jueves, 30 de julio de 2015

Asesinan a miembro de las Abejas Acteal frente a su hijo de 11 años; “priistas tienen las manos manchadas”
Por:  / 29 julio, 2015
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(29 de julio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).-Los delincuentes dijeron a los pasajeros que se bajaran y que no les iba a pasar nada, cuando Manuel iba a descender, lo agarraron y lo bajaron en forma violenta, el suplicó “¡no me maten, no me maten, no he hecho nada malo!”… después de callar le dieron 3 disparos, 2 en la cabeza y uno por la espalda.
Manuel López Pérez, integrante del grupo de las Abejas Acteal, se dirigió a la cabecera municipal de Pantelhó, a realizar unas compras como lo hacía con regularidad, poco tiempo después siendo aproximadamente las diez de la mañana, tomó el transporte público de regreso a su casa, acompañado de su hijo Juan López Guzmán de once años.
A casi un kilómetro de de la cabecera municipal de Pantelhó, en el puente Sibaluk’um, siete personas hombres encapuchados, vestidos con ropa tipo militar y portando armas de fuego emboscaron el vehículo en donde iba Manuel, de forma que lo detuvieron por completo, Marcelo D., es uno de los testigos que iba en el vehículo y narra a Revolución TRESPUNTOCERO, la forma violenta en que abrieron la puerta y entre el grupo de encapuchados algunos afirmaron que Manuel se les había escapado porque no se encontraba entre los pasajeros.
Aunque todos dentro del vehículo guardaron silencio por miedo a que les dispararán se les observó a todos y finalmente uno lo descubrió y aseguró que ahí estaba Manuel señalándolo para identificar su sitio, advirtieron que todos podían bajar y que nos les pasaría nada, así los pasajeros sin dudarlo descendieron, callados todo el tiempo, por lo que asegura, que siendo la voz tan clara de los asesinos, el hijo de Manuel, pudo identificar que uno de los encapuchados era su propio hermano.
Después de un rato llegó el juez municipal, quien encontró a gente en estado de pánico, quienes rodeaban el cuerpo de Manuel quien yacía muerto frente a los ojos de su hijo menor, que se encontraba atónito ante el suceso, sin poder creer que había presenciado la muerte de su padre.
Aunque la gente desde que se dieron a la fuga los delincuentes quisieron tomar fotos no se les permitió, asegura Marcelo que es una situación que no está permitida a fin que puedan ‘proteger’ las autoridades la escena y poderla “manipular a su antojo, evitando forma alguna de probar algo que no les convenga y los perjudique”.
Cuando un familiar de Manuel pidió al juez que dejaran intacto el cuerpo hasta que pudieran llegar los miembros de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, el hombre la vio de forma despectiva, a decir por el testigo y le dijo “pues ay véalo”, y se fue, aunque finalmente se llevaron el cuerpo, sin que ningún miembro de la organización pudiera llegar al lugar de los hechos ya que a ellos les avisaron hasta las seis de la tarde.
Fue así como Las Abejas no pudieron tener pruebas del lugar de los hechos y tampoco sobre la forma en que se levantó el cuerpo y fue trasladado por elementos del Ministerio Público. La organización asegura que el juez de Pantelhó había amenazado a Manuel en fechas anteriores, además uno de sus comandantes de la policía municipal le ordenaron a su hijo, Juan López declarar, “debes decir que tu papá viajaba en otro carro distinto al donde tu ibas, también debes decir que tu papá iba en un transporte adelante del carro en el que tu viajabas, porque si dices la verdad no nada más se van a la cárcel los asesinos, sino que tú también te vas a la cárcel, mejor declara así como te decimos”. lo anterior sirve para que la organización afirme que “este acto, evidencia la complicidad de las autoridades oficiales frente a este asesinato”.
“Las matanzas de Acteal no solamente fueron en el 97, han continuado, uno a uno de los luchadores que buscan defender a nuestro pueblo del gobierno represor ha sido asesinado a sangre fría, nos han querido desalojar, lo han logrado en muchos casos, en Acteal sigue corriendo sangre, misma que tiene manchadas las manos los priistas”, asegura Marcelo.
En 2013, Alonso López junto con las autoridades de la comunidad San Joaquín y “en complicidad con el actual juez municipal de Pantelhó, Pedro Girón López originario de esa comunidad, expulsaron a Manuel López, junto a su esposa y 4 hijos, sin motivo aparente…
Por lo que la familia se trasladó a la comunidad San José Bochtik municipio de Pantelhó, decidiendo vender el terreno que le correspondía, a pesar que las autoridades aceptaron por medio de un acta que Manuel vendiera, al poco tiempo cambiaron de opinión y prefirieron que no lo querían así”, narran miembros de la Asociación las Abejas Acteal.
