El rechazo al sistema de salud universal, otra disyuntiva
El día de ayer cientos de enfermeras y médicos de diversas especialidades salieron a las calles a protestar por las reformas del gobierno federal en materia de salud, que a su modo de ver dejarán en la indefensión y a merced de particulares a millones de mexicanos.
Entonces en rechazo al sistema de salud universal que el gobierno federal pretende poner en marcha y en apoyo a los maestros, en la Ciudad de México inició la marcha de médicos que salió del Hospital General de México a la Secretaría de Salud.
Su principal demanda, es que les expliquen de qué se trata el sistema universal de salud que el gobierno federal pretende poner en marcha. Esta movilización también es en apoyo al paro de actividades que los maestros iniciaron hace un mes en contra de la reforma educativa, por lo que la CNTE se sumó a esta marcha.
En agosto de 1981, por acuerdo del entonces presidente José López Portillo, se creó la Coordinación de los Servicios de Salud de la Presidencia de la República, cuya misión fue "determinar los elementos normativos, técnicos, administrativos y financieros de los servicios públicos de salud, a fin de integrarlos en un sistema nacional de salud que diera cobertura a toda la población".
Este sistema se había mantenido a flote, sin embargo el aumento de la población dio lugar a cambios y reestructuras, aunado a ello está la mala administración, lo cual ha llevado de acuerdo con informes a la quiebra de las dos instituciones más importantes en materia de procuración de salud, el IMSS y el ISSSTE.
Hombre de todas las confianzas del ex presidente Ernesto Zedillo, en cuyo gabinete se desempeñó como secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, señaló en uno de sus ensayos:
“Los cambios en la salud de las poblaciones toman tiempo, y a veces es más prudente darle continuidad a aquellas acciones que han funcionado bien, que modificarlas precipitadamente”.
La salud está en la agenda política de los gobiernos y México no es la excepción. El viejo debate entre Estado liberal y Estado social está resurgiendo con fuerza en muchos países en el contexto del mundo interdependiente en el que estamos inmersos.
México necesita, desde mi perspectiva, un gobierno fuerte que no eluda sus compromisos sociales. Son éstos los que le dan razón de ser y auténtica legitimidad, de lo contrario dejaría inevitablemente a la deriva a millones de mexicanos.
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