El domingo pasado el congreso de Estados Unidos aprobó la reforma de salud que Barack Obama prometió en campaña electoral.
Bueno, no precisamente.
Obama había manejado la idea de introducir por primera vez en la historia de Estados Unidos un seguro médico del estado como opción para toda la gente en Estados Unidos, el cual sería mucho más económico que los seguros privados.
Esa propuesta fue desechada por el congreso puesto que a la multimillonaria industria médica de Estados Unidos (la cual es 100% privada) no le gustó la idea de que el Estado les quitaran clientes ofreciendo seguros de salud que no sólo busquen desplumar a la gente. ¡Horror! Estados Unidos se se parecería nás a ¡Inglaterra y Francia! (esos ejemplos del malvado comunismo.)
Así que la reforma de Obama quedó maltrecha y, francamente, decepcionante. Pero tiene algunas cosas rescatables. Por ejemplo:
1. Si bien hace obligatorio que todo el mundo en Estados Unidos tenga un seguro de salud, el estado le dará subsidios a las personas de clase media y baja para que paguen los seguros. Cualquier familia que gane hasta 88 mil dólares al año tendrá derecho al subsidio.
2. Para pagar por estos subsidios, se le subirán los impuestos a los que ganen más de 200 mil dólares al año. Es decir, a los ricos.
Leyeron bien: Se le subirán los impuestos A LOS RICOS para beneficiaron a los pobres y a la clase media.
Así que si bien no es la reforma de salud que realmente necesitaba Estados Unidos, sí muestra lo que se debe hacer para empezar a darle solución a los problemas de un país: hacer que los ricos paguen lo justo y no sólo cargarle el costo del país a los pobres y a la clase media.
En México es al revés. El PAN y el PRI permiten que los ricos no paguen impuestos y le suben los impuestos a la clase media y a los pobres, generando informalidad y más pobreza.
El único en México que, como Obama, se ha opuesto a que sólo se privilegie a los ricos, y ha buscado que no le suban los impuestos a los pobres y a la clase media es Andrés Manuel López Obrador.
Por eso mejor AMLO 2012.
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