domingo, 28 de diciembre de 2014


COLUMNAS

La verdad de Evo y el consuelo de “Laco”; #Ayotzinapa

@NietzscheAristodom 28 dic 2014 06:02
 
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Dos visiones sobre Ayotzinapa:
1. Lo que en realidad Evo Morales ha hecho al decir que México es un modelo fallido del neoliberalismo impuesto por el imperio (que no es un mero discurso, pues en su caso le sustenta la experiencia de las políticas nacionalistas que implementa en su país) y que Ayotzinapa sería la muestra de un profundo problema derivado de ese fallo, no es un ataque personal a Peña Nieto ni mucho menos una agresión a la nación como muchos quisieran ver, sino una descripción de la realidad y un serio análisis sobre el fracaso total de ese sistema introducido en este y otros países desde hace más de 30 años.
Normal es que Morales se solidarice con los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa y admirable que no se retracte de sus palabras.
2. El escritor autodenominado de izquierda, Eraclio Zepeda, a quienes muchos dicen “Laco”, al recibir de parte del senado de la república y en presencia de Peña Nieto la medalla Belisario Domínguez, establecida en memoria del político asesinado por el régimen de Victoriano Huerta, hizo una defensa y un elogio del gobierno actual y sus acciones en relación al crimen de Ayotzinapa, y una crítica y condena en contra de quienes han protestado exigiendo justicia para los jóvenes normalistas.
A muchos desilusionó esta postura. Aunque sea común en México, usualmente no se desea que un verdadero intelectual se pliegue al poder pues su función debe ser la del ejercicio permanente de la crítica. Y claro, no se trata en realidad de una sorpresa, “Laco” ha sido un hombre orgánico del sistema y ha estado ligado al PRI como funcionario público a partir de los años noventa; cuando menos. Sin embargo, no tenía por qué ser tan ofrecido, tan regalado, digamos. Aunque a final de cuentas, tal vez haya hecho bien en aceptar el premio a cambio de un discurso oficialista, si de todas maneras lo iban a criticar y escasamente ganará nuevos lectores.
Si algún consuelo debiera quedarle, es que se ha granjeado la simpatía del encargado del ejecutivo y  quizá con ello un lector de peso. Digo, es lo menos que tendría que hacer Peña, leer algún cuentito de “Laco” tras el (mutuo) favor recibido.
No deja de llamar la atención la postura histórica tan divergente que se da entre individuos que en apariencia debieran coincidir en un tema tan crítico como el de Iguala-Ayotzinapa.

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