Los niños como estafeta inmoral. Un medio los entrega al siguiente. Increíble tanta desfachatez.
Dicen mis amigos de los medios —sobre todo los que no ven las cosas en México como yo las percibo— que ya aburro con tantas críticas que hago a los periodistas que en mi opinión recurren a inmoralidades para golpear a AMLO.
Pues sí, soy aburrido. Y lo seguiré siendo. Dijo Ambrose Bierce que “una persona aburrida es la que habla cuando deseas que te escuche”.
Supongo que mis amigos de los medios inconformes con la 4T por la caída en los presupuestos asignados a la publicidad oficial, lo que desearían es que en vez de que yo les cuestionara, mejor escuchara y entendiera sus razones para estar en contra de Andrés Manuel.
Si les diera por su lado, tales personas calificarían a mis comentarios como interesantísimos.
El hecho es que estoy francamente decepcionado de que los niños enfermos cuyos padres acusan al presidente López Obrador de no estar bien atendidos en el sector salud, sean usados ya abiertamente como estafeta perversa para darle continuidad a la campaña mediática contra el gobierno de izquierda empeñado en combatir la corrupción.
En El Universal el columnista Héctor de Mauleón dio a conocer un caso, que se exageró bastante: el de un pequeño al que sus padres pudieron llevar a Suiza después de que el medicamento que se le aplicaba en México le provocó una reacción alérgica.
Ojalá en aquel país lo ayuden. Pero tal historia se dramatizó en exceso, inclusive con mentiras. Cuando ya parecía en el olvido, la columnista Lourdes Mendoza, de El Financiero, toma la estafeta.
La colaboradora del diario especializado en negocios habla de otro padre de familia que denuncia a AMLO por algún problema relacionado con la enfermedad de un niño. ¿En serio es responsable el presidente de México? Amarillismo puro, bastante vulgar por cierto. En mi opinión lleva el único propósito de insistir en que nadie en el gobierno se preocupa por la salud de los mexicanos menores de edad.
Los niños como estafeta inmoral. Un medio los entrega al siguiente. Increíble tanta desfachatez.
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