¡A bailar con la Morena!
La hegemonía de Morena en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) puede forzar alianzas inesperadas entre las fuerzas políticas que se suponen antagónicas. La nueva agrupación encabezada por Andrés Manuel López Obrador es hoy por hoy en la capital del país la muchacha más bonita de la fiesta, aquella con la que todos quieren bailar… pero también la que despierta suspicacias y temores de todo tipo.
Aunque opositores como el dirigente del PAN en el DF, Mauricio Tabe Echartea (actualmente en campaña de reelección como candidato único), consideran que el pejista Movimiento de Regeneración Nacional (que tendrá 22 diputados) y el PRD (con 19) son la misma cosa y tienen la misma visión, la verdad es que la alianza que parece imposible es precisamente entre esas dos fuerzas de presunta izquierda que tuvieron un mismo origen pero que hoy en día se manifiestan como enemigos irreductibles. En cambio, tanto el propio PAN como el PRI capitalino encabezado por Mauricio López Velázquez parecen dispuestos no sólo al diálogo y el acuerdo, sino a bailar la quebradita y ser el socio que le hará falta a Morena. Habrá ver a cuál de esas dos fuerzas, ambas integrantes de la “mafia del poder”, le acepta la pieza la veleidosa debutante.
Platiqué por separado con ambos Mauricios, el priista y el panista, sobre la postura de sus respectivos partidos en la novedosa conformación de la Asamblea capitalina, integrada por 66 legisladores. Al margen de posibles cambios derivados de las impugnaciones presentadas por los partidos, según la asignación de las diputaciones de representación proporcional hecha por el Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) el PRI tendrá un total de siete diputados locales, que sumados a los dos del Verde Ecologista harían un total de 9 curules para la alianza. El PAN, por su parte, tiene ya asignados 10 asientos, con lo que aparece como la tercera fuerza.
López Velázquez, sin embargo, confía en que las cosas van a variar y el PRI terminará con ocho diputaciones al asignársele una de las que ahora detenta el PAN. De ocurrir esto, el PRI-PVEM tendrían 10 curules y el PAN se quedaría con nueve, pasando a ser la cuarta fuerza. Por supuesto, Tabe Echartea descarta de entrada esa posibilidad. Por el contrario, considera que podría ser al revés y que el PAN logrará finalmente un espacio más en la asamblea, para sumar 10. Todo ello habrá de dilucidarse antes del 7 de agosto próximo.
Como quiera que sea, dice López Velázquez, el PRI será una oposición constructiva. Me dice que todo será a partir de acuerdos y diálogo. “Señalaremos y criticaremos los errores que se cometan, pero haremos propuestas a favor de nuestra ciudad”. La futura fracción priista tiene ya una agenda concreta. Temas: seguridad, desarrollo económico, movilidad y transporte, transparencia y rendición de cuentas, desarrollo urbano, y reforma política.
Asegura que la reforma política del Distrito Federal es un tema toral que en la legislatura que termina fue frenada por el PAN cuando estaba a punto de aprobarse. Ahora habrá una nueva oportunidad, pero el priista advierte que la hegemonía de Morena en un congreso constituyente “causa temor” a más de uno. “Nosotros vamos a empujar la aprobación de la reforma”, me dice.
El líder priista está de acuerdo en que en la próxima legislatura será una Asamblea inédita, en la que su partido no escatimará esfuerzos para lograr acuerdos en temas fundamentales. Con Morena como con todos, están dispuestos al diálogo y al debate. “De hecho ya lo hemos hecho con esa parte del PRD que hoy forma Morena: los conocemos”.
Sobre la suerte de renacimiento que tuvo el PRI en las elecciones del pasado 7 de junio, me comenta: “Pasamos 21 años prácticamente sin presencia en el DF. Hoy tenemos tres diputados federales, tres locales de mayoría, cuatro o cinco plurinominales. Y gobernamos tres delegaciones. Esto es resultado de una estrategia diferente, basada en un proceso de unidad, de abrir un frente sólido con nuevos rostros que supo a la vez aprovechar las divisiones de la izquierda”. Destaca que un elemento muy importante fue el caso de Cuajimalpa, donde el PRI demostró, dice, que sabe hacer un buen gobierno.
