domingo, 21 de marzo de 2010

Balacera en el Tec: Qué fracaso de Rodrigo Medina --Federico Arreola

La madrugada del pasado viernes, cuando se dio la balacera en el Tecnológico de Monterrey, tanto el Ejército (que se había enfrentado a una banda de criminales) como el gobierno estatal dijeron, de inmediato, que en la batalla habían muertos dos sicarios, es decir, dos integrantes de la mafia. Según tal versión, los pistoleros, al intentar huir, ingresaron a las instalaciones de la mayor y más prestigiada universidad privada de México y ahí, en el campus académico, fueron abatidos por las balas de los militares. De los males, pues, el menor. Fueron los datos que las autoridades del Tecnológico recibieron del procurador estatal (de cuyo nombre no vale la pena acordarse). Y así los repitió la administración del Tec. Pero era mentira. Este sábado, el rector del instituto, Rafael Rangel Sostmann, dijo mediante un comunicado que él y los otros directivos del Tecnológico fueron engañados por el subordinado del gobernador Rodrigo Medina: los muertos no eran sicarios, sino estudiantes de maestría, becados, excelentes investigadores. El único pecado que cometieron fue haber estado estudiando hasta la una de la mañana. Un día después, en la colonia Colinas de San Jerónimo de Monterrey, una señora inocente murió en otro enfrentamiento entre el Ejército y la mafia. Lamentable, terrible, absurdo. Lo peor es que, ya nadie lo niega, todas las policías de Nuevo León trabajan para los narcos. Inclusive, en el Tecnológico, una patrulla de la policía estatal, dijeron fuentes del Ejército, ayudó a escapar a un delincuente. Es un hecho, las autoridades nuevoleonesas están totalmente rebasadas o son cómplices de la mafia. El alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, no ha podido explicar por qué uno de sus colaboradores más cercanos en los últimos 10 años fue detenido por la Marina acusado de estar ligado a los zetas. En San Pedro Garza García, donde la gente sentía algún tipo de seguridad por los “rudos” del presidente municipal Mauricio Fernández, ya la Marina golpeó severamente a esta agrupación que operaba de manera extralegal. ¿Y el gobernador Medina? El peor de todos. Asustado, ausente, buscando resolver los problemas con apariciones en la TV. Este tipo, de plano, no puede. En su campaña electoral juró dar la vida para proteger a los nuevoleoneses. Ahora, ante su evidente incapacidad para ejercer el cargo de gobernador, no se le pide que llegue a tanto. Lo único que se le exige es que renuncie. Para que llegue alguien, el que sea, con más experiencia, más talento, más agallas y que ame más a Nuevo León.

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