La evaluación de los maestros a consulta nacional
Enrique Calderón Alzati
L
ejos de ser delincuentes interesados sólo en la disidencia y la protesta, los maestros de Oaxaca, son hombres y mujeres que han dado su vida a la educación, en condiciones de pobreza y de inequidad absoluta, ejerciendo sus actividades con todo tipo de carencias, al igual que compañeros suyos de otros estados de la República. Emprende un retroceso y comete un error histórico el gobierno, al legitimar sus actos por medio de la represión, apoyada por la fuerza pública como única razón, en una actitud de desprecio, al ignorar lo que es obvio para la nación entera.
El actual proceso de evaluación de los maestros constituye hoy uno de los temas políticos más polémicos de la difícil situación por la que atraviesa el país, por dos razones bastante simples. La primera radica en que siendo la mala calidad educativa del país, una verdad señalada y aceptada por diferentes sectores de la sociedad mexicana, el gobierno pretenda
evaluara los maestros, como si de ello dependiera exclusivamente la calidad de la educación, cuando es por muchos conocido, tanto el pésimo e insidioso contenido de los libros de texto y materiales educativos, como los arcaicos esquemas de enseñanza-aprendizaje, las inequitativas condiciones físicas de las escuelas, la falta de preparación y actualización que reciben los maestros, la gran carga de actividades administrativas que se les impone arbitrariamente, lo cual les dificulta e impide dedicar tiempo a la preparación de clases, pero, sobre todo, la corrupción que existe entre las autoridades que manejan los recursos económicos asignados a la educación.
La campaña orquestada por los medios de comunicación ausentes de pensamiento crítico, con el objetivo final de abrogar el artículo tercero de la Constitución, negando el acceso a la educación a la mayoría del pueblo, siguiendo las mismas estrategias utilizadas para privatizar la aviación, los ferrocarriles, la energía e incluso el agua y la salud, ha provocado un gran enojo de la población afectada de una manera u otra, lo que puede dar lugar a enfrentamientos estériles que, si bien son desiguales entre el gobierno y los maestros, pueden desembocar en hechos violentos y lamentables, como los vividos en los últimos meses, donde niños mujeres y ancianos han perdido la vida a manos de las fuerzas de seguridad convertidas en aparato de represión de un gobierno cada día más alejado de sus deberes constitucionales. Por ello el interés manifestado ya por los maestros de diversos estados y varias secciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación respecto de la preparación y realización de una consulta nacional, en torno no sólo a la evaluación, sino a todas las acciones que conforman la supuesta reforma educativa, puede constituir una evolución positiva en las formas y estrategias de esta gran lucha social, en virtud de los principios y razones que la sustentan.
Considerando que la tragedia no aclarada de Ayotzinapa, constituyó el primer paso de agresión a los maestros por el actual gobierno, al ser cometida contra una escuela rural, como parte de las acciones dirigidas contra el magisterio, con el propósito de desvirtuar y enlodar al sistema nacional de escuelas normales rurales, sin poderlo concretar en virtud de las valientes acciones de los estudiantes de dicho plantel, se ha considerado ya la realización de la consulta nacional, el próximo 26 de septiembre, con el nombre de: Ayotzinapa, por una verdadera reforma educativa.
Ella habrá de constituir un paso importante para que el pueblo de México en pleno participe dando su respaldo a los maestros y obligando al gobierno a reconsiderar su posición punitiva que a nada convoca y que nada bueno significa en para la educación que el pueblo de México requiere, demanda y merece.
De manera personal, veo con entusiasmo e interés esta posibilidad, surgida y discutida en el seno mismo de la CNTE, sabiendo que hoy estas nuevas formas de lucha social están teniendo gran impacto y trascendencia en todo el mundo, como lo hemos visto recientemente en Grecia, al igual que en España, y años atrás en Uruguay y en Chile, con el plebiscito que dio fin al gobierno usurpador y criminal de Augusto Pinochet.
México no ha sido ajeno a estas formas de lucha. ¿Quién no recuerda el ejemplo del EZLN, que luego de su levantamiento en 1994, se planteó a sí mismo hacer una consulta, para preguntar a la nación entera su decisión en torno al abandono de la lucha armada y el regreso a una lucha pacífica mediante el diálogo, obligando al gobierno a sentarse a negociar con ellos, con los indígenas, hecho que terminó dándoles no sólo dimensión nacional, sino una imagen internacional de carácter mundial. Otro caso fue el del plebiscito de la sociedad civil de la ciudad de México, como respuesta al llamado de un grupo de asambleístas del Distrito Federal, que en marzo de 1993 pudo convocar a los ciudadanos del DF, a emitir su voto en favor de la elección de su jefe de Gobierno y jefes delegacionales, en lugar de que el Presidente los designara. Con una participación de 330 mil ciudadanos que acudieron a depositar sus votos en mesas ubicadas en los parques de la ciudad, más de 90 por ciento en favor del sí, obligaron al entonces presidente (Carlos Salinas de Gortari) y al Congreso a acatar la voluntad ciudadana, decretando que el jefe de Gobierno y los delegados fuesen electos a partir de las elecciones de 1997 hasta hoy.
Realizar una consulta popular era entonces complejo, por los problemas de coordinación que requiere; sin embargo hoy, con las facilidades de Internet y los teléfonos celulares, la consulta puede ser organizada en tiempos más cortos; la capacidad de coordinación de la CNTE hace totalmente posible su concreción, aunque ello requiere desde luego de coraje, de compromiso y de decisión de los líderes de sus diferentes secciones, para convocar y organizar mesas para la consulta en las plazas y en los parques públicos de todas las poblaciones del país, convocando a la participación y el apoyo de los ciudadanos de toda la nación y creando enormes expectativas aun antes de su realización, sabiendo que de lograrlo estaremos haciendo nuevamente historia como la hicieron nuestros antepasados, abriendo nuevas esperanzas de que la voluntad del pueblo de México por fin sea escuchada, respetada y tomada en cuenta para las decisiones que afecten el futuro del país, tal como la Constitución establece.
Entusiasmados con la idea, hemos decidido realizar de manera experimental una consulta sobre el tema, la cual puede ser contestada fácilmente por Internet, accediendo al portal de la Comunidad Educativa Galileo en la direcciónwww:galileo2.com.mx/comunidad,siendo también posible consultar sus resultados actualizados en esta misma dirección. Hacemos esto con la idea y el propósito de obtener una primera estimación de lo que los maestros pueden lograr con este proyecto.
www. Reflexiones en educación
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