jueves, 30 de julio de 2015

COLUMNAS

Elogio de Peña y los suyos; legitimación de Vargas Llosa

@NietzscheAristomié 29 jul 2015 13:27
  
 
La cuenta de twitter @VargasLlosaPeru, atribuida al escritor Mario Vargas Llosa, publicó hace pocos días, “La literatura debería ser parte de la formación de un dirigente social. No se puede ser un buen político si no se sabe comunicar.”

Despertar de la anestesia de la segunda operación y sonreír, caer en la cuenta de que todavía se está vivo y de que aún se es el encargado del poder ejecutivo mexicano (lo que seguidores y apologistas llaman “presidente”). Y darse un pellizco, por si acaso. Y disfrutar el pensamiento de que pronto se estará de viaje en París, rodeado de familia, amigos y leales; un séquito innumerable que incluye a casi todo el gabinete al cual se premia por su buen desempeño, incluyendo al encargado de la secretaría de gobernación (quedando así la patria sin gobierno por varias horas, lo que por otro lado, casi da lo mismo, pues estando o no estando presente algunos de los dos responsables principales, suceden las mismas cosas; con su escape, El Chapo regresó el gobierno formal a las oficinas, no obstantela frustración de Osorio Chong).
¿Por qué a pesar detanta mediocridad, tantas casos de ineficiencia y corrupción el gobierno federal continúa intacto e incluso se da el lujo de organizar una fiesta celebratoria en las instalaciones del PRI nacional como si el éxito fuera la marca de la administración? (hay que entender en ese punto que difícilmente le aplaudirían a Peña en otros escenarios; por el momento, el “Pacto por México” está desarticulado de manera formal).
¿Qué, quiénes toleran y justifican la presencia de Peña y su grupo en el poder con todo y que uno tras otro se sucedan los eventos contrarios a su permanencia? Dejando de lado la irregularidad de la llegada al poder y considerando lo álgido solamente, se han sumado como adversidad: la ausencia de consulta nacional sobre la privatización del petróleo, Tlatlaya, Ayotzinapa, La Casa Blanca, la otra casa de Peña, las casas de Luis Videgaray y Osorio Chong, los contratos irregulares al grupo sobornador Higa, los otros negocios irregulares con amigos del Edomex (1700 millones de pesos “donados” a la Fundación Proacceso y la empresa Enova), la ausencia de transparencia generalizada en el reino del “conflicto de interés”,la violencia ejercida por el ejército y la marina contra la sociedad, la fuga de El Chapo Guzmán, la crisis económica y el desempleo, los 64 millones de pobres (y 31.5 millones de casi pobres; en realidad 95.5 millones de pobres, de acuerdo al reciente informe de Coneval), el fracaso de la política petrolera, la devaluación que coloca al dólar en 17 pesos y que, a pesar de lo que diga Agustín El Bate (que no Vate) Carstens, sí afecta a la economía, etcétera y más lo que se acumule. Y aun se debiera agregar la corrupción y la burla de El Verde, ese PRI nada enmascarado. Este tóxico estado de cosas no haperturbado, sin embargo, al régimen.
¿Cómo se sostiene y qué sostiene a Peña y a los suyos? Algunas líneas:
1. La sociedad. Combinación de indolencia, pobreza que se utiliza para la compra de votos e ignorancia manipulable por la televisión. Esta es la atmósfera y la realidad del sistema mexicano.
2. El papel de los medios y los periodistas. Dos vertientes: A. Los periodistas amigos y aliados del régimen, incluso en los momentos más críticos, mantienen las justificaciones y los elogios. Y cuando llegan a la crítica como en el caso de La Casa Blanca o El Chapo, sólo esperan que el registro de nuevos acontecimientos o el paso del tiempo hagan superar los problemas “viejos”. Y así, elogian a tal o cual funcionario (Chong, Videgaray, Karam, Peña…) cuando ha logrado a través de esos dos artilugios “superar” el problema. B. Los medios y el periodismo referido justifican elecciones irregulares y convierten derrotas en supuestos triunfos. Así, en la elección de junio pasado, un claro fracaso electoral del PRI y de Peña que apenas rebasó el 28% de los votos, por la alianza con la acción corruptora de El Verde (y el Panal) deviene, de acuerdo al análisis periodístico, en un triunfo de la democracia que se verá reflejada en la representación del llamado congreso.
