Ciudad Perdida
Acuerdo para reconocer al DF como entidad
Mujeres, botín electoral
Ayuda a adultos mayores por ley
Miguel Ángel Velázquez
L
a Secretaría de Hacienda y el gobierno del Distrito Federal han llegado a un acuerdo mediante el cual la Federación reconoce, por fin, a la ciudad de México como una entidad más. El acuerdo sin duda pondrá a disposición de la administración capitalina más recursos para obras que son necesarias y muchas de ellas urgentes.
Este es un logro que las administraciones anteriores no pudieron establecer con los gobiernos panistas, y que ahora se tiene, no sabemos con certeza bajo qué condiciones.
No se trata de mirar moros con tranchete, pero es bien sabido que desde las oficinas de Hacienda los acuerdos como ese se condicionan. Por eso será necesario que el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, nos diga a toda la ciudadanía si adquirió algún compromiso con el gobierno federal, y de qué tamaño es.
El acuerdo establece también que el programa de adultos mayores que nació en esta ciudad, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se quedará como está, y que el que se pondrá en marcha por mandato de Los Pinos sólo será complementario. Sí, sin duda son logros que no pueden dejarse de lado.
El gobierno de la ciudad de México destinó este año más de 5 mil millones de pesos para la atención de adultos mayores, y la cobertura, que es universal por ley, beneficia ahora a 94 por ciento de la población mayor de 68 años. La orden federal, de darse, dejaría sin beneficio a cerca de 35 por ciento de los adultos mayores de esta capital.
Pero sobre todo, y eso debe quedar muy claro, la voluntad del gobierno de Peña Nieto pretende sujetar a un programa de ayuda a muchas de las mujeres que viven en el DF y que no tienen los beneficios de la jubilación. Según los datos de la Secretaría de Desarrollo Social de la ciudad de México, 80 por ciento del sector femenino que ya cumplió 68 años están en esas condiciones, es decir, no reciben ningún beneficio por edad.
En buena medida el programa federal contempla ese cúmulo de personas como un blanco de las ambiciones electorales, porque al ser sólo un programa queda a voluntad de quien lo otorga el proporcionarlo, y ello da pie a los condicionamientos de tipo electoral que fabrica el PRI en su beneficio.
Por el contrario, en el DF la ayuda a los adultos mayores es una ley, es decir, se tiene que cumplir sin que medie para ello ninguna circunstancia política. No está sujeto a ningún arreglo político. Lo peor es que, según está establecido hasta ahora, los adultos mayores a los que se suministra alguna cantidad quedarían marginados del programa federal, cosa que no ocurre en la ciudad de México.
Además, es necesario dejar en claro que si bien para el programa federal los beneficiarios recibirían mil 50 pesos bimestrales, el gobierno de la ciudad de México les otorga ahora, por ley, casi mil mensuales, aunque habría que decirlo: en el programa de Peña se empezaría a recibir a los 65 años y en el DF es a los 68. Sólo ese punto está a su favor.
No hay que olvidar, tampoco, que los esfuerzos de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de la ciudad por llegar a todos los adultos mayores es encomiable. Casa por casa se ofrece el beneficio aun a aquellos que por su condición económica no lo requieren, y, para decirlo claro, esta ley es, hoy por hoy, la más importante para señalar con hechos lo que se puede hacer desde una administración que se preocupa por sus gobernados más allá de los beneficios electorales. Eso es todo.
De pasadita
Otra vez la derecha, otra vez las marchas, otra vez la amenaza de represión. ¿Hasta cuándo se darán cuenta estos señores de que hacen más daño los que sacan el dinero del país, los que no invierten para crear empleos, los que despojan de las riquezas públicas a la gente, que los que cierran una calle o mientan madres? ¡Cuidado! No sea que por cancelar una libertad nos metan a todos en el infierno de la violencia.
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