domingo, 26 de julio de 2015

Fracasos de las políticas del combate a la pobreza del PRI y el PAN

@EsquivelAnconavie 24 jul 2015 16:47
  
 
El estudio sobre la pobreza realizado por CONEVAL evaluó no solamente el ingreso de los mexicanos, sino también seis carencias: acceso a salud, seguridad social, alimentación, vivienda y rezago educativo; consideró, además, el grado de cohesión social.
          
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), dio a conocer el día de ayer que el número de mexicanos en condición de pobreza aumentó 2 millones entre 2012 y 2014, la población en esa condición pasó de 45.5 por ciento a 46.2 por ciento en esos dos años.
El número de mexicanos en condición de pobreza en 2012 era 53.3 millones, siendo para 2014 55.3 millones, los habitantes del país que sufren al menos una carencia social y perciben un ingreso insuficiente para adquirir la canasta básica alimentaria y no alimentaria.
El estudio sobre la pobreza realizado por CONEVAL evaluó no solamente el ingreso de los mexicanos, sino también seis carencias: acceso a salud, seguridad social, alimentación, vivienda y rezago educativo; consideró, además, el grado de cohesión social. Desgraciadamente en todos estos rubros se presentaron retrocesos durante esos dos años.
La pobreza moderada aumentó para llegar a 43.8 millones de personas (36.6 por ciento del total de la población en México), la pobreza extrema tuvo una ligera reducción, ya que de 11.5 millones de mexicanos en esa condición (9.8 por ciento) que había en 2012, dos años después bajaron a 11.4 millones (9.5 por ciento).
Según datos de CONEVAL las seis entidades federativas que concentran el 45 por ciento del número de pobres en México son el Estado de México, Veracruz, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Guanajuato; siendo también estos estados los que más incrementaron sus cifras de población en pobreza entre los cierres de 2012 y 2014, para generar, en conjunto, 24 millones 919 mil 739 nuevos pobres en México.    
En el Estado de México, es la entidad federativa en donde más aumento la pobreza, con lo que mil 370 mexiquenses por día cayeron en condición de pobreza entre 2012 y 2014.      
Los dos primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto han arrojado datos muy poco alentadores sobre el combate a la pobreza, pero lo más lamentable es que llevamos rezagos en esa materia desde hace más de 4 administraciones federales.
Los programas asistenciales para combatir la pobreza que se han aplicado en los últimos 4 sexenios por el Gobierno Federal han servido para complementar la canasta básica de muchos mexicanos, pero no han aumentado los ingresos propios de los beneficiarios, ni han frenado la desigualdad económica y social existente en el país.
El gobierno de Carlos Salinas fue el primero en crear un programa específico para combatir la pobreza, al cual nombró Programa Nacional de Solidaridad Social (Pronasol) y se instrumentó para asistir a los pueblos indígenas, campesinos y en zonas marginales de las principales ciudades. 
El programa Solidaridad del gobierno salinista tenía como punto fundamental la participación social comunitaria, pues los recursos entregados por el gobierno federal eran administrados por comités comunitarios. El programa se concentró principalmente en la construcción de infraestructura.
El gobierno de Carlos Salinas señaló en su último informe presidencial en 1994, que funcionaron para el programa Solidaridad alrededor de 250 mil comités en todo el país y que se ejercieron bajo este programa más de 52 mil millones de pesos en el sexenio.
El programa para combatir la pobreza del gobierno salinista aparentemente fue exitoso en el combate a este flagelo, pero la pobreza patrimonial de los mexicanos al término del sexenio fue del 52.4 por ciento, es decir, más de la mitad de los mexicanos estaban en un nivel de vida bajo. El mayor éxito para el gobierno priista del programa Solidaridad fue que éste se volvió un instrumento  muy efectivo de ingeniería electoral, donde se repartían grandes recursos en los lugares donde había elecciones locales y se manipulaba y chantajeaba a los beneficiarios del programa para que votaran por el partido oficial. 
El sucesor de Salinas, Ernesto Zedillo (1994 a 2000), puso en marcha un instrumento muy similar a los del Pronasol, llamado Programa Nacional de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), que excedió en casi 4 mil millones de dólares el gasto de su antecesor.
Entre 1994 y 1996, el número de personas con pobreza alimentaria a nivel nacional, creció de 19 a 34 millones, una tasa de crecimiento superior al del 82% en dos años y llegó a representar el 37 de la población total, según fuentes del CONEVAL.
La causa del aumento de la pobreza en el gobierno Zedillista fue el llamado “error de diciembre”, que provocó una gran devaluación y alza en las tasas de interés. No sólo la población de escasos recursos sufrió estragos en su nivel de vida, también hubo familias de clase media que  perdieron sus casas o sus automóviles por no poder pagar los créditos.
