Telecom, la tentación del Atencazo digital
El sábado 26 de abril la cadena humana convocada por el senador Javier Corral y por el ex candidato presidencial y fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas demostró la capacidad de movilización de miles de ciudadanos en el Distrito Federal, en Monterrey, Guadalajara, Puebla, Saltillo, Chihuahua y hasta en capitales europeas para protestar por una ley que se pretende imponer, aún cuando su dictaminación se pospuso hasta junio de este año.
Peña Nieto “no es capaz de soportar ya ni siquiera la presencia de una protesta pacífica y respetuosa como nuestra cadena humana”, afirmó Corral, ante la actitud de elementos del Estado Mayor Presidencial y granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal que impidieron la llegad de los manifestantes a Los Pinos, la residencia oficial presidencial.
La movilización ya generó una respuesta inmediata de los voceros de Televisa. Acusan a Carlos Slim, el magnate de la telefonía, de “financiar” y promover la cadena humana y hasta las marchas de los defensores de la libertad en internet. El “nado sincronizado” de los provocadores de siempre está en todos los medios afines al duopolio televisivo.
Lo que su maniqueísmo no ha podido evitar es la emergencia de una incipiente, pero importante movilización en las calles y muy fuerte en las redes sociales. Jóvenes, activistas, figuras públicas, usuarios de redes sociales, legisladores, comunicadores, ciudadanos se unieron al coro a las afueras del Senado: “¡Fuera Televisa! ¡México sin PRI!” que se escuchó en la jornada sabatina. El martes 22 el grito de jóvenes defensores de la libertad de internet fue “¡No a la Censura!” “¡Fuera Peña Nieto!”.
La movilización de los internautas tuvo una pequeña, pero singular victoria: dos días antes, el jueves 24 de abril, los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado decidieron posponer para un periodo extraordinario la dictaminación de la iniciativa presidencial.
La decisión no fue por gusto. Hasta ese mismo día hubo un intento empecinado del gobierno federal por negociar con el PAN, el PRD y con el PRI un dictamen “descafeínado” que no modificaba los aspectos anticonstitucionales más fuertes, pero intentaba maquillar la censura y las medidas restrictivas en internet. Fue redactado por el senador más priista y pro-Televisa de la bancada del PAN: Javier Lozano.
Apenas un día antes, el miércoles 23 de abril, el mismo Peña Nieto salió en defensa de su iniciativa, sin abundar ni responder a las críticas que se le han hecho adentro y fuera del recinto legislativo, y en los medios digitales e impresos, dentro y fuera del país.
“No lancemos las campanas al vuelo. La traición está latente”, advirtió Javier Corral, antes y durante la manifestación de la cadena humana.
Formalmente, pospusieron la dictaminación por el exceso de arbitrariedades y violaciones al reglamento del Senado que cometió el senador Javier Lozano. También la decisión de la bancada del PAN para desconocer el “documento” de Lozano frenó la discusión y votación fast track en las comisiones unidas de Comunicación, Radio y Televisión y de Estudios Legislativos.
Informalmente, otros factores fueron muy fuertes para frenar el intento de un Atencazo digital que no se ha diluido, sólo se pospuso.
Las protestas en las redes sociales, en especial, el hashtag #EPNvsInternet, que se convirtió entre el 21 y el 22 de abril en un Trending Topic mundial, así como la marcha del martes 21 de cientos de jóvenes del Angel a la Independencia al Senado y a las instalaciones de Televisa Chapultepec impactaron.
Los medios de Estados Unidos, América Latina y varios de Europa pusieron su atención en la ley Peña Televisa por las acusaciones de querer censurar el acceso libre a los contenidos en internet. Este tema se volvió el punto de escándalo internacional.
De nuevo, el fantasma de la “Primavera Mexicana” de mayo de 2012, cuando emergió en plena campaña electoral el movimiento #YoSoy132, volvió a rondar en la prensa internacional, mientras el gobierno de Peña Nieto y los voceros del PRI trataron de engañar con una propuesta manipuladora para hacer creer que la iniciativa no iba a censurar el internet.
La estratagema resultó peor. Ni el documento de Javier Lozano presentado en el Senado, ni la conferencia de prensa del titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, con el líder de la bancada del PRI, Emilio Gamboa Patrón, y menos la intervención de Peña Nieto en el debate, ayudaron para aminorar la desconfianza.
“Intentaron imponer una ley, como si fuera un Atenco digital”, me comentó un abogado, especialista de telecomunicaciones.
“No entienden que el asunto de internet no es menor. Que este asunto se vuelve internacional porque ni Estados Unidos ni Israel ni Europa van a aceptar posibilidades de vigilancia de las autoridades mexicanas en las redes. Este es un medio global”, explicó.
El “Atenco digital” hace referencia a la represión que el gobierno de Peña Nieto operó en Atenco, en mayo de 2006, para imponer su decisión de privatizar los terrenos ejidales para la construcción del fallido aeropuerto en Texcoco.
La represión en Atenco se volvió el sello y el estilo de gobernar de Peña Nieto. En mayo de 2012, en su visita a la Universidad Iberoamericana, Peña Nieto reiteró que volvería a hacer lo mismo en Atenco. Esto provocó los gritos de “¡Asesino, asesino!” y la protesta estudiantil que desembocó en la peor crisis de imagen para la campaña presidencial del aspirante priista.
Atenco y #YoSoy132 son dos sombras en la trayectoria de Peña Nieto. Y con la Ley Peña Televisa se trata de reinventar el mismo método.
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