domingo, 23 de junio de 2013

Bajo la Lupa
 La muerte de la privacidad ciudadana por el orwelliano Estado Google
Alfredo Jalife Rahme
M
ientras Francia y España consideran multar a Google por violación de la privacidad de sus ciudadanos (RT, 20/6/13), Lior Kodner, del rotativo israelí Haaretz (9/6/13), sentencia: Hay que olvidarse de Prisma, la privacidad está muerta.
Kodner considera que el hecho de que el gobierno de EU reciba información de los servidores Google, YouTube, Skype, Yahoo o Apple no debe sorprender a nadie, y afirma quela gente en el mundo ha cedido su privacidad en Internet de su propio acuerdo (¡supersic!), ya que todo lo que NSA hace es filtrar la vasta cantidad de información que crean a cada minuto.
Conjetura que, “por azar o diseño, tal información está almacenada en servidores que pertenecen a trasnacionales de EU que constituyen un monopolio global en: servicios e-mail(Google, Microsoft, Yahoo, AOL), el sector de telefonía celular (iPhone y Android), Voice over Internet ProtocolVoIP (Skype), búsqueda de Internet (Google) y redes sociales (Facebook y Twitter)”.
Ni más ni menos: ¡La cárcel digitálica global!
Admite que las definiciones como la guerra contra el terror y defender al país pueden ser tenebrosas, y arguye que “miles de millones que viven fuera (sic) de EU que aún desean usar sussmartphones, escribir e-mails o usar Facebook permanecen vulnerables” y su privacidad no es realmente importante para los jueces y legisladores de Washington ni para los jerarcas de las empresas de tecnología de Silicon Valley.
Sobre el fin de la vida privada mediante la nueva cibertecnología, Julian Assange, fundador de Wikileaks,escudriña los alcances del polémico libroLa nueva era digital: reconfigurar el futuro de la gente, los países y los negocios, de Eric Schmidt y Jared Cohen, muy cercanos a Israel y respectivamente jerarcas de Google y deIdeas Google ( think tank del buscador).
El polémico cuan influyente libro La nueva era digital... versa sobre elfuturo geopolítico cuando 5 mil millones de personas naveguen en Internet y se basa en un artículo de Eric Schmidt y Jared Cohen en Foreign Affairs (La Entromisión Digital, Nov/Dic/ 2010).
Vale la pena evidenciar sucintamente el perfil político de ambos jerarcas de Google.
Eric Schmidt, anterior miembro del consejo de administración de Apple y de las universidades Princeton y Carnegie Mellon, fue el máximo (sic) donador de Obama y consejero de su campaña; miembro del Consejo de Consultores de Ciencia y Tecnología presidencial (PCAST, por sus siglas en inglés), y hoy es mandamás del influyente think tankNew American Foundation e integrante del esotérico Grupo Bilderberg.
Jared Cohen: fue consejero de Condoleezza Rice y Hilary Clinton;becario prominente adjunto del influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés) con enfoque al contraterrorismo en Medio-Oriente (MO) /sur de Asia; arquitecto conceptual del Estado del Siglo XXI; planificador del uso de las redes sociales para el cambio democrático en Medio Oriente,controla las delegaciones de comunicación estratégica de Google en Irán (en colaboración con Twitter), Irak, México (¡supersic!), Congo y Siria”.
¿El Estado del Siglo XXI es el orwelliano Estado Google de EU?
Según Assange ( NYT, 1/6/13), el libro La nueva era digital es unanteproyecto provocativo y asombrosamente diáfano del imperialismo (sic) tecnocrático de parte de sus dos principales taumaturgos: Eric Schmidt y Jared Cohen, quienes construyen un nuevo léxico (sic) para el nuevo poder de EU en el siglo XXI querefleja la estrecha unión entre el Departamento de Estado y Silicon Valley. ¡Obvio!
En su encuentro durante la ocupación de Bagdad, ambos ejecutivos de Googlese entusiasmaron de que la tecnología del consumidor estaba transformando una sociedad aplanada por la ocupación militar de EU, por lo que decidieron (sic) que la industria tecnológica podría convertirse en agente poderoso de la política exterior estadunidense”, según Assange.
El libro de marras proselitiza el papel de la tecnología en remodelar a los países y a la gente del mundo a la imagen de la dominante (sic) superpotencia mundial, quieran o no ser remodelados, lo que a juicio de Assange constituye unabanalización perversa.
Con la nueva era digital, Google intenta posicionarse como el visionario de la geopolítica de EU, y no es gratuito que cierto número de los mayores provocadores de las guerras sean convocados para dar su aprobación en defensa del poder blando occidental, como Henry Kissinger, Tony Blair y Michael Hayden, anterior director de la CIA.
Los dos autores rechazan con desprecio las reivindicaciones de la juventud egipcia y afirman que la mezcla de militantismo y arrogancia es algo universal en los jóvenes, por lo que la movilización catalizada por las redes sociales significa que las revoluciones serían más fáciles de desencadenar, pero más difíciles de terminar. Ya veremos.
A juicio de Kissinger, debido a la ausencia de dirigentes fuertes, las revueltas sólo desembocarán en gobiernos de coalición que degeneran poco a poco en autocracias.
Los autores juzgan que “no habrá más primaveras, con la excepción de China (¡súpersic!) y fantasean sobre el futuro de los grupos revolucionarios bien dotados financieramente, al unísono de un novedoso equipo de consultoresque usarán los datos para construir y entonar una figura política.
En el orwelliano Estado Google, el político del futuro será mapeado en sus funciones cerebrales (¡supersic!)mediante diagnósticos sofisticados queevalúen las partes débiles de su repertorio político cuando sus discursos y escritos serán alimentados mediante un conjunto de aplicaciones de software de análisis de tendencias y de extracciones complejas de características. Ni más ni menos que la robotización del político cibernético del Siglo XXI condimentado por la telecracia.
Según Assange, el libro refleja los tabús y las obsesiones institucionales del Departamento de Estado al evitar críticas significativas de Israel (¡supersic!) y Arabia Saudita al pretender que nunca existió el movimiento de soberanía (sic) de Latinoamérica. Sin comentarios.
Assange juzga que Google, al pervertir sus orígenes de la cultura universitaria californiana, se arrogó los elementos tradicionales del poder en Washington, desde el Departamento de Estado al NSA.
El libro le consagra un capítulo alTerrorismo del futuro: el ciberterrorismo, la obsesión de Israel que infectó a EU.
Los autores consideran que latecnología y las empresas de ciberseguridad serán para el siglo XXI lo que Lockheed Martin (Nota: mayor contratista de defensa/infoseguridad/aeroespacial del mundo) fue para el siglo XX, lo cual, según Assange, cumple la profecía de Orwell.
Assange concluye que el avance de la tecnología de la información epitomizado por Google anuncia la muerte de la privacidad para la mayoría de la gente y cambia al mundo hacia el autoritarismo.
Una noticia redentora: el ciberescándalo NSA de EU/Israel socavó las entrañas del orwelliano Estado Google al borde de su balcanización, según el propio Eric Schmidt (ver Bajo la Lupa,19/6/13).

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