Laura Bozzo, de una pollada peruana a desgraciada bazofia de televisa
Shows montados pletóricos de patetismo, abuso, lenguaje soez, agresión verbal (putas, desgraciados, delincuentes…) y física, y humillación a la condición de clase. Y en el medio, Laura Bozzo, la “señorita Laura”, como heroína, como redentora de los jodidos.
La vi incidentalmente por primera vez en una trasmisión de la cadena Telemundo en Nueva York. El malestar de observar y escuchar a una señora presentando casos patéticos, poco creíbles en su exposición, no impedía una incomodidad mayor, atestiguar el maltrato y el abuso que la mujer infligía a sus “invitados” en el programa peruano comprado por la cadena hispana de Estados Unidos; invitados que independientemente de ser auténticos o no, efectivamente, provenían del “bajo mundo” de la sociedad peruana, del barrio, de los estratos marginales.
Y esa era la clave de su éxito también entre la marginalidad latinoamericana exiliada o indocumentada de Estados Unidos: shows montados pletóricos de patetismo, abuso, lenguaje soez, agresión verbal (putas, desgraciados, delincuentes…) y física, y humillación a la condición de clase. Y en el medio, Laura Bozzo, la “señorita Laura”, como heroína, como redentora de los jodidos.
Lo que inició en Perú como una “pollada” de corrupción (pollada, suerte de parrillada de pollos que se vuelve ocasión de encuentro, reunión y aun de fiesta entre el lumpen peruano), una fiesta que vincularía a Laura a las irregularidades del gobierno de Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos (con quien se ligó sentimentalmente) por haber sido un instrumento al servicio de ese desprestigiado gobierno, gracias a su éxito mediático saltaría a Estados Unidos y, tenía que ser, llegaría a México a través de tv azteca, primero, y televisa, después.
El mismo modelo, la escoria, el plato de bazofia llevado a la cumbre del monopolio televisivo mexicano, a las pantallas de los hogares mexicanos.
Hay dos tipos de distractores en la televisión mexicana dominante, los permanentes (telenovelas, programas “cómicos”, variedad “musical”, y aun las noticias manipuladas) y los extraordinarios (catástrofes, tragedias, escándalos; muerte de figuras como Jenny Rivera, etc.). Televisa ha desarrollado a la perfección ambas variantes y Laura Bozzo, protagonista permanente de la primera, lo es ahora de la segunda.
En medio de la tragedia que se vive en el país por el embate climático y la irresponsabilidad y posible negligencia oficial en la oportuna atención del fenómeno, se produce ahora el escándalo de que Bozzola haya utilizado para montar un show que sería pronto desnudado tanto por las fotografías y el reportaje del 22-09-13 de Marcela Turiati y Eduardo Miranda, “Utiliza Laura Bozzo helicóptero del Edomex para montar teledrama en Guerrero”, de la revista Proceso (denunciando que dicho helicóptero, tan necesario para el transporte urgente de víveres y damnificados, haya sido puesto a disposición de Bozzo y su equipo para montar el drama que ha denunciado el propio alcalde de Coyuca de Benítez; quien se ha llamado sorprendido por el truco señalando además que los tripulantes se negaron a transportar víveres), como por el seguimiento que la periodista Carmen Aristegui ha dado al caso.
Y no ha bastado el escándalo. Televisa y Laura Bozzo,como instrumento, se han lanzado contra Carmen Aristegui en respuesta a la exposición del asunto en su programa radial como materia de interés público, pues involucra el presunto uso de recursos oficiales. La acusan de mentir y de ser “experta en circos” que arma todos los días. Y no sorprende el ataque, pues el monopolio ha ejercido desde hace tiempo ya una campaña contra la periodista.
Y no porque se trate de un distractor mayor justo en el momento cuando se discute el tema fundamental de la reforma energética hay que pasar por alto el embate en contra de Aristegui y lo que ella representa como profesional frente al “periodismo” interesado de televisa.
Hay que denunciar que la bazofia y la escoria quintaesenciada en Laura Bozzo han sido lanzadas desde el monopolio televisivo contra una de las pocas opciones de periodismo crítico que tienen cierta proyección nacional. Y hay que denunciar a la bazofia misma, como indignante y dañina para cualquier sociedad, mexicana o peruana.
Y, ¿quién autorizó el uso del helicóptero? ¿Qué relación hay entre televisa y el gobierno del Estado de México que prescindió del transporte tan necesitado en tareas urgentes para ponerlo a su disposición y el de la desprestigiada conductora?
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