con información a la mano, no hubo una intervención determinante de la policía local o de inmigración para evitar la sangre. El 19 de mayo el problema explotó en las redes sociales cuando se difundió un video del agresor. En las mismas se convocó a llegar a la casa del ucraniano para hacerle frente. En el video difundido, el ucraniano ofende, frente a decenas de personas en un banco, a una señora. Nadie hizo nada por auxiliarla. En cambio, la turba convocada se salió de control. En una primera avanzada, el acosado se defendió y acuchilló a un joven que ha muerto (en un video se ve a Alexey Viktorovich Makeev practicar con hachas como arma). Y si el linchado sobrevivió fue porque se hizo el muerto, dijo un testigo; y también por su peligrosidad. Y la policía ausente, desentendida. Estuvo allí un poco antes de que se desataran los acontecimientos de violencia, tratando de disuadir a los convocados; después desapareció y la tragedia sucedió.
No deja de ser extraño, por otro lado, que esta misma turba y todas aquellas que linchan en casi todo el país no actúan cuando la violencia del estado o del crimen organizado se solaza en ellos. Tiene que ser un hecho muy sentido, muy emocional, directo: robo, asalto, secuestro, violación, sea real o ficticio, y es por lo general inducido por algunos “líderes” enardecidos. Y es así cuando se producen las tragedias. En Cancún, dada la condición de extranjero y de los agravios del mismo, con la trasmisión en directo del espectáculo sangriento en redes, la gente coreaba frente a su casa “¡mátenlo, mátenlo!” (“¡te voy a decapitar!”, gritó alguien); y se llegó al absurdo de exclamar “¡México, México!” ondeando una bandera nacional de gran tamaño, como si se tratara de un partido de futbol.
No son las turbas quienes tienen que actuar, enjuiciar y aplicar el “ojo por ojo”. Tiene que ser la autoridad y la policía quienes intervengan a tiempo. Pero una y otra vez esto no sucede. ¿Cuándo habrá término a estos actos violentos en el país? ¿Cuándo habrá término a la condición de violencia generalizada? Cuando haya un estado legítimo en verdad ocupado por atender las problemáticas sociales. Cuando haya autoridad. Cuando haya justicia. De otra manera, la violencia de este y todo tipo seguirá imperando en el país.

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