3. Cese de Carmen Aristegui y su equipo. La voz que más resonancia tuvo durante el transcursode esta administración como denuncia sustentada y como crítica, y en realidad, la única voz de peso que tenía proyección nacional y que agitaba al sistema cuando abordaba asuntos graves como Tlatlaya, Ayotzinapa y La Casa Blanca y las otras casas. Cuando El Chapo se fugó no tenía ya micrófonos. Tenía que ser callada para cerrar esa herida abierta del régimen y evitar que se replicara el ejemplo. Y así se hizo.
4. El Verde (y Panal) como estrategia. Se ha dicho ya, la acción corruptora de estos partidos, violatoria una y otra vez de la ley, impune, es utilizada para reforzar el sostenimiento del poder. Cualquier precio o multa a pagar es poca cosa frente a los beneficios. De nuevo, el periodismo amigo del sistema justifica la corrupción al momento de celebrar el triunfo de Peña; pudiera ser electoral en todo caso, pero jamás democrático. Parece que al periodismo mayoritario en el país le tiene sin cuidado la democracia.
5. Negociación y concertacesión. Un vicio nacido a raíz de las concertacesiones del salinismo, se prolongan hoy con la negociación, con la repartición del poder que escasamente pasa por una elección democrática pero que garantiza complicidades. Silvano Aureoles es la muestra.
6. Cinismo e impunidad. No hay mayor sustento del poder en México que el cinismo y la impunidad. Confiado en ello, pase lo que pase, la peor tragedia o la mayor burla, el cinismo justificará y la impunidad hará perdurar. Así, Peña nombra a un eunuco fiel para que lo investigue en el caso del “conflicto de interés”. Carstens se avienta otra gracejada cuando el dólar a 17 pesos le parece bien y sólo observa algunos nubarrones en el horizonte. Osorio Chong hace ver al público que los tiempos de crisis no son para renunciar. Y el público calla y la prensa aplaude. O en otra variante, nadie del gobierno federal renuncia o es destituido por sus actos y errores de graves consecuencias, pero despiden a un entrenador de futbol imbécil por un escándalo poco trascendente. Y el público y la prensa debaten y/o aplauden enardecidos.
La cuenta de twitter @VargasLlosaPeru, atribuida al escritor Mario Vargas Llosa, publicó hace pocos días, “La literatura debería ser parte de la formación de un dirigente social. No se puede ser un buen político si no se sabe comunicar.”. Y a pesar de ello, el escritor peruano,deshonrando a su amigo Carlos Fuentes, crítico de Peña, ha legitimado al actual encargado del ejecutivo, quien lo ha recibido en Los Pinos. Una justificación para Vargas sea tal vez un segundo tweet: “Una sociedad impregnada de buena literatura es más exigente con el mundo, con las instituciones que la gobiernan; exige más porque sueña más”. Como se sabe, la sociedad mexicana mayoritaria no lee. No sólo vive en la pobreza económica, peor, en la ignorancia manipulable por el poder y la televisión. Así, quizá considere Vargas Llosa como inevitable el validar a alguien inculto e incapaz como Peña (al menos congenian en las políticas privatizadoras), pues éste ni siquiera en su propio país encuentra la crítica y la oposición necesarias para cimbrar el poder corroído por los hechos objetivos. Peña y los suyos y la sociedad mexicana son la antítesis del ideal expresado por Vargas Llosa en sus dos tuits.

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