Y tras considerar que el PRD enfrentó el voto de castigo con “la maldición de Morena”, menciona que los resultados que obtuvo el PRI-DF en las recientes elecciones han sido los más importantes en 21 años, desde 1994. Presume la existencia de un priismo que resurge porque hubo actores que no encontraron lugar en sus partidos y decidieron aliarse con su partido, como Laura Ballesteros Mancilla en Miguel Hidalgo y Xiuh Tenorio en Benito Juárez. Advierte finalmente que el PRI no vetará interlocutores. Al contrario, pondrá a disposición sus capacidades para trabajar en coordinación con el gobierno, de otras fuerzas políticas y de la mano con la sociedad civil.
Por su parte, el panista Mauricio Tabe Echartea rechaza de entrada que su partido haya frenado la reforma política del DF. “Lo que frenamos fue una contrarreforma política, que pretendía un retroceso inaceptable. Era volver a un centralismo mayor, que cancelaba toda autonomía a las delegaciones”.
La verdad es que el panista no se muestra satisfecho con los resultados electorales de su partido en el DF. Destaca, claro, que lograron conservar por amplio margen la delegación Benito Juárez y que ganaron una más, Miguel Hidalgo. “Sin embargo, mis expectativas eran mayores, lo reconozco”. Y acepta, en un arranque de autocrítica: “Nuestros resultados en el oriente de la ciudad fueron desastrosos”. Asume asimismo que perdieron votos ante los partidos emergentes Humanista y Encuentro Social en el DF y que faltó conectar el mensaje de los panistas con la ciudadanía, porque parece que se perdió el significado de votar por el PAN pese a tener, considera, el grupo parlamentario en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) más visible.
Respecto a la postura que el grupo parlamentario del PAN asumirá en el ALDF frente a las iniciativas de la administración capitalina encabezada por Miguel Ángel Mancera, me asegura que “no le van a hacer el caldo gordo al gobierno, pero tampoco vamos a bloquear sus acciones positivas”. Los panistas no serán incondicionales, sino críticos severos. “Tenemos nuestra propia agenda. Y en ella hay temas que simplemente no son negociables. O lo son en el sentido de que el gobierno y su partido cedan”. Enumera: la creación de la versión local del Sistema Nacional Anticorrupción, algo que el PAN impulsó a nivel federal. Buscarán que funcione una especie de subsistema en la capital, que asegure la transparencia y permita sancionar de verdad a los funcionarios públicos corruptos.
La tarea legislativa de su bancada estará muy fortalecida en las organizaciones sociales, a través del Comité de Ética Pública. Me dice muy en serio que están interesados y dispuestos a aportar al debate parlamentario, al diálogo, a los acuerdos en temas como la corrupción, la movilidad, un desarrollo urbano que armonice el crecimiento. Postula que el impuesto predial debe regresar a quienes lo generan, a la comunidad, a la colonia, para elevar su calidad de vida. Y de manera muy especial, enfatiza, el tema de la educación. Asegura que aunque muchos ignoren la verdadera situación de la educación pública en la ciudad de México, la realidad es que hay miles de escuelas abandonadas, en situación deplorable. “Estamos definitivamente a favor de una reforma que logre una verdadera educación del ser humano desde bebé y a lo largo de su vida”.
Sobre la relación que tendrán los diputados del PAN frente a una Morena hegemónica en la ALDF y la posibilidad de alcanzar acuerdos con ella, se limita a decir con una sonrisa: “vamos a ver, vamos a ver”. Eso sí, promete, “no obstaculizaremos avances verdaderos”. Y aunque no descarta consolidar alianzas en la asamblea “con quien sea” sobre los temas que impulsa el PAN, reitera que, para él, PRD y Morena son la misma gata. El hecho de que se haya terminado la hegemonía del PRD en delegaciones y ALDF, reflexiona, da la oportunidad para que los actores políticos asuman su responsabilidad y avancen en acuerdos. De cara a los próximos tres años, según Tabe Echartea, se debe impulsar una agenda política y legislativa que incluya lo que la ciudadanía demanda. Ese, en efecto, es el reto de la nueva, sui géneris Asamblea. ¿Ocurrirá así? Válgame.
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