El primer presidente panista, Vicente Fox, implementó el Programa Oportunidades, que operó hasta el año pasado. Según datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, el gasto destinado a Oportunidades superaba los 13 mil millones de dólares. El gobierno foxista también diseñó el llamado Seguro Popular, con el fin de dar cobertura universal en materia de salud y así superar una carencia de la población. El problema del programa de salud es que no cubre todas las enfermedades y tampoco otorga todas las medicinas necesarias.
 Muchos mexicanos están afiliados al Seguro Popular, pero no reciben la atención, porque  los Centros de Salud están muy lejos de las comunidades marginadas. Según el CONEVAL y el Banco Mundial, en el gobierno de Fox los índices de pobreza bajaron, pero esta disminución no tiene continuidad y no está sustentada con crecimiento de la economía. Entre 2000 y 2006, el crecimiento del PIB per cápita fue apenas del 1.3 por ciento.
La disminución de la pobreza en el sexenio de Fox se debió a los programas asistencialistas, similares a los usados por sus antecesores y al aumento del  presupuesto de los distintos instrumentos para combatir  la marginación.  En ese entonces, el sector público contaba con altos ingresos provenientes de la exportación del petróleo y las altas remesas provenientes de los trabajadores fuera de México.
La investigadora del Colegio de México, Araceli Damián, cuestiona la metodología que usó el gobierno de Fox para medir la pobreza y credibilidad de dicha información
Las elecciones presidenciales del 2006 fueron empañadas por el uso ilegal de los programas de Sedesol en beneficio de Felipe Calderón a través de quien fue titular de la secretaria durante casi todo el sexenio foxista, Josefina Vázquez Mota,  y sus delegados estatales.
 La manipulación y chantaje a los  beneficiarios de los programas para combatir la pobreza por parte de funcionarios federales del gobierno foxista al parecer  tuvo éxito, ya que según la encuesta del periódico Reforma difundida el 3 de julio, el 41% de los beneficiarios de Oportunidades y el 44% de los inscritos en el Seguro Popular, los dos programas más importantes del gobierno de Fox, votaron por el candidato del PAN.
El gobierno calderonista aumentó el presupuesto asignado al combate a la pobreza y el número de beneficiados, pero los resultados no fueron los esperados con todo y que su administración y contó  con los mayores ingresos y excedentes petroleros de la historia del país. 
El combate a la marginación del gobierno de Felipe Calderón fue un fracaso. La pobreza ha aumentado de 49 a 52 millones de mexicanos,  según el CONEVAL.
La Comisión para América Latina y el Caribe (Cepal), señaló recientemente que en el 2012, último año del gobierno de Calderón, México se convirtió en el único país de Latino América donde creció la pobreza, que afectó particularmente a niños y adolecentes. El número de mexicanos que vive por debajo de la línea mínima de bienestar subió a 60.6 millones de personas, un millón más que en 2010.
El gobierno de Enrique Peña Nieto informó en septiembre del año pasado que su estrategia para combatir la pobreza cambiaria de nombre de Oportunidades a  Prospera  y que se invertirán anualmente cerca de 73 mil millones de pesos, además este instrumento de política social se transformaría para dar más alternativas a las familias necesitadas para incrementar sus ingresos. El ejecutivo federal informó que el nuevo programa contaría con apoyos como becas educativas y acceso a créditos, y destacó que ahora las familias podrán tener más oportunidades para ingresar a actividades productivas.
El nuevo programa del gobierno peñista parte de la lógica que los beneficiarios de las políticas sociales cuenten con créditos para proyectos productivos, y que tengan nuevos y mayores ingresos propios y así contar con recursos para la adquisición de la canasta básica, pero al parecer éstos no han dado los resultados esperados.
Las clases media del país también ha visto disminuir su nivel de vida y su poder adquisitivo, estrechándose más esta clase social y aumentando el número de pobres.    
Las políticas implementadas para el combate a la pobreza tanto de las administraciones priistas así como las panistas, se han basado en programas asistenciales, con muy pocos cambios en estos, podríamos decir que son casi los mismos y han tenido resultados muy similares de aumento de pobreza.
Lo que afirman muchos analistas, es que el combate a la pobreza debe estar basado, no en programas asistenciales, sino en una más justa redistribución del ingreso, programas de productividad, aumento del empleo formal, inversión en infraestructura productiva, educación y salud, un mayor poder adquisitivo del salario mínimo y un combate a los monopolios privados y a la concentración productiva; todo esto ayudaría a tener un mayor mercado interno, crecimiento económico y un desarrollo sustentable del país.              

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