Los negocios de Joaquín El Chapo Guzmán Loera van lentos, según la lista de multimillonarios publicada por Forbes ayer. Hace un año, cuando el empresario de las drogas apareció por primera vez en este ranking, estaba en el lugar número 701. Ahora quedó en el 937. Pero no es que pierda capital, o que la crisis le provocara mermas: sigue con los mismos mil millones de dólares que se exigen en este exclusivo club para tener membresía. Su fortuna simplemente no avanzó en 12 meses. Dice la revista de negocios que durante 2008 los cárteles mexicanos y colombianos lavaron entre 18 mil y 39 mil millones de dólares, de los cuales, según la publicación, la mitad pasaron por el corporativo de El Chapo. Sin embargo, los informes de inteligencia y las declaraciones de funcionarios federales (ver la edición de hoy de EL UNIVERSAL) sugieren que las perspectivas económicas de las empresas de Guzmán Loera son alentadoras: habría alcanzado una alianza estratégica con el Cártel del Golfo (en guerra con Los Zetas), así como con Édgar Valdez Villarreal La Barbie, quien busca controlar las ganancias del mercado que se abrió con la muerte de Arturo Beltrán Leyva.
Óscar Levín tiene poco tiempo. Y de hecho, ya va tarde: ayer el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación recibió la primera queja en contra del vicecoordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados por las expresiones de intolerancia que lanzó desde la tribuna de San Lázaro. La comunidad gay y otros sectores se han movilizado ya en las redes sociales, por correo electrónico y en decenas de páginas web. Y cómo no: “La alianza pervertida, casi gay, que tienen entre PAN y PRD, y mira que yo tengo una gran admiración por los gays, tan extraña, tan extraña, quiero decirles que va a…”, dijo Levín. La diputada Enoé Uranga, quien ha hecho públicas sus preferencias sexuales, le cerró la boca. Ahora Levín deberá encontrar un foro tan importante como la Cámara de Diputados para ofrecer una disculpa por su actitud homofóbica. A ver cómo le hace. Ahora Levín tiene qué explicar lo inexplicable: qué tienen que ver las alianzas con los homosexuales.
Le dieron su carta. Rodolfo Elizondo dejó ayer Turismo, cansado y, se dice, también enfermo. Diez años al frente de esa dependencia, imagínese. Y de ésos diez, por lo menos un año y medio rogando que lo sustituyeran. Pues a ese hombre cansado, con ganas de retirarse, el gobierno de México le ha confiado la coordinación de la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático de Naciones Unidas. Ni idea tendrá (hasta donde se sabe, a menos de que haya tomado cursos a escondidas) de qué es eso de cambio climático.
Apunte final: El problema no es el detector de mentiras, sino quién lo aplique. Si se lo dejan a los súper policías mexicanos, habrá problemas. Litros de agua mineral y chile piquín después, César Nava y Beatriz Paredes (júrelo: o usted, o cualquiera) se declararán culpables del asesinato de Kennedy, del 11-S, y de lo que se le antoje al interrogador.
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