jueves, 30 de julio de 2015


Cecil
El dentista estadounidense Walter James Palmer, mató con una flecha a Cecil, un león de melena negra, símbolo de Zimbabue. Hay escándalo internacional porque se trato de cacería ilegal; el animal murió tras 40 horas de agonía
Regeneración, 30 de julio de 2015.  Cecil era un león de melena negra, algo inusual en su especie, por lo que se había convertido en un símbolo del parque nacional de Hwange, en Zimbabue. Sin embargo,  un dentista de EU le disparó una flecha ilegalmente por lo que murió después de una agonía de 40 horas
El ciudadano de Minneapolis  (EE. UU.) Walter James Palmer disparó la flecha que acabó con la vida del león Cecil a las afueras del parque nacional de Hwange (Zimbabue), según informa a EL PAÍS Johnny Rodrigues, responsable del equipo de Conservación de Zimbabue (ZCTE, en sus siglas en inglés), un organismo que combate el furtivismo en la zona. La muerte del felino se produjo con arco y flecha y previo pago de 50.000 dólares. Rodrigues fue el mismo que, el pasado domingo, atribuyó la autoría a un español.
Aquí el león en el parque nacional hace unas semanas
Walter James Palmer, dentista de profesión, regenta una clínica en Bloomington (Minneapolis) bajo el lema “Una gran sonrisa lo dice todo”. EL PAÍS ha intentado sin éxito contactar con él.
Palmer presumía en un reportaje publicado en 2009 en The New York Times de poder disparar a una carta a 91 metros de distancia, de no usar armas de fuego en sus cacerías y de haber aprendido a tirar a los cinco años de edad. En 2008, el protagonista de esta historia mintió sobre la matanza de un oso negro durante una cacería guiada en Wisconsin. La justicia le autorizó entonces a usar solo el arco con fines deportivos.
Un portavoz policial de Zimbabue ha asegurado que dos personas han sido detenidas. Las autoridades están investigando la relación entre estos arrestos con Palmer, según la agencia AP.
Criminales
La jornada que culminó con la vida de Cecil comenzó la noche del pasado 6 de julio. Acompañado por el responsable del safari, Theo B., Walter James Palmer usó un foco para señalar al felino y situó un animal muerto a medio kilometro del parque para atraer su atención, según la investigación de Rodrigues.
El primer disparo no resultó mortal. Y provocó que el animal deambulara por el parque agonizante durante 40 horas. Los cazadores descubrieron que el felino llevaba un collar con un GPS, ya que era objeto de estudio por parte de la organización conservacionista Hwange Lion Research. Intentaron sin éxito quitarle este aparato electrónico sufragado por la Universidad de Oxford. El geolocalizador permitió descubrir la ubicación exacta donde murió el león.
Cecil fue despellejado y decapitado. “No sabemos dónde está su cabeza”, explica Rodrigues por correo electrónico, que señala a Theo B, responsable del safari, como el empresario local que cobró los 50.000 dólares que pagó el cazador por abatir su presa. Según el responsable de ZCTF, la caza de Cecil fue ilegal.
“La parte más triste de todo es que ahora que Cecil está muerto el siguiente león en la jerarquía, Jericho, muy probablemente matará a todos los cachorros de Cecil para introducir su linaje entre las hembras”, ha añadido Rodrigues.
Cecil encarnaba una atracción turística de primer orden. Era el felino más grande de la región. Los vecinos del país africano se volcaron en los medios para expresar su horror. En el mismo parque Hwange capturaron y exportaron hace unos días a 23 elefantes bebés, que fueron enviados a China.
“La muerte del león Cecil es una tragedia. No sólo porque era un símbolo de Zimbabue, sino porque ahora podemos dar por perdidos a sus seis hijos. El nuevo jefe de la manada no va a permitir que vivan, los va a matar a todos”, asegura a EL PAÍS Johnny Rodrigues,director del Equipo de Conservación de Zimbabue. “Las dos personas que formaban parte de la expedición junto al cazador ya han sido detenidas y pasarán a disposición de la justicia, pero no tenemos su identidad y no queremos alimentar rumores. Eso sí, está claro que el cazador, que no ha sido detenido todavía, es español”, añade Rodriguez.
Con un arco, una flecha —y previo pago de 50.000 euros- el cazador desconocido ha matado a este león de 13 años. “La caza fue ilegal” sentencia tajante el representante del Gobierno de Zimbabue. “Los tres atacantes no tenían licencia y estuvieron persiguiendo dos días al felino después de herirlo” añade. Según su relato, tras más de 40 horas de caza, acabaron con la vida de Cecil de un disparo en las afueras de la reserva en la que vivía, dentro de los límites de la concesión de Gwaai, hasta donde le llevaron con un cebo de carne y un rastro de sangre. Se quedaron con su cabeza como trofeo.”Tuvo que ser horrible. Todo lo que hicieron fue ilegal”, asegura Rodrigues con tono de consternación. “Intentaron romper el GPS que llevaba el león y que le permitía ir a sus anchas por el parque, pero no pudieron”, añade.
El cazador pertenece a la Asociación de guías y cazadores profesionales de Zimbabue (ZPHGA en sus siglas en inglés), quienes a través de un comunicado confirman que uno de sus miembros dirigían la caza y aseguran que están investigando los hechos. Desde la ZPHGA afirman que es un safari privado, pero el Gobierno insiste en que el león vivía en la reserva y estaba protegido. La Asociación de cazadores, que no quiso hacer comentarios sobre asuntos legales, ha suspendido de manera indefinida al cazador por incumplir las normas de comportamiento del club.
Como el felino más grande de la región, Cecil era toda una atracción turística para el país. Los vecinos del país africano se han volcado en los medios para expresar su horror, solo días después de que en el mismo parque Hwange capturaran y exportaran a 23 elefantes bebés, que fueron enviados a China.

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