os desvaríos políticos del Dr Mancera
La violencia, Dr Mancera no es un fenómeno artificial impulsado por los ociosos
En las últimas semanas, la crítica a las políticas del Jefe de Gobierno, ha subido de tono. La derecha le está exigiendo que aplique mano dura contra las protestas sociales y de manera particular contra aquellos que califica como anarquistas o vándalos. La izquierda reprueba sus políticas porque ha abandonado el proyecto que levantó el Movimiento Progresista. Sus primeros actos de gobierno fueron la represión el 1º de diciembre del 2012, la publicación el 27 de diciembre del actual Artículo 362, equivalente al 145 bis sobre disolución social, y en marzo, un protocolo disque para controlar multitudes
Sin embargo, hay más de tres razones para criticar sus políticas. Si Mancera no ordenó la represión y el encarcelamiento de más de ciento veinte personas que protestaban contra la imposición de Peña Nieto, resulta inexplicable que a estas alturas no dé a conocer los nombres de los que provocaron este zafarrancho. Aunque a decir verdad, hoy los ciudadanos sí sabemos que fueron sus halcones. Portaban el pedigrí de su gobierno y la marca de PN
A los pocos días de que tomó posesión, desmanteló el 55.5 % de los programas sociales de la capital. Los adultos mayores se quejan de que al menor pretexto les suspenden temporalmente su pensión alimentaria o pasan meses y meses para hacérsela efectiva a los nuevos derechohabientes. Casi a diario se reportan homicidios dolosos. En calles y antros hay secuestros o levantones. Sobre los muertos del Cerro de la Estrella, todo quedó en que los culpables fueron los perros hambrientos. El Dr Mancera, sin nada bajo el brazo, se entregó de cúbito dorsal al gobernante más cuestionado de la historia moderna. Nada le importó que este señor haya comprado la presidencia, que lo apoyara el Narco y que las mafias políticas y financieras lo hayan impuesto contra viento y marea. Golpeó al avispero tribal del PRD y al final, cayó en los brazos del chuchinero
En estos meses, las transgresiones a los derechos humanos en el Distrito Federal, se han recrudecido. La violencia y los grupos mafiosos o los ligados al poder, están convirtiendo a la ciudad en el centro constante de sus operaciones delictivas. La reciente desaparición de 12 jóvenes del barrio de Tepito y de otros cinco en la GAM es más que alarmante. En las calles del Centro histórico ya no se pueden repartir ni volantes. Con cualquier pretexto los polizontes videograban a los ciudadanos como si fueran delincuentes. El 10 de junio la policía reprimió con saña a los jóvenes. Sólo las fianzas y la presión de la gente sacaron de la cárcel a los 29 presos de conciencia. Mientras, el gobierno continúa criminalizando la protesta social.
Las acusaciones contra las marchas ciudadanas son patéticas. Van desde vandalismo, faltas a la autoridad hasta terrorismo. El gobierno está tan enredado que no sabe qué hacer ante hechos como los vividos en las últimas semanas. Sus notas de prensa son hilarantes. Una cosa dice a unos y otra dice a otros. Seguramente piensa que así reduce la creciente oposición a sus políticas públicas cuando la constante es el crecimiento de la irritación de la gente. Las contradicciones y la superficialidad con que se tratan estos asuntos, están llevando al equipo gobernante a un conflicto de credibilidad política, haciéndolo aparecer como mentiroso e incompetente
Dice Pablo Gómez que existen sectores que “se asustan de todo debido a su propia culpabilidad social” No sé a quién se refiere y qué quiera decir con esas lindesas. Pero las críticas al gobierno son justificadas. Los “que tratamos de tener pensamiento crítico” como afirma el Consejero del Pacto por México, no sólo estamos planteando la modificación de estas políticas, sino exigiendo que el gobierno respete el proyecto por el que votamos la mayoría de los ciudadanos del DF
También se equivoca, cuando afirma que las marchas y los actos públicos, no se dan porque “haya jóvenes que están enojados contra la autoridad, sino porque las manifestaciones pacíficas ya no sirven para nada” ¿También eso nos quieren impedir? ¿Acaso Pablo no sabe que la irritación social se debe a que la oligarquía se ha adueñado de la riqueza material que el pueblo produce y que esto es motivo suficiente para protestar en donde sea? ¿Prohibir hacerlo en las calles también lo están negociando en el Pacto por México?
La violencia, Dr Mancera no es un fenómeno artificial impulsado por los ociosos. Lo que ocurre en la ciudad y en el país, es resultado del desempleo, el hambre y la desesperanza en que se mantiene a la gente. Usted y su gobierno pierden credibilidad porque han abandonado las políticas sociales y están apoyándose en los cuerpos represivos, en las sotanas y en sus halcones que está infiltrando en los movimientos de protesta. Con esto no van a parar la inconformidad ciudadana. Los apoyos de AMLO y de los chuchos, no lo van a sacar del pantano en que se está metiendo. El único que puede acabar con sus desvaríos políticos es Ud. Porque la salida no estará jamás en los arrimones al PRI y a PN sino en quienes le dieron su voto y hoy los está defraudando
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