lunes, 26 de noviembre de 2018

Astillero
Migrantes CA, problema de México // Estación de espera // Velasco Coello, adiós violento // Güero consentido de la cuarta transformación
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▲ MENSAJE A LAS FUERZAS ARMADAS. En un hecho inédito, por primera vez antes de entrar en funciones un presidente reúne a militares.Foto Cristina Rodríguez
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a administración Trump ha decidido que los migrantes centroamericanos en ruta hacia Estados Unidos deben ser contenidos desde el sur de México, como este país pueda, ya sea mediante el uso de la fuerza pública, con barreras económicas o laborales como el Tren Maya, el corredor transístmico y la siembra masiva de árboles. México, pues, como el verdadero muro de Trump.
En el caso de los migrantes en caravana, que a fin de cuentas le proporcionaron un buen servicio (aunque no suficiente) en las pasadas elecciones intermedias, Trump ha militarizado su frontera para impedir que un pie sin documento legal que lo avale pueda pisar ese territorio. Ayer, luego de rebasar las prevenciones de la Policía Federal, un grupo de esos migrantes realizó un intempestivo intento de salto de muro, que fue contenido desde el lado estadunidense con el uso de gases lacrimógenos.
El volátil ambiente de esa caravana migrante centroamericana, con presencia de informantes, infiltrados y provocadores, queda ahora a disposición de las autoridades mexicanas salientes, cuyo secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, ha anunciado que el Instituto Nacional de Migración va a deportar a cuando menos medio millar de centroamericanos que participaron en el intento de ingreso violento a Estados Unidos. La actuación será con firmeza, dijo Navarrete, a quien queda menos de una semana en el cargo.
Luego tocará el turno a la administración lopezobradorista que, según lo publicado por The Washington Post, habría llegado a un acuerdo para que los migrantes en solicitud de asilo estadunidense se mantengan en México, como si este país fuera una especie de estación de espera. El presunto acuerdo fue negado, con prosa confusa, que ya le es característica, por la futura secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Manuel Velasco Coello rindió su último informe como gobernador de Chiapas. Hubo una abierta represión a trabajadores del sector salud y a desplazados de comunidades rurales que protestaron en el contexto del peculiar acto. El cierre violento de la administración del joven político conocido como El Güero fue congruente con las hechuras políticas de los seis años recientes: una administración pública caracterizada por el desdén hacia las demandas populares, la utilización de la pobreza como mecanismo de control electoral y la politiquería como método de subsistencia, y ascenso en las cúpulas.
Las prácticas de Velasco Coello bien podrían ser inscritas en la muy precisa lista de lo que se supone que debería estar en proceso de extinción conforme a lo que se ha llamado la cuarta transformación del país. Miembro del deplorable Partido Verde Ecologista de México, peñista no sólo por circunstancias sino por afinidad esencial, usuario del priísmo y sus siglas para imponer en Chiapas una especie de bipartidismo de rienda única, acusado de corrupción y despilfarro, frívolo y clasista (llegó a permitir que pobladores de comunidades indígenas lo transportaran en andas), Velasco Coello ha gozado de forma temprana de una excepcional benevolencia por parte de Andrés Manuel López Obrador y el partido Morena.
Quien está llamado a ser El Güero Consentido del Sexenio comparte la siguiente gubernatura chiapaneca con el lopezobradorismo en la persona de Rutilio Escandón, y colocó en senadurías y diputaciones a integrantes de su grupo. De escándalo fue la maroma en el Senado a la hora de negarle permiso para dejar esa Cámara y luego, en segunda votación, restituirle tal vía que le permitió retomar el gobierno chiapaneco, con la posibilidad de regresar luego a tal escaño o ejercer abiertamente alguna función pública, tal vez relacionada con el proyecto del Tren Maya. En tales circunstancias resulta que las protestas populares en su contra, la represión a manifestantes y el saldo negativo de su gestión son incidentes menores ante la protección y promoción que le brinda el inminente presidente de la República.
Twitter: @julioastillero

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