Regálenme su bolita de cristal, su filtro y su encuesta para garantizar pureza absoluta de quien trabaje en la vida pública. Una mejor que la de Lenin, que no advirtió a Malinovski (y peor: ni a Stalin). Una mejor que la de Gandhi que no advirtió a donde iría Neherú. Una mejor que la de Mandela, que no previó el neoliberalsimos en su país... una mejor que la de jesús, que no cerró el paso a Judas.... Una receta histórica infalible con reglas claras y precisas, tests de pureza, sueros de la verdad y así y así. Plis, se los ruego.
Pedro Salmeròn.
Pedro Salmeròn.
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