Alonso López hijo de Manuel, se apropió del terreno y lo vendió sin respetar el acta de acuerdo firmado entre las autoridades de San Joaquín y su padre. Aunque la Procuraduría Agraria se enteró no hizo nada, a pesar de que la mesa directiva de Las Abejas mandó una carta a esa institución para que resolviera el problema.
El problema llegó al trasladarse al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, para dar a conocer que se le estaba violando sus derechos y el Frayba buscó a las autoridades de San Joaquín, para abrir el diálogo, ante el caso omiso recurrieron al presidente de Pantelhó Miguel Entzin Cruz, pero tampoco se hizo caso a dicha solicitud.
“Poco después llegó el hostigamiento, no solamente por el problema e involucrar a organizaciones pacifistas que ayudan a las poblaciones indígenas, sino por su lucha social con las Abejas; ante los hechos el Juez Municipal de Pantelhó, el comandante de la Policía Municipal y el presidente municipal de Pantelhó son responsables de las amenazas de muerte hechas a la familia de Manuel, esto lo hacen para que no sigan hablando del caso”, comenta Marcelo.
Hoy las evidencias que podrían dar pistas acerca de los responsables de la muerte de Manuel ya no existen, los habitantes aseguran que cuando se lleva a cabo un asesinato, las autoridades no permiten que se fotografíe, ni se tomen videos, ni que vean durante mucho tiempo el cuerpo, es mejor que nunca lo vean, lo cual lo asemejan al 22 de diciembre del 97, cuando el subsecretario de Chiapas Uriel Jarquin Galvez, le ordenó alteradamente a los policías que levantaran tan pronto como pudieran los 45 cuerpos en Acteal, lo que se buscaba era evitar que la prensa tuviera datos e imágenes de los hechos que pudieran incriminar a las autoridades.
Aquel 22 de diciembre de 1997 en Acteal “las balas se veían como agua. Más abajito hay un lugar para esconderse. Ahí fuimos, pero se veían como los tiros pasaban, levantaban la tierra donde pegaba. Los niños hacían mucho ruido, todos estaban llorando. Fue cuando nos escucharon y los agresores fueron donde estabamos. Fue cuando nos empezaron a disparar por parejo todos los que estabamos ahí. Nos mataron a todos. Yo me salvé porque me escondí en una barranco con mi hermanito.
Yo y mis compañeros estábamos en la iglesia porque ahí tenemos nuestro campamento de paz… Aquí todos permanecíamos tranquilos y nunca imaginamos que algo estuvieran planeando en nuestra contra, sobre todo algo tan horrible… En la iglesia sólo nos reuníamos para discutir y hacer pequeños acuerdos de coordinación de grupo y principalmente para hacer oración y rezarle a Dios para que los problemas del municipio se resolvieran, pero alrededor de las once de la mañana, sin saber nada, escuchamos una gran cantidad de balazos que se hacían en la parte baja dirección de la iglesia, y se movió hacia más cerca de la iglesia, y es que era una lluvia de balas espantosa…
Casi todos los agresores vestían de negro o de azul, a la usanza de la policía de Seguridad Pública, y llevaban paleacates rojos puestos en la cabeza. Los disparos duraron hasta aproximadamente las 6:00 de la tarde. Fueron asesinados 45 campesinos: 15 niños, 21 mujeres, y 9 hombres. Además, quedaron 25 heridos, de éstos nueve en condición grave y cinco delicados.
Según testigos, el camión de la presidencia municipal de Chenalhó, fue enviado por el presidente municipal priísta, Jacinto Arias Cruz, a recoger a parte de los agresores y trasladarlos a Acteal… (Testigo).
Hoy se mantienen pruebas contundentes que la masacre fue ejecutada por paramilitares mientras eran cubiertos y resguardados por policías y cuya orden provino del secretario de gobernación Emilio Chuayffet, durante el sexenio del priista Ernesto Zedillo.
A semanas de la muerte de Manuel las autoridades ni siquiera han tomado la investigación “en serio” ha decir por sus cercanos, aseguran que planean mantenerla retrasada para que finalmente se olvide el caso, “así se consolidará la impunidad de los gobernantes locales, estatales y federales, ya que es seguro que Peña Nieto ni enterado esté lo que lo convierte en culpable, al no conocer lo que pasa en su país, aunque él sea de la idea que los pueblos originarios que luchamos en contra del mal gobierno debamos morir”.

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