martes, 28 de julio de 2015

Astillero
 Piojería política
 Del Verde y sus patadas
 Chiapas, chapucería extrema
 En Oaxaca, el Combinado Peña
Julio Hernández López
Foto
ENTREGA DE OBRAS. El secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jesús Murillo Karam; la representante vecinal de la Unidad Habitacional Miguel Lerdo de Tejada, delegación Azcapotzalco, Rosalía del Rosario Torres Martínez; el presidente Enrique Peña Nieto; la representante vecinal de la Unidad Habitacional Las Águilas, delegación Álvaro Obregón, Rosa María Rivera Castillo, y el director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, Alejandro Murat Hinojosa, participaron en la ceremonia de entrega de las obras de rehabilitación y mantenimiento en 10 unidades habitacionales del Distrito FederalFoto Cristina Rodríguez
L
a tragicomedia futbolera mexicana se desliza por el tobogán de las cachetadas guajoloteras, con el señalamiento (dado a conocer de inmediato por el periodista David Medrano) de que los cronistas deportivos de Televisión Azteca Christian Martinoli y Luis García fueron atacados con un golpe directo y una bofetada, respectivamente, por el director técnico de la selección de balompié comercial, Miguel Herrera, apodado El Piojo, y por su hija, en el aeropuerto de Filadelfia, ya terminada la copa que finalmente ganó el Tri, aunque con tales trampas que algunos aficionados imaginativos le cambiaron el nombre de Oro por Robo.
El arribo a los golpes, según la versión dada a conocer por el flanco de la televisora del Ajusco, tiene como contexto las constantes críticas de esos comentaristas de la empresa propiedad de Ricardo Salinas Pliego contra el polémico personaje dedicado a hacer comerciales múltiples y asociado a la imagen del club América y Televisa, todo ello inmerso en la guerra de las televisoras, los visos de corrupción para favorecer al equipo mexicano mediante arbitraje amañado y la creciente exigencia nacional de que sea destituido el secretario de la gobernación representativa futbolera, el mencionado ejecutor de visajes extremos con apodo de rechoncho insecto parásito, quien seguramente podrá argüir que las crisis no son para renunciar, como lo estatuyó el hidalguense entrenador del equipo Bucareli ante fugas imperdonables y derrotas llegadas al ridículo.
Pero no se crea que el episodio del deporte de las patadas, ahora llegado a las manos, no tiene consonancia y resonancia en la política nacional, convulsa y también tragicómica. Recuérdese que piojo viene del latínpeduculus, forma derivada depediculus, el diminutivo de pes, por lo cual piojo significa piececillo(http://bit.ly/1VK3Dqw ), así que natural resulta aplicarlo al balompié y a sus dueños, directivos y entrenadores, así como a los pedestres políticos y sus falsos pedestales.
Por ejemplo, resulta paradójico que el emblemático Herrera actúe con tal violencia declarativa y física contra quienes se expresan con libertad (Hay sólo un pendejo que me ataca y ya sabrán ustedes quién es, y me lo encontraré y discutiré con él, había dicho ante reporteros, y en Twitter le había advertido a Martinoli que ojalá en algún lugar te pueda encontrar. Para arreglar las diferencias), cuando justamente él y otros personajes de fama pública han sido beneficiados por una vergonzosa resolución judicial que consideró que la campaña evidentemente concertada a favor del partido Verde en pleno domingo electoral, el pasado 7 de junio, correspondió a un ejercicio de la libertad de expresión y no a una marrullería organizada por despachos de mercadotecnia y muy probablemente impulsados por políticos con poder y dinero (el propio Herrera negó que a él le hubieran pagado por tuitear a favor del PVEM y dijo que lo había hecho a petición de alguien a quien le tenía consideración; vale recordar que el citado Piojo ha hecho anuncios publicitarios para promover al estado de Chiapas, gobernado por el virtual jefe Verdemáximo, el presuntamente presidenciable Manuel Velasco Coello).
Justamente en la sede nacional de ese cártel Verde ayer se dio a conocer un primer paso formal en busca de que el candidato del PRI-PVEM-Panal-Chiapas Unido, Fernando Castellanos Cal y Mayor, se quede con la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, según eso con una diferencia sobre el panista Francisco Rojas de 795 votos, de 164 mil 500 que fueron emitidos. La declaratoria de triunfo que hizo el comité municipal del instituto electoral chiapaneco en beneficio del abanderado de los intereses de Velasco Coello tendrá como secuela la presentación de recursos de impugnación y la multiplicación de la protesta social.
Los incidentes chiapanecos tienen correspondencia con algunos de los aspectos de la chapucería futbolística institucionalizada. El director técnico del Verde, el citado Velasco Coello, pretende demostrar a la liga nacional que se pueden comprar árbitros, público votante y comentaristas mediáticos, imponer decisiones tramposas de última hora, retorcer reglamentos, anular contrincantes a la mala y quedarse con la Copa Robo también en lo electoral. En un espectacular salto al pasado, en Chiapas se montó un aparato gubernamental de compra de sufragios y de adulteración del proceso, en busca del carro completo en las diputaciones locales, trasladando algunas pugnas internas al escenario controlado del Verde contra el PRI y acomodando todo para una virtual exclusión del PAN, que en la capital del estado sumó a sus siglas un descontento ciudadano que seguirá manifestándose contra el ganadorCastellanos, y reconociendo a Morena una importante cuantía de votos (el tercer lugar en la entidad, con AMLO instalado durante semanas en el estado) pero ninguna posición específica (es decir, avanzó, pero no consiguió más que buenos números), con un escamoteo escandaloso sobre todo en la presidencia municipal de Tapachula, donde el partido obradorista presentó a un buen candidato, el médico Óscar Gurría Penagos.
Otro tipo de verde, el olivo, más el negro de la Policía Federal (el Combinado Peña, siempre con refuerzos marinos), están en la cancha oaxaqueña, pero el adversario no ha decidido entrarle a las patadas. Contra la inicial expectativa que suponía que los Bravos de la sección 22 ni siquiera esperarían el silbatazo inicial para arremeter contra los visitantes por ellos tan indeseados, hasta ahora todo transcurre con relativa tranquilidad, apostados los federales en exceso aritmético y de armas, activos los locales aunque hasta ahora sólo a nivel de manifestaciones y marchas como la multitudinaria de ayer, sin entrarle a los cocolazos como esperaban los del uniforme oficial, con la Copa Ieepo en espera de desenlaces, un Gabino Cué fuera de la estrategia real, un Chuayffet que declara pero no arma ninguna jugada propia y Los Pinos en alerta por si el fragor de la cancha se remonta a las tribunas ya tan calientes. ¡Hasta mañana!

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