La adicción al Poder (la droga de los cínicos)
JANE DE LA SELVAvie 26 feb 2016 11:33
Lujosos tiempos el final de sexenio de Pri--eña Nieto, mientras la nación se empobrece.
Foto propiedad de: Internet
Porque son indecentes los despliegues del Poder en México, el gasto obsceno en que el copioso aparato del Estado mexicano incurre— mansiones, autos de lujo, helicópteros, aviones, guaruras, asesores, asistentes, comidas y vacaciones de altura para funcionarios y allegados—es que se necesita y urge que la sociedad comprenda que está secuestrada por un Poder que no entrega cuentas al pueblo.
Sólo le dan atole con el dedo, como la “humilde” disculpa que externó el guarura presidencial prepotente en el caso de la delegación Miguel Hidalgo.
La sociedad afectada de clase media en excepcionales casos contará con la libertad de protestar para solucionar, pero las protestas de los desesperados no parecen llegar a ningún lado pues se mira a dichos protestatarios con recelo, con mala cara. Abusan del pueblo pobre, los adictos al Poder, de su paciencia, de sus limitaciones.
Dicho despliegue, tales derroches, suceden al tiempo que anuncian los recortes al gasto que con palo pegan directo a la mayoría indefensa.
Lujosos tiempos el final de sexenio de Pri--eña Nieto, mientras la nación se empobrece.
Viajes, expendios de los nuevos ricos durante el desplome del petróleo—se tragaron el petróleo del golfo y ¿dónde quedó la riqueza que generó? ¿En la “clase política”?—.
Despilfarro burocrático personal, en tiempos de la devaluación del peso, de la cancelación de obras y proyectos necesarios para la gente que como siempre, “aportarán para el recorte”, ¿y el costosísimo nuevo aeropuerto? no se preocupen contratistas, que éste sí va. Son en verdad cínicos quienes se otorgan el Poder que no les pertenece. La dañina embriaguez que les causa, es droga peligrosa cuya adicción produce el sometimiento--bajo engaño-- de las voluntades, hacia un fin que siempre será conveniente para el simulador.
El Estado del Vaticano, reciente ejemplo, en conjunto con el gobierno mexicano—y sus apéndices de apoyo como se ha mencionado, milicia, medios, empresarios--- dieron a la nación una cátedra de cómo ejercer el Poder mediante el discurso neuro lingüístico específico dirigido hacia la propagación mediática masiva del culto religioso y con ello el mayor control que se pretende tribute a la llamada “Santa Sede” en Roma y de rebote al “Estado Guadalupano” que ahora es el PRI.
Auto asignación de facultades. Habilidad total para ejercer el Poder.
Ahora, llega el vicepresidente Biden de Estados Unidos a México justo yéndose el Papa—no es casualidad—para poner orden, para reavivar la iniciática Mérida, las aportaciones, como le aconsejó Bergoglio al católico Biden en Washington entre otros asuntos de mutuo interés. Se perfila la noción de que pronto quedará el bloque México, Antillas y Centroamérica—y sus riquezas naturales-- bajo el control norteamericano. Entonces, dijo el vicepresidente, “se trabajará para establecer los derechos humanos en la región”. Es decir, “sin ellos no lo lograremos”.
En nuestro país donde se experimenta a diario la inmoral adicción al Poder de aquellos con el dominio para dirigir las decisiones de repercusión social, no saldremos del hoyo hasta que la sociedad logre contrarrestar este dominio, que no nos ha permitido liberarnos de la imposición para lograr obtener el bien común; que nos impide ser nación hermanada y digna, por causa de la incapacidad civil, para exigir a los gobiernos habidos el proveer los derechos básicos para la población.
Pero ¿cómo iniciar un cambio de rumbo verdadero, sin que se convierta dicho anhelo en repetida utopía? ¿Dónde está ese candidato--o candidata—independiente con integridad, con conocimiento, con pasión y compasión por México, que habiendo conquistado la adicción al Poder fuera de la desacreditada partidocracia, pueda llegar a unificar en 2018 al México a ras de tierra con la castigada clase media?
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