jueves, 29 de noviembre de 2018

Ciudad perdida
¿Habrá cambio verdadero o seguirá el engaño?
A
unas cuantas horas de que teóricamente se dé por concluida una de las etapas más negras y más penosas de la historia de México, la pregunta salta: ¿estamos al inicio de una nueva era o simplemente se agregarán unas gotas de humanismo al ciclo descarnado del poder neoliberal?
Tal vez en ningún otro capítulo de nuestra historia el país haya sufrido una crisis como la que vivimos: violencia, pobreza, instituciones desechas, descrédito absoluto al quehacer político pervertido por el poder económico, corrupción e impunidad, un panorama ruinoso por donde se vea, y frente a ello un hombre que habla del cambio verdadero, pero que en los hechos parece no poder dar el golpe de timón que enmiende el rumbo.
Y es muy probable que no sea cuestión de voluntad, más bien la realidad obliga y el mercado manda. Denis Jeambar e Yves Roucaute titularon a uno de sus libros más celebres El elogio a la traición, y en él hablan de las muy grandes diferencias entre las realidades de la política, por ejemplo, la realidad del que compite por el poder y la realidad del que debe ejercerlo.
Por más fuerte que sea el título del libro, sus páginas no describen al vulgar que engaña para saciar sus intereses; por el contrario, narra las circunstancias en que un mandatario –Felipe González o Francois Mitterrand, por ejemplo–, al tomar el poder tiene que deshacer el camino que trazó en campaña para lograr gobernabilidad, y en eso consiste, advierten los escritores, la traición a lo que se prometió en campaña, y tratan de explicar que las decisiones del mandatario no tienen, en los casos que analizan, otro camino, y en la fuerza para tomar esas decisiones plantean el elogio.
sin embargo, México está harto de los engaños, de las traiciones vulgares que no merecen el elogio porque desgobiernan. Por eso, a unas horas de que Andrés Manuel López Obrador se convierta en el posible factor del cambio, la pregunta sigue siendo la misma: ¿damos por muerto al neoliberalismo o sólo se le cambiará el ropaje para que parezca lo que no es?
El primer día del mes que ya casi empieza, una clase política diferente, en su mayoría, se reunirá en la Cámara de Diputados para dar la bienvenida al nuevo régimen, y muy pronto sabremos si acudieron al acto en calidad de testigos o como cómplices de un nuevo engaño.
Hace ya muchos años, en este espacio dijimos que si le iba bien a Fox le iría mal a México. Estaba muy claro que, aunque la derecha hablara de transición y de democracia, no existía ni un solo dato que advirtiera el cambio. Le fue muy bien a Fox, que consumó el engaño.
Hoy, como nunca, la necesidad del cambio emerge desde las calles, desde los pueblos. Andrés Manuel López Obrador está al mando, ojalá nadie tenga que elogiar su traición.
De pasadita
En la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México han empezado a correr una serie de rumores que ponen en duda todo lo dicho respecto del asunto San Juanico, que provocó más de una decena de horas de bloqueos en la carretera México-Pachuca.
Hay quien asegura que el supuesto asalto que dio pie a la acción policial es eso, un supuesto; que no hay datos claros y seguros que den razón a la hipótesis del asalto a una gasolinera; tampoco se sabe nada, cuentan, del también supuesto asaltante; es decir, nada comprobable que justifique el asalto policiaco a San Juanico.
Si esos rumores son ciertos, entonces ¿qué motivó la acción de los policías de la Ciudad de México? ¿ A quién beneficiaría o a quién perjudica esa historia? Es decir, ¿qué mensaje mandaron los uniformados y a quién con ese hecho? Aún no hay respuesta a las preguntas, pero los rumores empiezan a tomar forma.


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