domingo, 31 de agosto de 2014

Segundo Informe: ¿De verdad hay un Peña Nieto distinto?

@jlca007dom 31 ago 2014 08:03
  
 
El presidente lo ha dicho en repetidas ocasiones: las reformas no cambiarán las condiciones del país de la noche a la mañana. 
Estudiosos del poder como Popper dicen que los hombres que lo detentan, por lo general,  no cambian fácilmente ni de personalidad ni de costumbres. La transformación de los mandatarios solamente tiene dos vertientes;  evolucionan o involucionan.
En el caso mexicano, y de cara al segundo informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, varios analistas, como René Delgado de Reforma, dice que Peña Nieto llega a su segundo informe cambiado porque ya tiene las reformas en la bolsa. O cuando menos eso le entendí a la barroca columna del periodista.
Es muy simplista y de poco alcance en sus interpretaciones políticas esa consideración de René Delgado, un antipeñista profesional.
Las reformas son un producto colectivo. Tienen un impulsor de origen, que en este caso, obvio, es el presidente Peña Nieto.
Pero también en su debate, su afinación y su aterrizaje están los legisladores, los dirigentes de los partidos signatarios el Pacto por México, los operadores encabezados por Luis Videgaray.
Son muchos los involucrados.
Y las reformas están ya convertidas en leyes, pero todavía no se reflejan en la marcha social y económica del país. El presidente lo ha dicho en repetidas ocasiones: las reformas no cambiarán las condiciones del país de la noche a la mañana.
Toda siembra de cambio, en este caso de esperanza popular de superar marginalismos, corrupciones. Impunidades, inseguridadaes, desigualdades sociales y económicas, tiene sus tiempos de cosechar frutos.
Peña Nieto llega a su segundo informe como un mandatario evolucionado.
Tiene más información y más informantes.
Está que actúa cada vez más demostrando seguridad y mano dura.
Para esta primera entrega sobre el Segundo Informe de Gobierno, plateo tres elementos recientes que configuran el panorama político de un presidente que evoluciona.
1.- Fin de la impunidad.
El mensaje que manda Peña Nieto en el caso de Germán Larrea es de amplio espectro.
Dice en su columna en Reforma Julia Carabis, sin duda una especialista respetable en temas ecológicos, lo siguiente:
“Existen diversos lineamientos internacionales sobre los criterios que deben integrarse en una política pública minera sustentable. Por ejemplo, los ‘10 Principios del Consejo Internacional de Minería y Metales’, las ‘Líneas Directrices para Empresas Multinacionales’ elaboradas por la OCDE, la ‘Iniciativa para la Transparencia en las Industrias Extractivas’, los ‘Principios Voluntarios sobre Seguridad y Derechos Humanos’, entre otros.

México debería ser un ejemplo de cómo promover la industria minera moderna y sustentable, que respete al medio ambiente y a los derechos humanos, contribuya al desarrollo regional integral y promueva una distribución justa de los beneficios. Mucho bien le haría a la nación y a los países en desarrollo. Lamentablemente, estamos muy lejos de adoptar estos principios y se ha optado, erróneamente, por un crecimiento desmesurado e insustentable”.

Es decir, moralmente, con las reformas en la mano de Peña Nieto, Germán Larrea es un personaje condenado.
2.- Estado de ánimo nacional califica a Peña Nieto a la baja.
Nunca han sido un elemento real de ponderación de buen o mal gobierno las calificaciones de aceptación que diversas empresas otorgan a los mandatarios.
Que si Peña perdió cuatro puntos en relación a los que tenía cuando era candidato, no es elemento de ponderación como para traducirlo, como hacen los profesionales de la protesta, en un repudio popular al presidente.
Los hechos hablan. No hay un contexto de rechazo popular a Peña Nieto que pudiera considerarse crítico.
Ni Peña Es Maduro; ni López Obrador es más aceptado que el Papa Francisco.
3.- Jesús Murillo Karam y Napoleón Gómez Urrutia.
Jesús Murillo ya se hizo cargo del asunto de la minera de Grupo México que contaminó gravemente al río Sonora.
Pero la lectura primaria de que el amparo que ganó Napoleón Gómez Urrutia tiene un fuerte olor a jugada política para poner en activo al líder del sindicato minero frente a la soberbia de Germán Larrea, es, sin duda, aceptable.
Pero, ¿desde cuándo Peña Nieto ha estado recibiendo informes de los investigadores de Gómez Urrutia?
En los años de exilio, desde Canadá, Gómez Urrutia se la pasó siguiendo los pasos de Larrea, de Felipe Calderón, Javier Lozano y el entonces gobernador del banco de México, Guillermo Ortiz.
De tal suerte que el investigador colateral de Murillo Karam, es Napoleón Gómez,  el poderoso y super informado del caso Larrea dirigente minero.
Mañana trataremos el simbolismo del evento de entrega del informe en San Lázaro y los componentes que hacen de Enrique Peña Nieto un presidente evolucionado.

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