El indigno M. Velasco, ¿muñeco o quimera?
Lo que mayormente muestra la exhibición sin pudor de Velasco es la impunidad en el uso de los recursos públicos calculados en este caso en al menos 10 millones de dólares
Recojo algunas reacciones escuchadas frente a la multi publicitada imagen de Manuel Velasco, el gobernador PRI-Verde de Chiapas:
- Parece una Barbie masculina.
-Más bien, un cómic colorido trazado sobre un lienzo.
-Más me parece un puto, o “gay”, para que no se ofendan los homosexuales.
-Puro fotoshop y maquillaje.
-¡Qué abusado el güey!
-¡Un metrosexual como Mancera!
-¡Qué loca, un “princeso”!
Y desde el lado formal:
Al periodista Jenaro Villamil la campaña de Velasco le recuerda a “aquel oscuro burócrata del Estado de México que llegó a ser el político más conocido gracias a los infomerciales y a la producción perfectamente calculada y multimillonaria de TV Promo-Televisa” (“El ridículo de Manuel Velasco”;Proceso, 24-12-13).
Carmen Aristegui reflexiona esencialmente sobre el escandaloso y obsceno uso de recursos públicos, “dinero político”, en campañas de promoción personal desde un estado de la república (como ya se vivió), cuando las reglas del juego para acceder al poder y representar a la sociedad mexicana no están claras y que conducen, como en el caso del ejecutivo vigente, por ejemplo, a la toma de decisiones tan graves para la nación como la reforma energética (Aristegui Noticias; YouTube, 23-12-13).
Puede ser lo que sea, menos lo que supuestamente pretenden los espectaculares sobre avenidas de la ciudad de México y los llamados infomerciales en portales periodísticos, revistas y tv, que es dar cuenta de los “extraordinarios” logros de Velasco en el primer año de gobierno al frente de uno de los estados más desgraciados del país no obstante sus riquezas naturales.
Lo que mayormente muestra la exhibición sin pudor de Velasco es la impunidad en el uso de los recursos públicos calculados en este caso en al menos 10 millones de dólares. De allí le viene lo indigno, de la simulación democrática. Derrochar lo que necesitan los verdaderos chiapanecos en su beneficio personal.
Total, hay ya un modelo indigno previo con toda y telenovela montada. “Y de La Gaviota de taller mecánico a la dentona Anahí, ¿quién gobierna México, para qué y para quién?”, pregunta un crítico espectador de sosas telenovelas mexicanas.
Los pragmáticos y cínicos dirán que Velasco ha logrado su cometido político, “llamar la atención”, pero en realidad su figura queda como triste quimera en segunda acepción de la RAE: “Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.”.
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