Proceso y el vaso medio vacío
A propósito del tema de la aclaración de Proceso acerca del discurso que el Presidente de México pronunció para dar la bienvenida al mandatario chino, ríos de tinta han corrido a favor y en contra de esta acción.
La honestidad que demostró este medio de información, honra a sus lectores y a ellos mismos. Lo que me parece desproporcionado es que se responsabilice a eso que llaman “línea editorial” del error cometido al interpretar erróneamente el discurso del Presidente.
El problema no es la tendencia ideológica del medio, sino la honestidad con la que se manejan sus colaboradores y dueños.
En la ecuación que se desprende del análisis del incidente con Proceso, no podemos soslayar los filtros con los que el medio de información interpreta la realidad (llamados por algunos “línea editorial”), pero también debemos tomar en cuenta a los lectores (¿somos lo que leemos?) y al sujeto en cuestión (desde el dislate de la FIL, el presidente de México está en la mira de la comedia nacional).
No se puede simplificar el hecho en un solo factor y por ende generalizar el asunto, porque “el manejo informativo de la nota” va mucho más allá de la línea editorial. Etiquetar alegremente como “prejuicios” la posición ideológica del medio, implica desconocer los paradigmas informativos que dan forma y fondo al mundo noticioso hoy en día.
“¿La voz de los sin voz?”
Según Ignacio Ramonet, los periodistas y los medios de comunicación son el cuarto poder: “El cuarto poder era el sentido cívico de los medios de comunicación y de periodistas valientes”. Era la forma en que la gente común como usted y como yo, tenía para criticar, rechazar y oponerse ante situaciones injustas. Era, como dice Ramonet, “La voz de los sin voz”, pero ¿es así?[i]
Proceso y La Jornada han sido medios necesarios para vehicular la voz de los que no solamente no la tienen, sino que para el Estado son simples números reducidos a estadísticas. No son medios modelo y me parece que ninguno lo es, pero en los últimos años han ofrecido otras miradas de la realidad, cuando las redes sociales ni siquiera imaginaban el protagonismo que tendrían hoy en día.
“La verdad” es una interpretación
Bienvenido a la posmodernidad. ¿”La verdad” puede ser manipulada? Evidentemente sí, porque en el fondo lo que subyace es un filtro determinado para interpretar la realidad ( del medio, de los lectores y de los protagonistas de la información).
En el caso de los periódicos, los lentes a través de los cuales se observa y difunde determinado acontecimiento, depende de los condicionamientos ideológicos de orden político, basados en la clasificación[i]. Derecha (liberalismo económico y conservadurismo moral) hasta la Izquierda(planificación estatal, comunismo, conciencia de clases) pasando por el Centro (tercerismo, socialdemocracia, estado de bienestar).
“La verdad”, dice Chimamanda Adichie, es una construcción conceptual, en tanto se encuentra sujeta a múltiples interpretaciones que dependen de quién lo dice, para qué lo dice, por qué lo dice y ante quién lo hace[ii].
A través de Mauricio Beuchot, Vattimo afirma que un texto es un horizonte abierto a ser interpretado y así se da con la realidad. Como decía Nietzsche: no hay hechos, sólo interpretaciones. No existe lo real, sino sus infinitos abordajes.
En ese orden de ideas, “Un texto” es el video que protagonizó el señor Presidente en el marco de la visita de Xi Jinping. “Un texto”, es la afirmación de Peng Luyiang, esposa del mandatario Chino respecto a la señora Angélica Rivera, respecto a que la identifica plenamente por su trabajo como actriz de Televisa.
En el video, la entonación que da el presidente al discurso, es parte de la confusión y esta parte de "la lectura" no se puede soslayar en la interpretación del hecho.
Es importante y loable que Proceso haya aclarado la interpretación errónea que ofreció de este "texto" del señor presidente, porque según Vattimo, los medios de comunicación se han convertido en los grandes constructores de sentido de lo real. Es decir, la mirada del medio se vuelve la realidad misma.
Sin embargo, Proceso es sólo una variable en la ecuación en la que el lector y el sujeto en cuestión juegan un papel importante que ningún estudio serio debería soslayar.
¿Usted qué opina, estimado lector?
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