jueves, 29 de diciembre de 2016

Presidente @EPN eche abajo el gasolinazo y las calificadoras, con cariño, que vayan a la chingada

@FedericoArreolajue 29 dic 2016 10:32

 
 
Llegó la hora de tomar las grandes decisiones. Siempre habrá modo de contentar tecnócratas extranjeros
Llegó la hora de tomar las grandes decisiones. Siempre habrá modo de contentar tecnócratas extranjeros
Mensaje para todos
Es decir, este artículo va con copia al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, a los otros economistas del gobierno federal y a los especialistas financieros de los medios de comunicación.
El problema es este:
1.- La gasolina en sí misma es cara.
2.- Cuesta mucho distribuirla.
3.- Hay quienes se la roban antes de que llegue a las gasolineras, lo que incrementa el costo.
4.- Encima, el gobierno la grava con impuestos elevadísimos.
El gobierno necesita dinero
Desde luego, le hacen falta recursos para cumplir con sus compromisos. Recursos enormes, como todo el mundo sabe. 
De un día para otro el gobierno no se volverá eficiente
Está bien, el gobierno debe volverse eficiente. Pero una administración que ha operado ineficientemente durante décadas, tanto en los tiempos de vacas flacas como en los de vacas gordas, no mejorará de hoy para mañana.
Así las cosas, inclusive para lograr eficiencias reales el gobierno necesita dinero. De acuerdo con esto.
De ahí los impuestos a la gasolina
Terribles impuestos, brutales impuestos. Tan excesivos que tienen a la gente mucho muy molesta. El descontento jamás había sido tan grande.
¿Tiene opciones el gobierno?
Las hay, desde luego existen. El mismísimo secretario Meade las ha mencionado. Tienen costos las medidas alternativas, pero son menores a los de tener a decenas de millones de mexicanos indignidados y con ganas de movilizarse contra el gobierno.
Para compensar lo que el gobierno perdería en caso de que echara abajo el gasolinazo, estas serían sus opciones:
1.- Otro recorte al gasto. 
2.- Más impuestos, sobre todo indirectos a las medicinas y a alimentos básicos.
3.- Endeudarse.
La primera y la tercera opción son políticamente viables
En efecto, el gobierno puede recortar todavía más su gasto. Y, claro está, al costo que sea puede endeudarse mucho más.
La segunda opción enardecería todavía más a la gente
Lo que sería una tontería gigantesca –lo crea Ripley o no, hay quienes la proponen– es salir con la genialidad teórica de crear más impuestos. La sociedad no lo toleraría. De plano, no.
EPN debe analizar la inconformidad
El presidente Enrique Peña Nieto tiene que entender el enorme malestar de la sociedad mexicana y actuar, de inmediato, para tranquilizarla. No solo su gobierno y sus reformas están riesgo: México mismo está en una dificultad muy seria.
Serenar los ánimos
Pero solo hay una manera de serenar los ánimos: echando atrás ahora mismo el gasolinazo. Si se quiere, que se anuncie que se pospone o retrasa. Pero el gasolinazo no debe operar a partir de enero. La estabilidad del gobierno de México y, por lo tanto, la de nuestro país entero pueden quedar destruidas.
Con todo respeto, a la chingada con las calificadoras
Si eliminara el gasolinazo –con la sola decisión del presidente Peña puede hacerse–, el gobierno tendría que recurrir a medidas de financiamiento de su gasto, como el endeudamiento, que necesariamente molestarían a las “calificadoras”.
Carajo, si las calificadoras se enojan, pues que se enojen. Vayan mucho a la chingada.
¿Qué prefiere el presidente de México, hacer rabiar a tecnócratas extranjeros o a su pueblo?
La crisis que vendrá si las calificadoras nos degradan
Entiendo el argumento, si las calificadoras degradaran a México, se nos descompondrían los “fundamentales” de la economía y, de esa manera, en el mediano y en el largo plazo estaríamos  en problemas.
Pero es una tontería monumental preocuparse por los “fundamentales” de la economía cuando la sociedad está a punto de estallar. Es lo que pienso.
Todos muertos
Carajo, nunca había tenido más sentido aquella expresión de célebre economista de que, en el largo plazo, todos vamos a estar muertos.
Estamos sufriendo una enfermedad terminal que nos va a matar en el cortísimo plazo si se insiste en agradar a unas calificadoras a las que, la verdad de las cosas, siempre habrá tiempo y mondo de arreglar.
Más fácil contentar tecnócratas necios que a todo un pueblo indignado
Porque nomás falta que los economistas mexicanos tan preocupados por las calificaciones externas prescriban que, para tener una salud insuperable en el largo plazo, además del gasolinazo lo que se necesita es gravar las medicinas y alimentos. Son capaces.
Trabajar para quedar bien fuera y no para los mexicanos
Tristemente, los economistas del sector público, los del sector privado y los especialistas de los medios de comunicación cuando se espantan ante la posibilidad de Molestar a las famosas calificadoras, pareciera que piensan más en quedar bien con técnicos extranjeros que con la gente en México.
Tiene lógica que lo hagan así: muchos de nuestros economistas sueñan con ser contratados en Nueva York, Londres o Zúrich. Es decir, ven su paso por el gobierno mexicano como un trampolín para saltar al mundo global de las finanzas. Qué cabrones tan vivos.
El presidente Peña Nieto no se irá a trabajar al sector financiero de Inglaterra, Suiza o Estados Unidos. Entonces, debe tomar decisiones para sacar adelante su gobierno ahora mismo sin pensar en nada más.
Y si se enojan las calificadoras, insisto con todo respeto, que se enojen. México no va a estar peor de lo que ya está solo por la rabieta de un grupo de tecnócratas, que para colmo ni viven en nuestro país.

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