El despertar
Los ninis y la competencia política
José Agustín Ortiz Pinchetti
A
los jóvenes que no estudian ni trabajan se les llamaninis. En el país hay 7 millones y en la capital 170 mil. Más allá de ideologías, todos los partidos proponen educación para todos. Morena ha tomado la iniciativa en una fórmula sin precedente. Invitó a los militantes que ganaron posiciones en la elecciones de 2015 a que donaran la mitad de sueldos y prestaciones para crear un fondo que permita abrir escuelas universitarias gratuitas. En la Ciudad de México van a abrirse carreras de derecho, contabilidad, medicina, ingeniería y una normal. También habrá planteles en Tabasco, Campeche y Yucatán. En este proyecto no intervienen ni el partido ni las delegaciones en que gobiernan. Los recursos irán a un fideicomiso y se asegura el respeto a la autonomía de estos centros. Se están iniciando cursos propedéuticos y en agosto se abrirán formalmente. Encabeza este proyecto la doctora Raquel Sosa, quien diseñó y puso en operación 15 programas de beneficio colectivo que fueron eje del gobierno de AMLO (2000-2006). Hasta hoy están inscritos 600 jóvenes y se espera llegar a 2 mil 500. El registro oficial está en trámite y es probable que se les otorgue porque los requisitos para la formación de universidades se han simplificado. Una de las grandes sorpresas es que ninguno de los militantes ha dejado de hacer su aportación o ha desertado. Todo el proyecto es bastante audaz.
La iniciativa ha preocupado a los demás partidos: no he leído una buena crítica, sólo descalificaciones. El PRI capitalino pidió que no se les permita operar. La diva Carmen Salinas dijo:
serán una fábrica de huevones. El PAN les llamó elefantes blancos. El PRD dijo que eran un fraude. Mancera y el gobierno federal dijeron que iban a hacer un plan para ofrecer a los muchachos rechazados plazas en otras universidades. El proyecto universitario de Morena parece tener dos objetivos: hacer una aportación a la solución de un problema vivamente sentido por la población y poner en evidencia el enorme costo de operación de los partidos (4 mil millones de dinero fiscal este año). El rechazo popular a la partidocracia es de 90 por ciento, lo que más da rabia es el caudal que recibe y lo raquítico de los resultados. Molesta por obvio el despilfarro.
Será interesante ver si estos planteles funcionan, si la población los aprueba y si pueden brindar una educación de excelencia. Valdría la pena ver si el plan de Mancera y la SEP se convierte en algo real y se administra bien. También será interesante constatar si el insólito proyecto de Morena provoca respuestas similares en otros partidos y en los gobiernos. Hay que recordar que varias de las iniciativas de AMLO han sido imitadas por sus adversarios.
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