lunes, 30 de diciembre de 2013

Con la entrega de CFE, empresas estadounidenses ganarán 1.4 billones de dólares

cfe
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Contexto
(30 de diciembre, 2013).- Todo empezó cuando Calderón cumplía su cuarto año en el poder, en ese momento el mundo se enteraba de la existencia de WikiLeaks, una organización mediática internacional sin ánimo de lucro que publicó a través de su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público.
México no podía escapar del sitio de las filtraciones, cuyo interés era revelar comportamientos no éticos de sistemas considerados “totalitarios”.
En esos años, el país vivía una de las etapas más sangrientas de su historia por la fallida guerra contra el narco, declarada por Calderón, y que al final del sexenio dejó, según diversos conteos no oficiales, alrededor de 300 mil personas asesinadas.
Por esas fechas, Carlos Pascual era embajador de Estados Unidos en México, y la relación de Calderón con éste era ríspida; la razón: los informes que el embajador Pascual había enviado a Washington, eran un relato minucioso y crítico del gobierno calderonista y sus instituciones en la guerra contra el narcotráfico. Dichos informes habían sido filtrados por WikiLeaks, y dejaban ver a Calderón como un corrupto y desorganizado, combatiendo un grupo de delincuentes muy bien organizado.
Incluso, en uno de los informes filtrados por WikiLeaks, Pascual se refirió al Ejército mexicano como “parroquial” y con poca valentía para capturar a narcotraficantes de importancia; en el informe enviado por el ex embajador, también se resaltaba la falta de coordinación y las rivalidades entre el Ejército, la Policía Federal y la PGR. Calificó la inteligencia mexicana como “principiante en paños” y aseguraba que la corrupción era la cabeza de un hidra perdida.
Todo esto provocó en Calderón una rabia incontrolable, lo que llevó al michoacano a pedir ante el gobierno de Estados Unidos la cabeza del embajador. Y asi fue, en marzo de 2011, Carlos Pascual renunció como embajador de Estados Unidos en México “para evitar asuntos planteados por el presidente Calderón” que podrían distraer la atención sobre los temas importantes de la relación bilateral.

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