viernes, 26 de febrero de 2016

COLUMNAS

Tabasco no es un edén; sureste 2018; Beltrones, Rodríguez, Mancera; Navarrete; Corcholata; Nuño

@NietzscheAristojue 25 feb 2016 22:15
  
 
¿Acaso tiene razón López Obrador cuando dice que esos “actores políticos” (malos, pero verdaderos actores) quieren minarlo en su propia tierra y agua?
¿Acaso tiene razón López Obrador cuando dice que esos “actores políticos” (malos, pero verdaderos actores) quieren minarlo en su propia tierra y agua?
Foto propiedad de: Internet
Qué curioso que las motivaciones y actividades políticas conciten a varios protagonistas de ella a mirar hacia el estado de Tabasco, en particular al municipio del Centro o Villahermosa, la capital del estado, donde debido a las irregularidades del proceso electoral de junio pasado, se realizará una elección municipal extraordinaria el próximo 13 de marzo.
Pero pareciera ser algo más que esa pequeña elección. ¿Qué será? ¿Acaso tiene razón López Obrador cuando dice que esos “actores políticos” (malos, pero verdaderos actores) quieren minarlo en su propia tierra y agua?  Como he escrito en ocasión anterior, desde que AMLO se hiciera figura nacional y cada vez que ha habido elección en Tabasco, ese ha sido el objetivo de los distintos partidos y políticos. En las federales de 2006 y 2012, no pudieron; arrasó con ellos. En la de gobernador de 2006 y las intermedias de 2009 y 2015, no le ha ido muy bien. Los adversarios, empezando por los encargados del ejecutivo federal, Calderón y Peña, han hecho todo lo posible por acabar con sus posibilidades y enviarlo así al fin a La Chingada. Y él mismo contribuye a esa disputa, pues más allá de que es una figura determinante y su programa nacional es aceptable, no siempre logra presentar los mejores candidatos, que bien pueden ser honestos y tener buenas intenciones, mas eso no significa que tengan el apoyo mayoritario ya que, infortunadamente, el votante no suele elegir por proyectos sino por figuras o figurines; y añádase la manipulación y la compra del voto, entre otras irregularidades. De allí que la próxima elección municipal cobre importancia desde la perspectiva de esa disputa de “todos unidos contra Andrés Manuel”; TUCAM.
¿Quiénes han paseado su nariz física o mental de manera reciente por el sureste? 1. Fabio Beltrones, presidente del partido oficial; haciendo campaña en favor de la candidata municipal del PRI-Verde-Panal y atacando a López Obrador. 2. Carlos Navarrete, presidente fallido de la “izquierda dialogante”; haciendo campaña en favor de su candidato y criticando a López Obrador. 3. Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León; “conferenciando” y haciendo promoción de las candidaturas “independientes” a la vez que atacando a López Obrador. 4. Miguel Mancera, jefe de gobierno de la ciudad de México; haciendo campaña en Chiapas junto con Manuel Velasco, del tricolor-verde, partidos que han hecho una alianza para extender el control de Chiapas a Tabasco, baste decir que Roberto Madrazo controla el PRI y su hijo, Federico Madrazo, controla a El Verde en ese estado (ha sido el argumento de denuncia y renuncia de Evaristo Hernández, ex alcalde y ex candidato del PRI). 5. Carmen Salinas, La Corcholata, y Aurelio Nuño, han estado mentalmente allá, pues la filosofía de la actriz-diputada de películas cabareteras se ha lanzado contra las universidades abiertas con los recursos de Morena y sus diputados; discurso compartido con Nuño y otros políticos que viajan de una u otra manera a lo que se conoce como “Edén”.
Pero señores y señoras no se ilusionen en sus viajes, Tabasco no es más un edén. Estado abandonado por más de 300 años, la deforestación, la ruina de la fauna, la explotación petrolera (cada vez más en manos de particulares y extranjeros, lo que ha encarecido el estado que padece de desigualdad extrema), la contaminación, el rellenado ilegal de zonas acuíferas para la construcción, y la amenaza de la privatización misma del agua (de la cual el candidato del PRD a la alcaldía, el nieto del exgobernador Leandro Rovirosa Wade, ha sido promotor como diputado federal de ese partido), han acabado con la sustancia de lo que ahora es sólo la frase hueca de una vieja canción: “Tabasco es un edén”.
Con todo, si bien no se trata ya de una región paradisiaca -esa que contenía lo que la visita y la vista sorprendida de dos prohombres de la educación mexicana expresara: la cautivada descripción de José Vasconcelos por las ricas, espesas y fértiles capas del humus del ombligo del golfo de México; la admiración extática de Jaime Torres Bodet por cierto atardecer “de dórica majestad” en Villahermosa; y si se quiere, agréguese el estupor epopéyico de Bernal Díaz del Castillo al entrar con sigilo, vía oceánica, a las aguas y tierras cuyas gentes tanta pelea darían a los españoles; por no hablar de la honda poesía de Carlos Pellicer, vaciada de la freudiana interpretación de Enrique Krauze)- aún posee las riquezas objetivas que la ambición procura: el petróleo y el agua (y si desean, añadan algo de cacao y un poco de plátano).
Pero más allá del pasado edén y su desgracia velardiana, lo que mueve al interés político hoy está vinculado con los acontecimientos de 2018, cuando se encuentre el ciudadano mexicano en la boleta electoral ante la elección de su total devastación o su (im)posible recuperación. Entregado el “oro negro”, acabado el “oro verde” y en busca del “oro blanco”, siempre queda la ambicionada arca del “oro político”: el control del presupuesto público y los negocios en torno a él, bastante alejado del bien social. Tiene razón Borges, qué desagradable y deleznable es la política.

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